esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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Colaboración de
Juan José Fernández Granados

Ministerio Luz a las naciones

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el Mesías

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La palabra hebrea “Mashiaj” (Mesías) significa “Ungido”, su palabra equivalente en griego es “Jristos” (Cristo). En el Tanakh (A.T.) vemos que eran ungidos con un aceite especial (Ex. 30:25) de una forma  simbólica los reyes, los sacerdotes y los profetas (Lv. 16:32 / I Re. 19:16), incluso se ungían objetos para consagrarlos a un uso de ellos sagrado (Ex. 29:36: 30:26). El aceite se derramaba sobre la cabeza de la persona indicando que el Espíritu de Dios la llenaría y la capacitaría para llevar a cabo la voluntad de Dios en su vida. Los ungidos eran personas consagradas para una misión concreta. Estos ungidos (reyes, sacerdotes y profetas) recibían solamente una medida o porción del Espíritu de Dios, sin embargo, Yeshua recibió el Espíritu sin medida, por eso pudo ser: Rey, Juez, Profeta, Sumo Sacerdote, Maestro, Evangelista, Apostol y Pastor.


“Porque aquel a quien Dios ha enviado
habla palabras de Dios,
pues Dios no le dio el Espíritu
con medida.”
Juan 3:34


Siempre han habido ungidos con aceite (incluso Ciro el rey de Persia es llamado “ungido” – Is. 45:1), estos ungidos eran personas que Dios había elegido y capacitado para  una misión concreta, pero de igual forma, siempre se ha esperado a un Ungido especial, uno que sería el Redentor, el Libertador y el Salvador de Israel, EL Mesías Hijo de David, el Hijo de Dios. Veamos algunos versículos acerca del Mesías esperado:

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“Y pondré enemistad entre tú y la mujer,
y entre tu simiente y su simiente;
él te herirá en la cabeza,
y tú lo herirás en el calcañar”
Génesis 3:15


“El cetro no se apartará de Judá,
ni la vara de gobernante de entre sus pies,
hasta que venga Siloh,
y a él sea dada la obediencia de los pueblos.»
Génesis 49:10


“Lo veo, pero no ahora; lo contemplo,
pero no cerca; una estrella saldrá de Jacob,
y un cetro se levantará de Israel
que aplastará la frente de Moab
y derrumbará a todos los hijos de Set.”
Números 24:17


«Escucha ahora, Josué, sumo sacerdote,
tú y tus compañeros que se sientan ante ti,
que son hombres de presagio,
… yo voy a traer a mi siervo, el Renuevo.”
Zacarías 3:18


“Pero tú, Belén Efrata,
aunque eres pequeña
entre las familias de Judá,
de ti me saldrá el que ha de ser
gobernante en Israel.
Y sus orígenes son
desde tiempos antiguos,
desde los días de la eternidad.”
Miqueas 5:2


“…el Señor mismo os dará una señal:
He aquí, una virgen concebirá
y dará a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emmanuel.”
Isaías 7:14

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Por todos los versículos que acabamos de ver y por la situación en la que se encontraban los judíos en los tiempos de Yeshua, la expectativa mesiánica era grande y aunque había muchas ideas acerca del Mesías (como veremos en el siguiente punto), la gran mayoría creía que Dios levantaría a alguien para librarles de sus enemigos y establecer un Reino de paz en la tierra.


¿Uno o Dos?


Actualmente la creencia en el Mesías es una doctrina fundamental en el Judaísmo, de hecho es uno de los 13 principios de la fe judía formulados por Rabí Moshe Ben Maimon (Maimónides, también llamado el RaMBaM)


“Yo creo con fe completa
que el Mesías vendrá.
Y aunque se demore espero
cada día su llegada».
Principio 12


En la época de Yeshua muchos judíos no esperaban un Mesías, esperaban dos. Cuando los rabinos leían Zacarías 9:9 y Daniel 7:13 veían una aparente contradicción.


“Regocíjate sobremanera, hija de Sion.
Da voces de júbilo, hija de Jerusalén.
He aquí, tu rey viene a ti,
justo y dotado de salvación,
humilde, montado en un asno,
en un pollino, hijo de asna.”
Zacarías 9:9.


«Miraba yo en la visión de la noche,
y vi que con las nubes del cielo
venía uno como un hijo de hombre;
vino hasta el Anciano de días,
y lo hicieron acercarse delante de él».
Daniel 7:13


Otra afirmación bíblica que confundía a los rabinos es la que encontramos en el libro de Daniel.


