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Hay en el fresco de las constelaciones revelado a Adan y la familia de Set por YaHWéH dos “gigantes” -por el espacio que ocupan en el cielo- que aparecen en el firmamento en posiciones opuestas: uno se apoya en la faja zodiacal –“Ofiuco”- en tanto que el otro está en posición invertida de modo que sus cabezas casi se tocan -Hércules-. Veámoslo en imágenes:
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Este es “Ofiuco” pisando la faja zodiacal directamente sobre Escorpión (al que esta masacrando). Y luego vemos la inversión de la figura anterior que muestra a “Hércules” a punto de descargar su porra sobre quien veremos que es la serpiente/ dragón que cae del cielo:
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Y aquí vemos un detalle que nos muestra como las cabezas de estos dos “gigantes”/»héroes» casi se tocan lo que habla de una identidad de Propósito:
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¿Y que están haciendo esos dos “gigantes” así imbricados? Comencemos por “Ofiuco”: notoriamente esta agarrando una serpiente que pugna por librarse de sus fuertes manos. Veamos que no está luchando con ella, está asegurándola, sujetándola, sin aparente esfuerzo. De hecho “Ofiuco” significa “la serpiente agarrada”. Este “gigante”/»héroe» se muestra en su representación tradicional de espaldas y no como figura en la imagen de mas arriba ya que es -en una de sus interpretaciones- una figura del Padre ofreciendo al Hijo como sacrificio vicario por el pecado de los hombres, y de Él solo podemos ver Su espalda, tal como se dice en Éxodo 33:23:
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«…y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro»
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¿Y que dijo en ese excelso momento Dios/Elohim a Moisés al que pidió que se escondiera en una roca: pronunció primero su nombre sagrado y luego proclamó Su misericordia ejemplificada por la donación de Su Hijo:
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«,,, proclamó: ¡YaHWéH! ¡YaHWéH! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad».
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La representación de Ofiuco es una de las mas conmovedoras de todas las constelaciones y esta rodeada de oscuridad porque ese fue el momento de mayor tiniebla de la historia (en el lado opuesto del cielo esta su contrapartida, «Orión», inundada de luz y resplandeciente significando la resurrección del que fue «Maldito» por el pecado de los hombres ahora en cuerpo glorioso en Su segunda venida como Rey del mundo). Esta es la representación de “Ofiuco” según la tradición ancestral:
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¡Alabado sea Dios por Su Misericordia!
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La serpiente que sujeta «Ofiuco» representa entonces dos cosas: el «Maldito» por los pecados de los hombres expuesto en la cruz y a la serpiente antigua autora de la rebelión y el pecado derrotada para siempre en la cruz. Ambos hechos se superponen y podemos entenderla de las dos maneras. Vemos que la cabeza de la serpiente no llega a alcanzar la corona (que no se muestra en la figura de mas arriba pero que esta suspendida directamente por encima de la testa de la serpiente). Esta corona significa que el «Maldito» es el futuro Rey del mundo, pero también que la serpiente antigua no la podrá alcanzar nunca, aunque esa fue su pérfida pretensión al rebelarse (de nuevo una interpretación ambivalente).
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Además, esta poderosa figura –“Ofiuco”- aplasta con uno de sus pies al escorpión (“Escorpio”) en la faja zodiacal como ya dijimos. El conjunto de la obra de “Ofiuco” nos hace recordar a Lucas 10:19 en donde se lee: “Os doy potestad de pisotear serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará” porque eso es lo que esta haciendo “Ofiuco”: mostrando su dominio absoluto sobre serpientes y escorpiones, figuras del enemigo de nuestras almas.
Veamos ahora que esta haciendo “Hércules” posicionado en la dirección opuesta. E. W. Bullinger -de quien ya hemos hablado- describe así a esta figura celeste:
“Aquí, este héroe potente… se ve con una rodilla en el suelo, y el talón derecho levantado como si hubiera sido herido, mientras que su pie izquierdo está colocado directamente encima de la cabeza del gran dragón”.
