esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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“Si yo no hubiera establecido mi pacto con el día ni con la
noche, ni hubiera fijado las leyes que rigen el cielo y la
tierra, entonces habría rechazado a los descendientes de
Jacob y de mi siervo David, y no habría escogido a uno
de su estirpe para gobernar sobre la descendencia de
Abraham, Isaac y Jacob»
Jeremías 33:25-26

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“mi nombre será honrado desde la mañana hasta la noche
por gente de otras naciones. En todo el mundo
ofrecerán incienso dulce y ofrendas puras
en honor de mi nombre. Pues mi nombre
es grande entre las naciones”
Malaquías 1, 11

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«Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar… estaba
plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo
lo que promete. Y, debido a su fe, Dios lo consideró justo. Y…
no fue solo para beneficio de Abraham, sino que quedó escrito
también para nuestro beneficio… Dios nos considerará
justos… si creemos en él, quien levantó de los
muertos a Jesús nuestro Señor»
Romanos 4, 20-24

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«¡Él devorará a la muerte para siempre!… y quitará…los insultos y
las burlas contra su tierra y su pueblo… En aquel día, la gente
proclamará: «¡Este es nuestro Dios! ¡Confiamos en él, y él nos
salvó! Este es el Señor en quien confiamos.¡Alegrémonos
en la salvación que nos trae!»»
Isaías 25, 8-9

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«Allí vi una corriente de agua que fluía hacia el oriente por debajo
de la puerta del templo… «Este río… atraviesa el desierto y
desemboca en el valle del mar Muerto. Esta corriente hará
que las aguas saladas del mar… se vuelvan puras y
dulces. Vivirán cantidad de criaturas… Florecerá
la vida a donde llegue esta agua»
Ezequiel 47, 1; 8-9

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«Vendrá un día en que haré que hombres y animales abunden en
Israel y en Judá. Y así como estuve atento para arrancar…
destruir y causar daños, así también estaré vigilante
para construir y plantar… Ésta será la alianza que
haré con Israel en aquel tiempo: Pondré mi ley en
su corazón y la escribiré en su mente. Yo seré
su Dios y ellos serán mi pueblo»
Jeremias 31, 27-33

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«Pues nosotros somos el templo del Dios viviente. Como dijo Dios:
— Viviré en ellos y caminaré entre ellos. Yo seré su Dios,
y ellos serán mi pueblo… yo seré su Padre, y
ustedes serán mis hijos e hijas»
2 Corintios 6, 16-18

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»Alégrense con él, oh cielos, y que lo adoren todos los
ángeles de Dios…Pues él vengará la sangre de sus
siervos… Dará su merecido a los que lo odian
y limpiará la tierra para su pueblo»
Deuterenomio 32: 43

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«Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos
en YaHWéH, vuestro Dios; porque os ha dado la
primera lluvia a su tiempo, y hará descender
sobre vosotros lluvia temprana y tardía,
como al principio»
Joel 2:23

 

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«Como colaboradores de Dios, les suplicamos que no reciban
ese maravilloso regalo de la bondad de Dios y luego no le
den importancia. Pues Dios dice: «En el momento preciso,
te oí. En el día de salvación te ayudé». Efectivamente,
el «momento preciso» es ahora. Hoy es el
día de salvación»
2 Corintios 6, 1-2

 

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«La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y
la paz se besaron. La verdad brotará de la tierra y la
justicia mirará desde los cielos. Jehová dará también
el bien y nuestra tierra dará su fruto. La justicia
irá delante de él y sus pasos nos
pondrá por camino»
Salmo 85, 10-13

 

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«Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió
teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser
el padre de muchas naciones… la fe de Abraham no se
debilitó a pesar de… tener unos cien años de edad,
su cuerpo ya estaba muy anciano para tener hijos,
igual que el vientre de Sara»
Romanos 4, 18-19

 

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“Porque tú nos probaste, oh Dios; nos ensayaste como se
afina la plata. Nos metiste en la red; pusiste sobre
nuestros lomos pesada carga… pasamos por el fuego
y por el agua, y nos sacaste a abundancia…»
Salmos 66: 10-12

 

 

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«Pues el ángel del Señor es un guardián; rodea y defiende
a todos los que le temen. Prueben y vean que el Señor
es bueno ¡qué alegría para los que se refugian
en él! Teman al Señor, ustedes los de su
pueblo santo, pues los que le temen
tendrán todo lo que necesitan»
Salmo 34, 7-9

 

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«porque mi determinación es reunir las naciones… para derramar
sobre ellos mi enojo… hasta que el fuego de mi celo consuma
toda la tierra. »En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos
pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de
Jehová, para que le sirvan de común consentimiento.»
Sofonias 3, 8-9

 

