esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

 

 

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«… los que el Padre me da, vienen a mí; y a los que vienen a mí, no los echaré fuera.
Porque yo no he bajado del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer
la voluntad de mi Padre…que…no pierda a ninguno de los que me ha dado,
sino que los resucite en el día
último»
Juan 6: 37-39

»En los días venideros —dice el Señor—, el pueblo de Israel volverá a su hogar junto
con el pueblo de Judá. Llegarán llorando en busca del Señor su Dios. Preguntarán
por el camino a Jerusalén y emprenderán el regreso a su hogar. Se aferrarán
al Señor con un pacto eterno que nunca se olvidará»
Jeremías 50, 4-5

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«¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos
serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima
de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor.
Todas esas cosas ya no existirán más»
Apocalipsis 21: 3-4

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«Ciertamente el Señor consolará a Sion…  convertirá su desierto en Edén,
y su yermo en huerto del Señor; gozo y alegría se encontrarán en ella,
acciones de gracias y voces de alabanza… porque de mí saldrá
una ley, y estableceré mi justicia  para luz de los pueblos»
Isaías 51:3-4

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«…las aguas te vieron y temieron; los abismos también se estremecieron. Las nubes…
tronaron los cielos… La voz de tu trueno estaba en el torbellino; tus relámpagos
alumbraron el mundo; se estremeció y tembló la tierra… En el mar fue tu camino
y tus sendas en las muchas aguas; tus pisadas no fueron halladas»
Salmo 77: 16-18+

«¡Vengan todos! ¡Aplaudan! ¡Griten alegres…! Pues el Señor Altísimo es imponente;
es el gran Rey  de toda la tierra. Él subyuga a las naciones… pone a nuestros
enemigos bajo nuestros pies. Escogió la Tierra Prometida como nuestra
herencia… el orgullo de los descendientes de Jacob, a quienes ama»
Salmo 47: 1-4

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«En el futuro, cuando experimentes todas las bendiciones y las maldiciones que te detallé
y estés viviendo entre las naciones a las que el Señor tu Dios te haya desterrado,
toma muy en serio todas estas instrucciones. Si en aquel tiempo, tú y tus hijos
regresan al Señor tu Dios…  entonces…  te devolverá tu bienestar.
Tendrá misericordia de ti y te volverá a reunir de entre todas
las naciones por donde te dispersó»
Deuteronomio 30, 1-3

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«Pues su Espíritu se une a nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios.
Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho,
somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si
vamos a participar de su gloria, también debemos
participar de su sufrimiento»
Romanos 8, 16-17

«Yo llamé al poderoso ejército de Egipto con todos sus carros de guerra y sus caballos.
Los sumergí debajo de las olas, y se ahogaron… »Pero olvida todo eso;
no es nada comparado con lo que voy a hacer… haré ríos en la tierra
árida y baldía, para que mi pueblo escogido pueda refrescarse.
Yo hice a Israel para mí mismo, y algún día me
honrará delante del mundo entero»
Isaías 43, 17-21

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«Óiganme, descendientes de Jacob, todos los que quedan del pueblo de Israel:
Yo he cargado con ustedes desde antes que nacieran; yo los he llevado
en brazos, y seguiré siendo el mismo cuando sean viejos… todavía
los sostendré. Yo los hice, y seguiré cargando con ustedes;
yo los sostendré y los salvaré»
Isaías 46, 3-4

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«Pero Moisés trató de apaciguar al Señor su Dios. —… ¿por qué estás tan enojado con tu
propio pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto con tan gran poder y mano fuerte?…
¡cambia de parecer…! Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. Tú mismo te
comprometiste… diciendo: “Haré que sus descendientes sean tan numerosos como
las estrellas del cielo, y entregaré a sus descendientes toda esta tierra
que prometí darles, y ellos la poseerán para siempre”.
Entonces el Señor cambió de parecer…»
Éxodo 32, 11-14

