esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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+viene de:
«El tiempo de los cazadores»

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El “tiempo de los cazadores” del que habla Jeremías 16:16 fue precedido por avisos que, bien estudiados, nos dicen que ya estamos entrando en el. Es útil analizar brevemente esos preanuncios de un tiempo -muy breve felizmente- en que el «amor se enfriará» y la violencia y la crueldad campearán sin freno. Algo de lo cual ya nos estamos haciendo una idea cabal. Pero en ese tiempo venidero, en que  la “bestia” se ensañará con los que «guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo», el poder de Dios/Elohim -YaHWéH-  revestirá a los «elegidos y fieles» con Espíritu de consolación y de valor. Cuando mayor es la persecución, mas el Espíritu Santo derrama sus dones sobre aquellos que esperan en Dios/Elohim. «Esperar en Él» es la consigna para estar de pie en los años que vienen. Vamos a esos tres preanuncios de lo que vendrá y ya está aquí:

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1) la Alemania nazi:

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+Sabemos demasiado de los horrores de esos años para agregar mas palabras. Una persecución asesina se ensañó con la parte explícita de la descendencia de ISRAEL –la “casa de Judá”- provocando el Holocausto Judío. El descubrimiento de las bajezas inimaginables de los campos de concentración nos acompaña hasta hoy como un estigma incomprensible de la perversidad a que puede llegar la naturaleza humana descarriada. Ese fue el primer anuncio de «la bestia», que tiene todavía replicas y se recicla en sórdidos movimientos neo-nazis. Salgamos rápido de estos recuerdos y vamos al segundo preanucio:



2) el humanismo ateo encaramado en la educación,los medios y la “industria del entretenimiento”:



Este segundo anuncio no es tan explícito como el anterior pero ataca a la fe bíblica de una manera que es al principio sutil e indolora, pero su veneno va aumentando la dosis sin pausa hasta que corroe todo el cuerpo de la sociedad haciéndola irreconocible. Su antecedente remoto fue el día en que entró en los centros educativos la enseñanza del “evolucionismo” revestido de ropaje científico y sustituyó la dignidad de ser “imagen de Dios” que tiene el hombre desde su creación. Y se comenzó a enseñar que las raza humana es descendiente de simios, el producto final de una larga cadena “evolutiva” cuyo motor principal fue la violencia instintiva, ciega e inmoral. Y así, se nos enseñó sin rubor y sin pudor que el hombre se abrió paso hacia la cúspide del “reino animal” aniquilando, por el medio que sea, a los mas débiles.


dinosauriosEsta era la “teología” totalitaria atea que precisaba el humanismo. Con violencia visceral, sin misericordia ni sentimiento de  culpa, es como nos encaramamos en la cima de esa pirámide amorfa de la «hipótesis» darwiniana.  Es decir, el hombre –siempre según esta extraña visión- fue el mejor y mas exitoso depredador de todas las especies, un “cazador” de la mas alta tecnología biológica poseedor de un instinto brutal apenas controlado por una moral relativista y de compromiso.


Y en la década de los 60’, los estragos culturales producidos por esta “teología de la depredación” hicieron que en la mas grande nación cristiana del mundo se prohibiera la oración en las escuelas que era su marca fundacional. Según los nuevos teóricos la oración al Dios Creador era suprimida para no ofender a los que profesaran la nueva “teología” materialista y brutal revestida de ciencia. Así el “humanismo”, esto es: la filosofía del hombre por el hombre, sin Creador ni atadura moral alguna, con una justificación seudocientífica que le permitía barrer toda oposición, dio un paso de gigante. Y el camino quedó libre y aplanado para la aprobación, no mucho mas tarde, de la mas vergonzosa ley de aborto concebible al amparo de la cual ya se mataron mucho mas de 30 millones de norteamericanos no-nacidos en el vientre de sus madres.


Y el veneno siguió aumentando su dosis corrosiva y llego a su fase mas letal y en los años 80′ y ’90, cuando la «industria del entretenimiento», ya sin trabas morales, comenzó a producir “héroes” depredadores: el primero de la zaga fue “Tiburón” que hoy parece un inocente juego de niños. Era apenas un ensayo para otros depredadores mas terribles que aparecieron después, cambiando la escala sensorial de nuestros miedos y haciendo saltar por los aires todo reparo o pudor por el espectador al que sometieron planificadamente a una dosis masiva de adrenalina. Y esa adrenalina fue realimentada  por el ritmo disolvente del rock fue pasado de un entretenimiento trivial para adolescentes a una parafernalia de sonidos que produce alteraciones de conciencia -como el heavy-rock- no exenta de “visitas” de las tinieblas.


hard rockLa muerte, lo bizarro y horroroso, lo instintivamente malo, que era como dijimos el hilo conductor de la zaga «evolucionista» se adueño de la cultura popular en una sinergia arrolladora y nos rodeó –especialmente a los mas jóvenes- de un medio ambiente sucio, carente de virtudes, en el que el mensaje de la Palabra se hizo cada vez mas inaudible.


Y en este ambiente de deconstrucción y progresiva alteración de la conciencia aparecieron los «hunter» en los juegos electrónicos, en los videojuegos, y mas tarde en los mas sofisticados juegos de computadora que dieron cuerpo y “vida” al mundo de las tinieblas.