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«Tu trono… permanece por siempre y para siempre.
Tú gobiernas con un cetro de justicia. Amas la
justicia y odias la maldad. Por eso… tu
Dios te ha ungido derramando el aceite
de alegría sobre ti más que sobre
cualquier otro»
Hebreos 1: 8

 

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«Sin duda alguna, el gran misterio de nuestra fe es el siguiente:
Cristo fue revelado en un cuerpo humano y vindicado por el
Espíritu. Fue visto por ángeles y anunciado a las
naciones. Fue creído en todo el mundo y
llevado al cielo en gloria»
1 Timoteo 3, 16

 

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«Pidan al Señor lluvia en la primavera, porque él forma las nubes de tempestad.
Y él mandará abundante lluvia de modo que cada campo se convierta en un
buen pastizal…. »Yo fortaleceré a Judá y salvaré a Israel; los
restauraré a causa de mi compasión. Será como si nunca los
hubiera rechazado, porque yo soy el Señor su Dios,
que escuchará sus lamentos»
Zacarías 10, 1-6

 

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«¡Señor, no hay nadie como tú! Pues eres grande y tu
nombre está lleno de poder. ¿Quién no te temería,
oh Rey de las naciones? ¡Ese título te pertenece
solo a ti! Entre todos los sabios de la
tierra y en todos los reinos del
mundo no hay nadie como tú»
Jeremías 10, 6-7

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»”Yo, el Señor, digo: Aún haré algo más. Concederé al pueblo de
Israel lo que me pida que haga por ellos; multiplicaré su gente
como un rebaño. Las ciudades en ruinas se llenarán de tanta
gente, que se parecerán a las ovejas que en las fiestas se
llevan a Jerusalén para ofrecerlas en sacrificio.
Entonces reconocerán que yo soy el Señor”»
Ezequiel 36, 37-38

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“Iré a esas ciudades que antes estaban desoladas y que ahora están
repletas de gente que regresó del destierro de muchas naciones.
Las saquearé y me llevaré un enorme botín porque ahora los
habitantes son ricos en animales y en otras posesiones”

“Te castigaré a ti y a tus ejércitos… ¡enviaré lluvias
torrenciales, granizo, fuego y azufre ardiente! De ese
modo, mostraré mi grandeza y santidad, y me daré a
conocer a todas las naciones del mundo. Entonces
sabrán que yo soy el Señor”
Ezequiel 38, 12; 22-23

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«En los días venideros —dice el Señor—, el pueblo de Israel
volverá a su hogar junto con el pueblo de Judá. Llegarán
llorando en busca del Señor su Dios. Preguntarán por el
camino a Jerusalén y emprenderán el regreso a su
hogar. Se aferrarán al Señor con un pacto
eterno que nunca se olvidará»
Jeremias 50, 4-5

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«Pon tu esperanza en el Señor y marcha con paso firme por
su camino. Él te honrará al darte la tierra… He visto a
gente malvada y despiadada florecer como árboles en tierra
fértil. Pero cuando volví a mirar, ¡habían desaparecido…
no pude encontrarlos! El Señor rescata a los justos;
él es su fortaleza en tiempos de dificultad…
y ellos encuentran refugio en él»
Salmo 37, 34-40

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«Queridos amigos, ya somos hijos de Dios, pero él todavía no
nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga; pero sí
sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como
él es. Y todos los que tienen esta gran expectativa
se mantendrán puros, así como él es puro»
1 Juan 3:2-3

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«Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también
te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el
mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para
que ninguno tome tu corona»
Apocalipsis 3, 10-11

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«No temas, Sion; no desfallezcan tus manos. El Señor
tu Dios está en medio de ti, guerrero victorioso;
se gozará en ti con alegría, te renovará en
su amor, se regocijará por ti con
cantos de júbilo»
Sofonias 3, 16-17

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«Jesús le gritó a la multitud: «Si confían en mí, no confían solo
en mí, sino también en Dios, quien me envió. Pues, cuando me
ven a mí, están viendo al que me envió. Yo he venido como
una luz para brillar en este mundo de oscuridad, a fin
de que todos los que pongan su confianza en mí no
queden más en la oscuridad»
Juan 12, 44-45

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«Y a los hijos de los extranjeros que sigan a YaHWéH …
y abracen mi pacto… yo los llevaré a mi santo monte…
porque mi casa será llamada casa de oración
para todos los pueblos»
Isaías 56, 6-7

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«¡Alégrense con Jerusalén! Gócense con ella, todos
ustedes que la aman y ustedes que se lamentan por
ella… «Yo le daré… un río de paz y de prosperidad.
Las riquezas de las naciones fluirán hacia ella.
Sus hijos se alimentarán de sus pechos…
Los consolaré allí… como una
madre consuela a su hijo»
Isaías 66: 10-13