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«Cuando eran esclavos del pecado, estaban libres de la obligación de hacer lo correcto.
¿Y cuál fue la consecuencia? Que ahora están avergonzados de las cosas que solían
hacer, cosas que terminan en la condenación eterna; pero ahora quedaron
libres… Ahora hacen las cosas que llevan a la santidad y que dan
como resultado la vida eterna. Pues la paga que deja el pecado
es… muerte, pero el regalo que Dios da es… vida eterna…»
Romanos 8, 20-23

«Jesús estaba en el centro de la procesión, y la gente que lo rodeaba gritaba:
«¡Alaben a Dios! ¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor!
¡Bendiciones al reino que viene, el reino de nuestro
antepasado David ¡Alaben a Dios en el cielo…»»
Marcos 11, 9-10

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«Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos
a sí mismo por medio de Jesucristo… y le dio gran gusto hacerlo. De manera
que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre
nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado»
Efesios 1, 5-6

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«Y después de todo lo que nos ha sobrevenido a causa de nuestras malas obras y… gran culpa,
puesto que tú, nuestro Dios, nos has pagado menos de lo que nuestras iniquidades merecen,
y nos has dado un remanente que ha escapado como éste, ¿hemos de quebrantar de nuevo
tus mandamientos…?… Oh Señor, Dios de Israel, tú eres justo, porque hemos
quedado un remanente que ha escapado, como en este día…»
Esdras 9, 13-14

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«Le daré la llave de la casa de David, la posición más elevada dentro de la corte real.
Cuando él abra puertas, nadie podrá cerrarlas; cuando él cierre puertas, nadie
podrá abrirlas. Le traerá honor al nombre de su familia, porque yo lo pondré
firmemente en su lugar como un clavo en la pared»
Isaías 22, 22-23

«El Señor le dijo a mi Señor: «Siéntate en el lugar de honor a mi derecha, hasta que humille a tus enemigos
y los ponga por debajo de tus pies». El Señor extenderá tu poderoso reino desde Sion, y gobernarás
a tus enemigos… Estás envuelto en vestiduras santas, y tu fuerza se renovará cada día …
El Señor está a tu derecha para protegerte; derribará a  muchos reyes cuando estalle
su enojo. Castigará a las naciones…  destrozará cabezas por toda la tierra.
Pero él se refrescará en los arroyos junto al camino. Saldrá vencedor»
Salmo 110, 1-7

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«¡Cuánta gracia y misericordia tiene nuestro Señor! Da alimento a los que le temen;
siempre recuerda su pacto… Él pagó el rescate completo por su pueblo
y les ha garantizado para siempre el pacto que hizo con ellos…
El temor del Señor es la base de la verdadera sabiduría…
¡Alábenlo para siempre!»
Salmo 111, 4-10

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«Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza
porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones… Y la fe
de Abraham no se debilitó a pesar de que él reconocía que, por tener unos
cien años de edad, su cuerpo ya estaba muy anciano para tener hijos,
igual que el vientre de Sara»
Romanos 4, 18-19

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«Tus hijos se dedicarán a ti, oh Jerusalén, como un joven se dedica a su esposa.
Entonces Dios se regocijará por ti como el esposo se regocija por su
esposa… yo he puesto centinelas en tus murallas… No descansen,
ustedes que dirigen sus oraciones al Señor… hasta que
termine su obra, hasta que haga de Jerusalén el
orgullo de toda la tierra»
Isaías 62, 5-7

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«¡Escuchen! Es la voz de alguien que clama: «¡Abran camino a través del desierto
para el Señor! ¡Hagan una carretera derecha a través de la tierra baldía…!
Rellenen los valles y allanen los montes y las colinas; enderecen las
curvas y suavicen los lugares ásperos. Entonces se revelará la
gloria del Señor y todas las personas la verán…»
Isaías 40, 3-5