Y el cine, la TV, la música, los juegos cargados de adrenalina fueron desfigurandolo todo. Del Tiburon pasamos a  Rambo y sus imitaciones y secuelas con muertes masivas producidas por potentes e inverosímiles armamentos y alimentados por un instinto de venganza fuera de control.  Y el genero se fue completando produciendo varias replicas: la zaga de los Allien y de los Terminator, o los filmes de karate mortal, o los filmes de mega-catástrofes en que el depredador es la naturaleza desatada y fuera de sí -tsunamis, meteoritos, naufragios, mega-incendios, huracanes, terremotos- todos impecablemente reproducidos en efectos especiales.


Y de cho shen shuaipronto sucedió lo previsible: toda esta compulsión escapó de la realidad virtual y se derramó como napalm en la piel de la sociedad que los engendró. Y entonces algunos jovencitos -aparentemente «normales»- convirtieron a sus compañeros de clase, o a sus profesores, o a sus padres, o a sus novias, o a quien sea, en su coto de caza particular. Los “hunter” son ahora –frecuentemente- adolescentes presos de un rencor asesino a imagen de la midia que los trajo al mundo y que educó sus (malos) instintos, su compulsión. Los protagonistas de la matanza de Columbines –por ejemplo- querían que su acción se transformara en argumento de Hollywood. Y Cho Seung-Hui utilizó los instrumentos de la tecnología hoy accesibles a todos para grabar sus tenebrosos alegatos y mostrar su odio en formato digital. Y estas cosas se repitieron como un serial criminal masivo y global. La realidad imita a la ficción y vuelve a hacerse ficción en una sinergia que pone entre paréntesis la posibilidad de controlarla. ¿habra futuro posible cuando nuestros jóvenes están siendo programados -aun los que todavía no han incurrido en la violencia- para matar?

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Así, al final del proceso, la violencia salió de los medios y el instinto sin control -el héroe del “proceso evolutivo” ¿recuerdan?- anda suelto en nuestro entorno inmediato: el hogar y los centros de enseñanza, nuestro primer y segundo hogar, se han convertido en cotos de caza y las presas solo pueden aumentar vertiginosamente en el futuro próximo, ya que la causa preponderante -la sinergia de los medios electrónicos incluyendo por supuesto la telefonía móvil con funciones hipertrofiadas- aumenta día a día.

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3) el 11-S y el terrorismo islámico:



El ataque a las torres gemelas se pareció mucho a un guión de Hollywood. De hecho muchos dicen que se inspiró en un conocido juego de computadora en el que, pilotando un avioncito en realidad virtual, se jugaba a pasar por entre las dos torres gemelas del desaparecido Word Trade Center. Si se erraba en la conducción del avioncito -que era lo habitual– este se estrellaba contra una de ellas y aparecía un “crash” en la pantalla. Este juego y muchos films en ejecución en el momento del mega-atentado fueron discontinuados para que el parecido de los engendros de la «industria del entretenimiento» con la trágica realidad del 11-S no se hiciera evidente
. Personalmente vivía en NY cuando comenzaron a atacarse boleterías de “subtes” por métodos que aparecían en un filme de la época. Llegamos entonces a un tiempo en que la realidad imita a la ficción. Y a la más siniestra. El humanismo depredador desbordado en los medios electrónicos fue el que inspiro el audaz golpe que hizo entrar por la puerta grande a los nuevos “hunter”: los terroristas islámicos.


Y EEUU, humillado en su ser nacional por haber sido tocado en dos de sus marcas de identidad: el comercio mundial y el cuartel general de su formidable poderío militar replicó llevando su represalia hasta escenarios tan insospechados y desconocidos para la gente común -en aquel entonces- como Afganistán. Y luego contra regímenes criminales mas conocidos como el de Saddam Huseim,  que ya había sido atacado en la crisis provocada por la   anexión de Kuwai, oportunidad en que se produjo la inauguración mundial de la guerra on-line, transmitida “en vivo y en directo” y de alcance planetario. Y en esta última guerra contra Irak, los medios televisivos y electrónicos en general, ya mas afinados, temerarios y sin otra línea editorial que causar impacto en el televidente, hicieron su fiesta y llenaron las pantallas hogareñas de escenas crueles propias de toda guerra, con un concepto de la información emocional y desequilibrado que sacó de su centro para siempre el planteo racional de la política internacional confundiendo a héroes y villanos.

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Y estos son los tres anuncios -o preanuncios- de la bestia. Y se superponen, solapan e interaccionan unos con otros en alarmante sinergia: el nazismo, el humanismo ateo pervirtiendo la cultura, haciéndola compulsiva y violenta y marginando la fe bíblica, y el terrorismo islámico. Y así estamos en una especie de “tercera guerra mundial” sin límites precisos y sin protagonistas claros, que incuba y estimula el ataque definitivo a la civilización cristiana en su propio reducto.


Ya se dijo que en Europa hay una sentimiento creciente de “cristianofobia” y esto parece muy evidente aun en países milenariamente cristianos como España. Pero es así en toda Europa. Y si EEUU fuera decisivamente debilitado por alguna razón –y de hecho hay una terrible catástrofe natural pendiente sobre ella, además de la división creciente en su seno que esta corroyendo sus ideales- habría via libre para la caza de “cristianos” en todo el orbe. Y la Palabra nos dice que esta última embestida contra la descendencia de la “mujer” de Apocalipsis 12  -incubada en una apostasía global- tendrá un líder planetario muy eficiente y convincente: la bestia.

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(escrito en el año 2006)

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