esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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Cuando YaHWéH decretó el destierro de la apostata “casa de Israel(Efraín)”, extirpándola del seno de ISRAEL, expresó una actitud muy diferente con respecto a la otra parte de ISRAEL, la “casa de Judá”:


«Pero de la casa de Judá tendré misericordia:
los salvaré por YaHWéH, su Dios”.
Oseas 1:7


Esta es una promesa solemne al pueblo judío: un día recibiría la “salvación de YaHWéH”, que es Jesús/ Yeshua, el Cristo/Meshiaj de ISRAEL.


Pero ciento treinta años mas tarde de que los “hijos de Israel”/”casa de Israel”/”Efraín” fueran llevados al cautiverio asirio, el pueblo judío también sería llevado al exilio, esta vez a Babilonia, en el 586 AC . Y las razones para ese castigo fueron las mismas que las que provocaron el destierro de la  “casa de Israel(Efraín)”: su rebelión contra YaHWéH, su apostasía con dioses extranjeros, y la corrupción de sus costumbres.


Hubo entonces dos exilios de la descendencia de Abraham: el de la “casa de Israel(Efraín)” a Asiria y el la “casa de Judá” a Babilonia. Aunque en las “iglesias de Cristo” generalmente se enseña solamente el segundo, ignorando por completo el primero, lo que ha contribuido a muchas confusiones teológicas y hermenéuticas.


Y el profeta Daniel se refiere así a esos dos cautiverios:


“Tuya es, Señor, la justicia,
y nuestra la confusión de rostro
que … lleva todo hombre de Judá… y todo ISRAEL,
los de cerca y los de lejos,
en todas las tierras adonde los has echado
a causa de su rebelión”.
Daniel 9:7


En donde “los de cerca” son la “casa de Judá” y “los de lejos” la “casa de Israel(Efraín)”. De modo que los grandes profetas del AT -no solo Daniel- tenían muy presente el destierro de la “casa de Israel(Efraín)” y no reducían a la nación de ISRAEL solo a la “casa de Judá”.


Por eso en el comienzo del libro del profeta Isaías, YaHWéH  se queja amargamente:


«Crié hijos y los engrandecí,
pero ellos se rebelaron contra mí,…
mi pueblo no tiene conocimiento…
¡Dejaron a YaHWéH,
provocaron a ira al Santo de Israel,
se volvieron atrás!
Isaías 1: 2-4


En donde se habla de todo ISRAEL, tanto «Israel», como «Juda» como hijos rebeldes. Y en este libro se anuncia de muchas maneras juicio sobre la “casa de Judá”, la única que permanecía en la tierra de la promesa. Y vemos la repetición de acusaciones que YaHWéH había hecho a la “casa de Israel(Efraín)»: que las fiestas solemnes, los sacrificios y las salmodias realizadas por gente de corazón endurecido y cargados de pecados ya no los soporta. Y aplica la imagen de la prostituta que había aplicado a la «casa de Israel(Efraín)» a la “casa de Judá”. Y así, refiriéndose a Jerusalem como representación de Judá afirma:


“¿Cómo te has convertido en ramera,
tú, la ciudad fiel?
Llena estuvo de justicia,
en ella habitó la equidad,
¡pero ahora la habitan los homicidas!”
Isaías 1:21


Y también -como en el caso del juicio al separado reino norteño- habla de una riqueza boyante conseguida con codicia mediante un comercio sin ética y con la permisividad de cultos y costumbres extranjeras:


“Ciertamente tú has dejado tu pueblo,
la casa de Jacob,
porque están llenos de costumbres
traídas del oriente…
y pactan con hijos de extranjeros.
Su tierra está llena de plata y de oro,
sus tesoros no tienen fin”.
Isaías 2:6-7


Y el pueblo judío iría entonces al exilio de Babilonia de donde volvería 70 años después reconstruyendo en parte su relación con YaHWéH aunque manteniendo un corazón NO regenerado. Y en Jeremías 3:10-11 leemos cosas terribles:


“y después de todo esto,
la infiel Judá tampoco volvió a mí
de todo corazón, sino que me engañó.
Yo, el Señor, lo afirmo…
La rebelde Israel(Efraín) es menos culpable
que la infiel Judá.


En donde se invierten los platos de la balanza: ahora es la «casa de Israel(Efraín)» la mas cercana y la «casa de Judá» la mas alejada del culto debido a YaHWéH.


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Estaba pendiente entonces para «Judá» e «Israel» un “nuevo nacimiento”, un cambio de corazón, una operación regeneradora que alejara para siempre de ellas la rebelión y el pecado. Es lo que se anuncia en Jeremías 31:31-33 en el contexto de una “nueva alianza” (que es lo mismo que un Nuevo Pacto):


«Vendrá un día en que haré
una nueva alianza
con Israel y con Judá: …
Pondré mi ley en su corazón
y la escribiré en su mente…”


E Isaías promete que habrá -no podría ser de otra manera- un remanente de la “casa de Judá” que sobrevivirá a la Ira de YaHWéH. Como hay un remanente «santo» y «salvo» de Israel(Efraín) al que se refiere permanentemente la profecía. Pero de nuevo utiliza un lenguaje severo:


“Y si queda aún en ella la décima parte,
esta volverá a ser destruida;
pero como el roble y la encina,
que al ser cortados aún queda el tronco,
así será el tronco, la simiente santa”.
Isaías 6:13


De modo que hay una promesa solemne que del tronco talado de la “casa de Judá” –como en el caso de la “casa de Israel(Efraín)”– saldrán  retoños santos, porque Santa es la simiente. Con esto en mente estudiemos el “endurecimiento” del pueblo judío tal como es presentado en las Escrituras:


(continúa)

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