esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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Leemos en Colosenses 1, 19 en la traducción Reina Valera 60:

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porque en él habita corporalmente
toda la plenitud de la Deidad

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y en la traducción ‘Biblia de las Américas’:

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porque toda la plenitud de la Deidad
reside corporalmente en El

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y en la traducción ‘La Biblia en lenguaje sencillo’:

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Cristo es completamente igual a Dios

 

Esta Verdad insondable es una de las rocas de nuestra fe, la revelación de un misterio guardado para nosotros desde la fundación del mundo y del cual hablaron en misterio todos los profetas. Los musulmanes dicen que solo hay un «dios» en el cielo y que de allí no baja. Elige «profetas» para hablar despóticamente en su nombre pero no desciende ni toma contacto con los hombres, ni sufre con/como ellos.+

 

En cambio del Hijo se dice:

 

Él, siendo en forma de Dios,
no estimó el ser igual a Dios
como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo,
tomó la forma de siervo
y se hizo semejante a los hombres

Mas aún,

hallándose en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte,
y muerte de cruz

Filipenses 2, 6 -8

 

y también se dice:

 

Yo habito en la altura y la santidad,
y con el quebrantado y humilde de
espíritu, para hacer vivir el
espíritu de los humildes,
y para vivificar el corazón
de los quebrantados

Isaías 57, 15

 

El Hijo se despojó de Sus atributos divinos, se hizo semejante a los hombres, sufrió con ellos durante Su vida terrena y sufrió en soledad el terrible martirio de la Cruz que nos libra de la condenación adámica. Atanasio afirmaba refiriéndose a Su obra redentora: “El Verbo se hizo hombre para hacernos divinos”.

 

Dice la Palabra que la Ley vino por Moisés, pero la Misericordia y la Verdad por el Hijo. El “dios” de los musulmanes es “ley” sin “misericordia”, porque no contiene la obra redentora del Hijo. No tiene amistad con el hombre, solo dominio sin corazón, sin Misericordia. Pero nosotros tenemos el corazón del Hijo que exclama: “perdónalos Padre porque no saben lo que hacen”. Él nos Amó con un corazón humano que se partió en la Cruz. Y luego resucito para ser “primogénito de entre los muertos” y abrirnos camino a la eternidad.

 

 ¿Como podemos explicar tan grande amor? ¿Dónde encontramos un Plan mas justo y maravilloso? Atanasio decía tambien:

 

«siendo los dos Uno, y única su divinidad, se dice del Hijo lo mismo que se dice del Padre, excepto el ser Padre».

 

Ver: “¿Quien es Jesús?»