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«Entonces dijo a sus discípulos: «Se acerca el tiempo en que desearán ver el día
que el Hijo del Hombre regrese… Algunos les dirán: “Miren, allí está el
Hijo del Hombre” o “Aquí está”, pero no los sigan. Pues, así como el
relámpago destella e ilumina el cielo de un extremo a otro,
así será el día cuando venga el Hijo del Hombre»
Lucas 17: 22-25

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«Aunque la visión tarda en cumplirse, se cumplirá a su tiempo, no fallará.
Aunque tarde, espérala, porque sin duda vendrá, no tardará»
Habacuc 2:3

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«¡Canta, oh hija de Sión; grita fuerte, oh Israel! ¡Alégrate y gózate con todo tu corazón,
… Pues el Señor quitará su mano de juicio y dispersará a los ejércitos de tus
enemigos. ¡El Señor mismo, el Rey de Israel, vivirá en medio de ti!
Por fin, se habrán terminado tus aflicciones y nunca
jamás temerás el desastre»
Sofonías 3, 14-15

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“Según su grande misericordia [Él] nos hizo renacer para una esperanza viva, por la
resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible,
incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para
alcanzar la salvación que está preparada para ser
manifestada en el tiempo postrero”
1 Pedro 1, 3-9

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«¡Señor, no hay nadie como tú! Pues eres grande y tu nombre está lleno de poder.
¿Quién no te temería, oh Rey de las naciones? ¡Ese título te pertenece
solo a ti! Entre todos los sabios de la tierra  y en todos los
reinos del mundo no hay nadie como tú»
Jeremías 10, 6-7

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«Aunque el Señor te dio a comer adversidad y a beber sufrimiento, él seguirá
contigo a fin de enseñarte; verás a tu maestro con tus propios ojos.
Tus oídos lo escucharán. Detrás de ti, una voz dirá:
«Este es el camino por el que debes ir»»
Isaías 30, 20-21

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«Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá
bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que
están en la tierra. Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una
herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que
todas las cosas resulten de acuerdo con su plan»
Efesios 1, 10-11

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“Así dice el Señor Dios: ‘Yo os recogeré de entre los pueblos y os reuniré de las tierras
entre las cuales habéis sido dispersados, y os daré la tierra de Israel”… les daré
un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su
carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que anden
en mis estatutos… Entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios»
Ezequiel 11, 17-20

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«Pero Moisés trató de apaciguar al Señor su Dios. —… ¿por qué estás tan enojado con tu
propio pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto con tan gran poder y mano fuerte?…
¡cambia de parecer…! Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. Tú mismo te
comprometiste… diciendo: “Haré que sus descendientes sean tan numerosos como
las estrellas del cielo, y entregaré a sus descendientes toda esta tierra
que prometí darles, y ellos la poseerán para siempre”.
Entonces el Señor cambió de parecer…»
Éxodo 32, 11-14

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«¿Ocultaré mis planes a Abraham? —preguntó el Señor— Pues Abraham sin duda llegará a formar
una nación grande y poderosa, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas por
medio de él. Yo lo escogí a fin de que él ordene a sus hijos y a sus familias
que se mantengan en el camino del Señor haciendo lo que es correcto…
Entonces yo haré por Abraham todo lo que he prometido»
Génesis, 18, 17-19

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“Haré que Israel y Judá tengan muchos descendientes, y que habiten esta tierra
llena de colinas y montañas. Mis elegidos poseerán la tierra,
mis servidores habitarán allí”
Isaías 65:9

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”Será un momento angustioso, un momento como no ha habido otro desde que existen
las naciones. Cuando ese momento llegue, se salvarán todos los de tu pueblo
que tienen su nombre escrito en el libro. Muchos de los que duermen en
la tumba, despertarán: unos para vivir eternamente, y otros para
la vergüenza y el horror eternos»
Daniel 12: 1-2

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«Entonces dijo a sus discípulos: «Se acerca el tiempo en que desearán ver el día
que el Hijo del Hombre regrese… Algunos les dirán: “Miren, allí está el
Hijo del Hombre” o “Aquí está”, pero no los sigan. Pues, así como el
relámpago destella e ilumina el cielo de un extremo a otro,
así será el día cuando venga el Hijo del Hombre»
Lucas 17: 22-25

