esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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“Porque no tenemos

un sumo sacerdote

que no pueda compadecerse

de nuestras debilidades,


sino uno que fue tentado

en todo según nuestra semejanza,

pero sin pecado.


Acerquémonos, pues,

confiadamente al trono

de la gracia,

para alcanzar misericordia

y hallar gracia para el

oportuno socorro”


(Hebreos 4:15)



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