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«Seré como un pastor que busca al rebaño esparcido. Encontraré
a mis ovejas y las rescataré de todos los lugares por donde
quedaron esparcidas ese día oscuro y nublado. Las sacaré
de entre los demás pueblos y naciones y las traeré de
regreso a casa, a su propia tierra… Yo mismo
cuidaré de mis ovejas y les daré un lugar
para que se recuesten en paz…»
Ezequiel 34, 12-15

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«Yo les traeré sanidad y medicina; los curaré y les revelaré
abundancia de paz y de verdad. Haré volver los cautivos de
Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al
principio… Esta ciudad me será por nombre de gozo, de
alabanza y de gloria entre todas las naciones de la
tierra, cuando oigan todo el bien que yo les
hago. Temerán y temblarán por… toda
la paz que yo les daré»
Jeremias 33, 6-9

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«Tus hijos se dedicarán a ti, oh Jerusalén, como un joven..
a su esposa… yo he puesto centinelas en tus murallas…
No descansen, ustedes que dirigen sus oraciones al
Señor… hasta que termine su obra, hasta que haga
de Jerusalén el orgullo de toda la tierra»
Isaías 62, 5-7

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«Hoy, como Isaac, somos los hijos de Abraham y Dios nos hace
la misma promesa: “Si vosotros sois de Cristo, ciertamente
linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa”
Gálatas 3:29

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«El Señor le dijo a mi Señor: «Siéntate en el lugar de honor a
mi derecha, hasta que humille a tus enemigos y los ponga por
debajo de tus pies». El Señor extenderá tu poderoso reino desde
Sión, y gobernarás a tus enemigos. Cuando vayas a la guerra,
tu pueblo te servirá por voluntad propia. Estás envuelto
en vestiduras santas, y tu fuerza se renovará cada
día como el rocío de la mañana»
Salmo 110, 1-3

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«El Señor ha hecho un juramento y no romperá
su promesa: «Tú eres sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec».!
Salmo 110, 4

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«Así que la promesa se recibe por medio de la fe. Es un regalo
inmerecido. Y, vivamos o no de acuerdo con la ley de Moisés,
todos estamos seguros de recibir esta promesa si tenemos
una fe como la de Abraham, quien es el padre
de todos los que creen»
Romanos 4, 16

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«Porque, he aquí, vienen días –declara el SEÑOR– cuando
restauraré el bienestar de mi pueblo, Israel y Judá…
También los haré volver a la tierra que di a
sus padres, y la poseerán»
Jeremias 30, 3

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“…les levantó por rey a David, del cual Dios también testificó…:
— ‘He hallado a David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi
corazón, que hará toda mi voluntad’. De la descendencia
de éste, conforme a la promesa, Dios ha dado
a Israel un Salvador, Jesús”
Hechos  13, 16-23

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«cuando todas las cosas estén bajo su autoridad, el Hijo
se pondrá a sí mismo bajo la autoridad de Dios, para
que Dios, quien le dio a su Hijo la autoridad sobre
todas las cosas, sea completamente supremo
sobre todas las cosas en todas partes»
1 corintios 15, 28

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«…los que desean jactarse que lo hagan solamente en esto:
en conocerme verdaderamente y entender que yo soy
el Señor quien demuestra amor inagotable, y
trae justicia y rectitud a la tierra, y
que me deleito en estas cosas»
Jeremías 9, 24

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«—No tengas miedo, María —le dijo el ángel— ¡porque has
hallado el favor de Dios! Concebirás y darás a luz un hijo,
y le pondrás por nombre Jesús… y lo llamarán Hijo del
Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su
antepasado David. Y reinará sobre Israel
para siempre; ¡su reino no tendrá fin!»
Lucas 1, 30-33

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«…había pastores a campo raso cuidando sus rebaños durante
las vigilias de la noche. Y un ángel del Señor se les presentó,
y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran
temor. Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os
traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el
pueblo; porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David,
un Salvador, que es el Mashíaj, el Señor. Y esto os
servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto
en pañales y acostado en un pesebre»
Lucas 2, 8-12

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«Tu trono… permanece por siempre y para siempre.
Tú gobiernas con un cetro de justicia. Amas la
justicia y odias la maldad. Por eso… tu Dios
te ha ungido derramando el aceite de alegría
sobre ti más que sobre cualquier otro»
Hebreos 1: 8

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“Y será aquel varón como escondedero contra el viento,
y como refugio contra el turbión; como arroyos de
aguas en tierra de sequedad, como sombra de
gran peñasco en tierra calurosa”
Isaías 32:2

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«Los malvados tendrán muchos dolores, pero el amor del Señor
envuelve a los que en él confían. Alégrense en el Señor,
hombres buenos y honrados; ¡alégrense
y griten de alegría!»
Salmo 32, 10-11

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