esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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En Génesis 25:22 se lee que cuando Rebeca sintió a sus gemelos moviéndose en su vientre –Esau y Jacob- se angustió y exclamó:

 

“…Si es así, ¿para qué vivo yo? ….
y le respondió YaHWéH:
Dos naciones hay en tu seno…»

 

Y es que ella presintió proféticamente el drama de traer al mundo una contradicción radical que quitaría la paz a las naciones venideras: la guerra sin tregua entre las urgencias de este mundo y la obediencia a la promesa del mundo venidero/atid lavo. Esta lucha mortal entre las urgencias del “aquí” y las renuncias de ahora que implica el “después” es el cauce profundo que define nuestro posicionamiento ante cada circunstancia de la vida. Y quizás en lo colectivo ninguna nación ejemplifica mejor esta aguda angustia que angustió el alma de Rebeca que los EEUU, especialmente los de hoy. De esa nación manan sin cesar aguas dulces y amargas.

 

En efecto: una parte sustancial de lo que odiamos los cristianos viene desde allí. Y nos duele tanto como Sodoma le dolía a Lot. Pero de esa nación también proviene una parte fundamental de todo lo que los hijos de Dios amamos. Eso instala una confusión cuando nos referimos a ella desde el punto de vista de la profecía.

 

Con respecto a lo que se opone frontalmente al designio de Dios/Elohim -YaHWéH- tenemos: desde allí se propagó al mundo entero el «feminismo» radical, el activismo gay, el activismo pro-aborto (con su bochornosa legislación), el hedonismo del «si te gusta y te da placer hazlo», el relato del caos del mundo contado con impresionantes efectos especiales en la llamada «industria del entretenimiento». Y la cultura de la droga en su versión mas sofisticada y en la mas burda. Y la industria pornográfica, la pedofilia, la seducción y corrupción de menores con bochornosos ejemplos. Y los juegos electrónicos que desestructuran el carácter abismándolo en la compulsión. Y la seducción de la Nueva Era, y en fin, todo lo que desmorona el orden moral judeocristiano de allí proviene. Para esta abigarrada constelación de impiedad vale la admonición de Oseas de parte de YaHWeH al reino rebelde y apostata de Jeroboam II:

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«Le escribí las grandezas de mi ley,
y fueron tenidas por cosa extraña»
Oseas 8:12

 

Porque si hay una nación que no debería olvidar su origen cristiano -al que traiciona y ofende en grado sumo- esa es los EEUU.

 

Pero en esa nación existe la otra cara conservadora y vivificante. Desde allí se ha propagado a los cuatro vientos planetarios la Palabra de Dios/Elohim por todos los medios de expresión imaginables. Y de esa nación provienen obras misioneras admirables y siervos humildes de Dios que consumieron su vida entregando el evangelio en las mas remotas latitudes. Y ayudas materiales sustanciales para el cumplimiento de ese proposito.

 

Y es así que los EEUU son como esas imágenes de algunos anuncios publicitarios que cambian según el ángulo en que se les mira: si miramos hacia ese país desde un cierto ángulo podemos ver escenificado el ataque mas grosero a la fe bíblica y la ejemplificación del humanismo mas craso (Esaú). Pero si nos movemos y cambiamos el ángulo de nuestra mirada veremos sobre la misma superficie el ejemplo mas claro y fructífero a escala planetaria de la obediencia a Dios tanto en los individuos como en las instituciones (Jacob). Y esta lucha fratricida entre las dos imágenes contradictorias que habitan en el mismo pais en agudo conflicto es lo que percibió Rebeca en sus entrañas y que la angustiaba hasta la muerte:

 

“…si es así, ¿para qué vivo yo?…

 

La ‘libertad’ esclava del pecado y la libertad esclava del Cielo luchan en esa nación un duelo mortal. Y es de esa dialéctica que surge el arrepentimiento como rasgo del carácter. Porque la única forma de pasar de la cara oscura de sus vicios sociales a la cara iluminada por el Sol de Justicia es el arrepentimiento. Y este es también un rasgo nacional que atraviesa a esa nación como un cauce profundo de aguas cristalinas.

 

Así, uno de los mayores médicos aborteros generado por la impunidad de sus leyes fue el que -arrepentido- proveyó las primeras fotos y las primeras evidencias científicas sobre qué es lo que realmente sucede en el vientre materno durante la gestación. Este medico -el Dr. Bernard Nathanson- produjo el gigantesco alegato «El Grito Silencioso» y protagonizó las primeras sesiones de denuncia a estos asesinatos intrauterinos de niños ante el Congreso de su país. Ahora, la Sra. Norma McCorvey, cuyo caso fue manipulado para aprobar la legalización del aborto mas permisiva que se conoce, convertida hoy a la fe de Cristo encabeza la segunda generación de arrepentidos, el segundo embate frontal contra ese Congreso que «abandonó el primer amor». Esto solo puede suceder en una nación que se deja conmover por el arrepentimiento.

 

Dos naciones luchan entre sí en los EEUU: una parece anticuada, inadaptada a la modernidad, presa al pasado, y es el remanente de Jacob: los cristianos fieles de los que se habla despectivamente en la midia como la ‘derecha fundamentalista’. Esa parte es la que será preservada bajo la poderosa mano de Dios/Elohim -YaHWéH-. Y otra parece fuerte, es velluda y varonil, llena de autoconfianza y desparpajo (Esau). Generalmente es esta última la que tiene ‘buena prensa’, y es la que hace gala de su “tolerancia” nacida del relativismo moral y el desprecio al consejo del Eterno. Es la que no ama la Promesa y por eso es capaz de cambiarla por un plato de lentejas y va a ser objeto de un juicio terrible que conmoverá a los EE.UU. primero y a todo el planeta después.

 

Montevideo, 15 de noviembre del 2003
en oportunidad de la visita a Montevideo
de la la Sra. Norma McCorvey