“Y después de las sesenta y dos semanas
se quitará la vida al Mesías . . .”
Daniel 9:26a


¿Cómo es posible que el Mesías venga montado en un asno en el libro de Zacarías y en el libro de Daniel venga con las nubes? Si el Mesías es el que liberará a Israel de sus enemigos y establecerá un Reino de Paz en toda la tierra ¿Cómo es posible que el profeta Daniel afirme que “se quitará la vida al Mesías”? La respuesta a estas aparentes contradicciones la encontramos en “la teoría de los dos Mesías”.


Los rabinos explicaron que vendría primeramente un Mesías sufriente, un Mesías que moriría en la batalla contra Gog y Magog, un Mesías de la Casa de Israel, a este Mesías le dieron el nombre de “Mashiaj Ben Yosef”, el Mesías Hijo de José, también le llamaron “Mashiaj Ben Efraim”, el Mesías Hijo de Efraín, este Mesías conocería y enseñaría los secretos de la Torá y prepararía a todo el mundo para la venida del Mesías Hijo de David. Después de la muerte del Mesías Hijo de José vendría un tiempo de sufrimiento, tribulación y calamidades para Israel. Posteriormente (algunos afirman que pasarán 40 días entre la muerte del Mesías Hijo de José y la venida del Mesías Hijo de David) vendría el “Mashiaj Ben David”, el Mesías Hijo de David, este Mesías vengará la muerte del Mesías Hijo de José y lo resucitará, derrotará a los enemigos de Israel, acabará con la guerra, el pecado, la maldad y la muerte, restaurará el Templo, reunificará las 12 tribus, reinará desde Jerusalén y establecerá el Reino de Dios sobre toda la tierra, un Reino de paz y armonía, introduciéndonos en lo que se conoce como “Yemot haMashiaj” “Los días del Mesías” (La Era Mesiánica).


Juan el Bautista sabía que Yeshua era “el cordero de Dios” (Jn. 1:29), sabía que moriría por Israel y por todo el mundo, pero sin embargo manda que le hagan la siguiente pregunta:


“¿Eres tú el que ha de venir,
o esperaremos a otro?»


Juan el Bautista sabía que Yeshua era el Mesías Hijo de José, el Mesías sufriente, pero no estaba seguro si Yeshua también sería el Mesías Hijo de David, el Mesías Victorioso, y Yeshua le envía la respuesta:


«Id y contad a Juan lo que oís y veis:
los CIEGOS RECIBEN LA VISTA
y los cojos andan, los leprosos quedan limpios,
los sordos oyen, los muertos son resucitados
y a los POBRES SE LES ANUNCIA
EL EVANGELIO.”
Mateo 11:3

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en donde está manifestando que ademas de Siervo sufridor tenía las virtudes celestiales del Mesías triunfador: Yeshua es el Mesías Hijo de José y el Mesías Hijo de David.


Los esenios, según algunas afirmaciones encontradas en los Manuscritos del mar Muerto, también creían en dos Mesías: un Mesías-Sacerdote llamado “el Ungido de Aarón” y un Mesías-Rey llamado “el Ungido de Israel”.


Nosotros creemos que cuando hablamos del Mesías Hijo de José y el Mesías Hijo de David, estamos hablando de la misma persona: Yeshua. Nosotros entendemos que Yeshua en su primera venida vino como el Mesías sufriente, el Mesías que moriría por nuestros pecados, cuando Yeshua murió se desató un tiempo de calamidad y tribulación para Israel, el Templo fue destruido y los judíos fueron expulsados de su propia tierra, dentro de poco (que sea pronto y en nuestros días) Yeshua vendrá por segunda vez como el Mesías Hijo de David, el Mesías Victorioso, para establecer el Reino de Dios en la tierra.


Yeshua cumplió su misión como Mesías Hijo de José, el Mesías sufriente:


“Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de quien los hombres esconden el rostro…Ciertamente El llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; .. Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre El, y por sus heridas hemos sido sanados». (Isaías 53:3-7)


Yeshua cumplirá  su misión como Mesías Hijo de David, el Mesías Victorioso:


“Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE SOBRE LAS NUBES DEL CIELO con poder y gran gloria. Y El enviará a sus ángeles con UNA GRAN TROMPETA y REUNIRÁN a sus escogidos de los cuatro vientos…» (Mateo 24:30 y 31)


“Y vi el cielo abierto, y he aquí, un caballo blanco; el que lo montaba se llama Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y hace la guerra. Sus ojos son una llama de fuego, y sobre su cabeza hay muchas diademas… Y está vestido de un manto empapado en sangre, y su nombre es: El Verbo de Dios. Y los ejércitos que están en los cielos, vestidos de lino fino, blanco y limpio, le seguían sobre caballos blancos. De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones, y las regirá con vara de hierro;…Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.” (Apocalipsis 19:11-16)

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