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«Los centinelas gritan y cantan de alegría, porque con sus propios ojos ven
al Señor regresando a Sión… El Señor ha manifestado su santo poder
ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la
tierra verán la victoria de nuestro Dios»
Isaías 52, 8-10

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«Jesús le gritó a la multitud: «Si confían en mí, no confían solo en mí, sino también
en Dios, quien me envió. Pues, cuando me ven a mí, están viendo al que me envió.
Yo he venido como una luz para brillar en este mundo de oscuridad… no hablo
con autoridad propia; el Padre, quien me envió, me ha ordenado qué decir
y cómo decirlo. Y sé que sus mandatos llevan a la vida eterna»
Juan 12, 44-50

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«¡Escuchen! Es la voz de alguien que clama: «¡Abran camino a través del desierto
para el Señor! ¡Hagan una carretera derecha a través de la tierra baldía…!
Entonces se revelará la gloria del Señor y todas las personas la verán»
Isaías 40, 3-5

+

«Alaben al Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
Nos envió un poderoso Salvador del linaje real de su siervo David, como lo
prometió mediante sus santos profetas hace mucho tiempo. Ahora
seremos rescatados de nuestros enemigos y de todos
los que nos odian»
Lucas 1, 68-79

+

«Hemos sido rescatados de nuestros enemigos para poder servir a Dios sin temor, en santidad
y justicia, mientras vivamos… Gracias a la tierna misericordia de Dios, la luz matinal
del cielo está a punto de brillar entre nosotros, para dar luz a los que están en
oscuridad y en sombra de muerte, y para guiarnos al camino de la paz»
Lucas 1, 74-79

+

«¡Señor, no hay nadie como tú! Pues eres grande y tu nombre está lleno de poder.
¿Quién no te temería, oh Rey de las naciones? ¡Ese título te pertenece
solo a ti! Entre todos los sabios de la tierra y en todos los
reinos del mundo no hay nadie como tú»
Jeremías 10, 6-7

++

«Él envió a su propio Hijo en un cuerpo como el que nosotros los pecadores tenemos; y en
ese cuerpo, mediante la entrega de su Hijo como sacrificio por nuestros pecados,
Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros. Lo hizo
para que se cumpliera totalmente la exigencia… de la ley a favor de
nosotros, que ya no seguimos a nuestra naturaleza pecaminosa
sino que seguimos al Espíritu»
Romanos 8, 3-4

+

«Jesús le contestó: —¿Tú eres un respetado maestro judío y aún no entiendes estas cosas?
… si no me creen cuando les hablo de cosas terrenales, ¿cómo creerán si les hablo de
cosas celestiales? Nadie jamás fue al cielo y regresó, pero el Hijo del Hombre
bajó del cielo. Y, así como Moisés levantó la serpiente de bronce en un
poste en el desierto, así deberá ser levantado el Hijo del Hombre,
para que todo el que crea en él tenga vida eterna»
Juan 3, 10-15

+

«¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo? Jesús le
contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace
de agua y del Espíritu. El ser humano solo puede reproducir la vida humana,
pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo. Así que no te
sorprendas cuando digo: ‘Tienen que nacer de nuevo'»
Juan 3, 4-5

+

«El Señor frustra los planes de las naciones y hace fracasar todas sus intrigas. Pero
los planes del Señor se mantienen firmes para siempre; sus propósitos nunca
serán frustrados. Qué alegría para la nación cuyo Dios es el Señor,
cuyo pueblo él eligió como herencia»
Salmo 33, 10-12

+

«Cuando los regrese a su tierra, la gente dirá: ‘¡Esta tierra era baldía y ahora
se parece al jardín del Edén!… Entonces las naciones vecinas que hayan
sobrevivido sabrán que yo, el Señor, reedifiqué lo que estaba en
ruinas y volví a sembrar la tierra baldía…, lo he
dicho, y cumpliré mi palabra»
Ezequiel 36, 35

