esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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Transcribimos completo el devocional del pastor David Wilkerson [May 19, 1931; April 27, 2011] que nos llegó hoy:  14 de febrero del 2012:

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Dios le había dado a Moisés y a Israel promesas inquebrantables acerca de su liberación. Por tanto. Moisés fue con el pueblo para darle las buenas nuevas. Él hizo señales frente a ellos y las Escrituras nos dicen que ellos creyeron: “Fueron, pues, Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. Aarón les contó todas las cosas que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo. El pueblo creyó, y al oír que Jehová había visitado a los hijos de Israel y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.” ( Éxodo 4:29-31).


Era un tiempo de esperanza y regocijo. Todos gritaron, “¡Aleluya¡ ¡Finalmente estamos libres! Dios ha escuchado nuestro clamor y nuestra esclavitud ha llegado a su fin. ¡Alabado sea  Él!”


Sin embargo, ¿qué sucedió después? Cosas peores. La esclavitud de Israel se volvió insoportable. No se  les daría más paja para hacer ladrillos, lo que implicaría una labor extenuante para ellos. Inclusive, Faraón les gritaba a los líderes de Israel, “¡Aléjense de mi vista! ¡Regresen a trabajar!”


Moisés no podía creer el cambio tan terrible de las circunstancias.  Él clamó, “Dios, ¿por qué estás tratando a tu pueblo de esta manera? Tú no nos ha liberado. De hecho las cosas parecen haber empeorado como nunca antes. No has guardado tu Palabra y  tu promesa no está aconteciendo.”


Usted debe comprender que el diablo sabía que la liberación de Israel estaba a la puerta. Entonces,  ¿piensa usted que él se iba a quedar sentado y no iba a hacer un último atentado para agotar al pueblo de Dios? El empeoramiento de la condición de Israel no estaba vinculada con lo que Dios estaba haciendo, sino más bien con el enfurecido  Satanás que se apuró a obrar antes de que la liberación del pueblo arribara. De la misma manera, cuando el diablo lo ve a usted postrado,  Él sabe que su deliberación está por llegar y ¡él no se va a quedar quieto durante esos momentos previos a la victoria! Por el contrario, él va a intensificar sus tentaciones.  Él hará que gente se levante en contra suya  y enviará espíritus de mentira para realizar acusaciones en su contra.  Él le mentirá al decirle que Dios ha apartado a su Espíritu Santo de usted como pago por sus pecados pasados.  Él vendrá con todo tipo de sentimientos de culpa y condenación.


Si usted está orando, pero las cosas parecen empeorarse, ¡empiece a regocijarse porque su liberación está a la puerta!
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