Este “gran dragón” es la constelación de “Draco” cuyo sinuoso cuerpo se descuelga de los mas alto del cielo hasta los pies de “Hércules”. Digamos también que en ese caída serpenteante desde las alturas hasta su cercano ajusticiamiento «Hercules» separa a dos constelaciones muy populares desde la antigüedad: la “Osa Mayor” y la Osa Menor”. Una versión gráfica de la separación de la “Osa Mayor y la Osa Menor” por “Draco” sería ésta:
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Aunque la “Osa Mayor” es muchísimo mayor que la aquí representada. El significado de esta separación de la “Osa Mayor” y la “Osa Menor por “Draco” es de gran importancia para entender mucho de lo que se dice en este sitio, pero a eso nos referiremos en otro estudio.
Volvamos a la descripción de “Hércules”:
“En su mano derecha sostiene una gran porra…. Tiene la piel de un león… echada sobre sus hombros…”
Evidentemente la enorme porra que blande en su mano derecha como poderoso guerrero es para terminar de aplastar la cabeza de la serpiente que ya tiene bajo su pie en señal de triunfo. Y la piel de león sobre su torso está indicando que lo que aquí se está describiendo es la lucha final entre el “León de Judá” y la “serpiente antigua” que fue condenada a morir con su cabeza aplastada desde antes de la fundación del mundo. En efecto, mirando esta figura no podemos dejar de recordar Génesis 3:15 cuando, refiriéndose a la Simiente de la mujer –el León de Judá- dice: “esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón”. De esto trata el drama celestial de “Hércules” y la serpiente (“Draco”) que se descuelga de las alturas.
Una representación gráfica de “Hércules” aplastando la cabeza de la serpiente sería esta:
O esta:
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De modo que estos dos gigantes, “Ofiuco” y “Hercules”, que componen con mucho protagonismo el fresco del firmamento del hemisferio norte, nos hablan de una obra de exterminio de la Serpiente/Dragón. Uno, “Ofiuco”, la sostiene con firmeza para que no alcance una refulgente corona que pende sobre su cabeza. Es el triunfo sobre su ambición de sustituir al Rey Designado desde antes de la fundación del mundo. Y otro, “Hércules”, se apresta a asestarle un golpe mortal en la testa con una enorme porra estando ésta ya bajo su pie como se hacía con los reyes derrotados antes de exterminarlos en la antigüedad. Es su destrucción final.
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Leemos en Apocalipsis 12:7-9
“Entonces hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón…pero no prevalecieron… Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás… a la tierra …” Apocalipsis 12:7-9
Vemos que en este pasaje se identifica el “gran dragón” -”Draco”- con “la serpiente antigua” -“Serpens”- mostrando que las acciones de “Hércules” y “Ofiuco” son dos momentos del mismo drama final de nuestra fe cuando el Maligno será definitivamente exterminado y no podrá mas seducir a las almas.
Es fácil reconocer en estas constelaciones un Propósito revelado por el Altísimo a Adan y Set, y luego registrado en su Palabra infalible, que fue distorsionado con el pasar de los siglos por civilizaciones impías cambiando los nombres de algunas constelaciones, e introduciendo la adoración a los astros -aún en ISRAEL que muchas veces descendió a abismos de idolatría- . De este modo, lo que fue una santa revelación del Cielo se convirtió en un sistema idolátrico/adivinatorio a tal punto maléfico porque inducía al olvido del Creador que YaHWéH prohibió toda referencia a el -es decir, a los astros-. En todo caso los astros dan testimonio del Creador que los llama por su nombre como creación suya que son según leemos en el Salmo 147:4:
“Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres”
Pero hay mas cosas en el drama revelado desde antiguo por estas constelaciones que trataremos en otros comentarios. +
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