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«…extenderé mi mano fuerte y mi brazo poderoso, y te traeré de regreso desde los
territorios por donde fuiste esparcido… Te examinaré cuidadosamente y te
obligaré a cumplir las condiciones del pacto. Te limpiaré de todos los
que se rebelen y se subleven contra mí. A ellos los sacaré de los
países adonde fueron desterrados, pero nunca entrarán en la
tierra de Israel. Entonces sabrás que yo soy el Señor»
Ezequiel 20, 34-38

+

«Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud, y por medio de El
reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la
sangre de su cruz, por medio de El, repito, ya sean las que están en la
tierra o las que están en los cielos»
Colosenses 1, 19-20

+

«El Señor lo llamó desde el monte y le dijo: «Comunica estas instrucciones a la familia
de Jacob…: “Ustedes vieron lo que hice con los egipcios. Saben cómo los llevé a
ustedes sobre alas de águila y los traje hacia mí. Ahora bien, si me obedecen
y cumplen mi pacto, ustedes serán mi tesoro especial entre todas las
naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece»
Éxodo 19, 3-5

+

«Lo veo a él, pero no aquí ni ahora. Lo percibo, pero lejos, en un futuro distante.
Una estrella se levantará de Jacob; un cetro surgirá de Israel. Aplastará
la cabeza del pueblo de Moab… Tomará posesión de Edom y a Seir…
lo conquistará, mientras Israel marcha adelante en triunfo»
Números 24, 17-18

+

«El rey Nabucodonosor envió el siguiente mensaje a la gente de todas las razas, naciones y
lenguas del mundo: –¡Paz y prosperidad a todos! Quiero que todos conozcan las señales
milagrosas y las maravillas que el Dios Altísimo ha realizado en mi favor. ¡Cuán
grandiosas son sus señales y cuán poderosas sus maravillas! Su reino
durará para siempre, y su dominio por todas las generaciones»
Daniel 4, 1-3

+

«Durante el día, la nube del Señor quedaba en el aire sobre el tabernáculo y,
durante la noche, resplandecía fuego dentro de ella, de modo que
toda la familia de Israel podía ver la nube. Eso mismo
ocurrió durante todos sus viajes»
Éxodo 40, 35

+

«El Señor reconstruye a Jerusalén y trae a los desterrados de vuelta a Israel.
Él sana a los de corazón quebrantado y les venda las heridas. Cuenta
las estrellas y llama a cada una por su nombre. ¡Qué grande es
nuestro Señor! ¡Su poder es absoluto!¡Su comprensión
supera todo entendimiento!»
Salmo 147, 2-5

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«Canten al Señor una nueva canción; canten sus alabanzas en la asamblea de los fieles.
Oh Israel, alégrate de tu Creador. Oh pueblo de Sión, regocíjate de tu Rey.
Alaba su nombre con danza… porque el Señor se deleita en su pueblo;
él corona al humilde con victoria»
Salmo 149, 1-4

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«¡Que la gloria del Señor continúe para siempre!¡El Señor se deleita
en todo lo que ha creado!… Cantaré al Señor mientras viva… Que
todos mis pensamientos le agraden… que dejen de existir para
siempre los perversos. Que todo lo que soy alabe al Señor»
Salmo 104, 31-35

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«Espera en el Señor y guarda su camino, y El te exaltará para que poseas la tierra…
He visto al impío… extenderse como frondoso árbol en su propio suelo. Luego
pasé, y he aquí, ya no estaba; lo busqué, pero no se le halló… los
transgresores serán destruidos a una… Mas la salvación de
los justos viene del Señor; El es su fortaleza en el
tiempo de la angustia»
Salmo 37, 34-39

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«¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos
serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima
de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor.
Todas esas cosas ya no existirán más»
Apocalipsis 21: 3-4