En noviembre de 2019 se pudo leer en la prensa uruguaya, cuando todavía no se había asomado la pandemia que hoy es titular excluyente en las noticias:
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“Más de 10.000 peregrinos de todos los rincones del país se dieron cita este domingo 10 de noviembre en Florida para honrar a la Patrona de la patria y renovar la consagración del Uruguay a la Virgen de los Treinta y Tres efectuada por San Juan Pablo II en su segunda visita al país, en el año 1988”
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Y en esa oportunidad el arzobispo dijo:
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“La prioridad para nosotros… lo más práctico que podemos realizar, la tarea más urgente, es hacer presente a Dios y facilitar a todos el acceso a Él. No a un dios cualquiera, sino al Dios que se hizo hombre en el seno de María”
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Y para aquellos que conocen la idiosincrasia uruguaya este acto rompió la burbuja de laicismo militante -no de laicidad- con que nos cubrieron/cubrimos y de este modo el Uruguay se abrió a las gracias celestiales originales. Y fue fundamento de otros actos/eventos igualmente inesperados. Así, al otro día que asumieron los recién electos parlamentarios, el 15 de febrero del 2020, se convocó a una misa en la Iglesia de la Aguada que fue sede entre el 17 de diciembre y el 8 de febrero de 1828 de la Asamblea que tuvo como objetivo redactar la primera constitución nacional. Y acudieron numerosos parlamentarios, incluyendo la vicepresidenta. Y esto no fue todo, días más tarde hubo esta convocatoria:
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“el Arzobispo de Montevideo… y la Conferencia Episcopal del Uruguay, junto con representantes de la colectividad judía e iglesias cristianas, convocaron al presidente Luis Lacalle Pou, este lunes 2 de marzo, a las 19:00 horas, a presenciar una oración interreligiosa por la patria…”
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Y el Presidente acudió sin complejos junto a las principales autoridades de su gobierno ¡Guau! la grieta en la presa abierta en lFlorida había dado origen a un torrente. Pero esto no fue todo: antes, el 25 enero del 2020, hubo un evento también marcante:
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“… fue el noveno Gran Rosario que se reza en la rambla del Buceo… Año a año la propuesta se supera… y lo que era una iniciativa de laicos… se convirtió en un momento esperado al que asisten fieles de todo el país e incluso del extranjero. Y más: se va a realizar en Argentina y en Miami, según anunciaron este sábado”
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Y recordemos que por esos días el coronavirus todavía no se había asomado, este acto no estuvo motivado por ningún pánico o pedido de liberación de la pandemia, que podría ser. Y por esos días sin plaga también estaba agendado un Congreso Eucarístico a realizarse en octubre/2020. Algo cambió en este país, repasemos:
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1) la reconsagración del país a la Virgen de los Treinta y Tres,
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2) el rezo del rosario campal en el Buceo.
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3) la misa por el nuevo parlamento en la Iglesia de la Aguada,
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4) la oración interreligiosa por el nuevo gobierno en la Catedral
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5) el Congreso Eucarístico programado para octubre
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Y con esos antecedentes no es de extrañar que al otro día del Domingo de Ramos, momento en que el Arzobispo de Montevideo bendijo con el Santisimo a la ciudad y el país las cifras por el contagio de coronavirus cayeron a números raramente bajos que hasta hoy siguen planchados. Claro que nos espera ahora el incierto después que no será como el antes y en donde habrá que dar continuidad al manejo de una situación en la que nos movemos sin percibir claramente los contornos. Van a ser días muy difíciles los que aun restan. Pero los hombres y mujeres de fe que fuimos convocados tantas veces en este año no podemos salir igual que como entramos y este es el sincero motivo de estas líneas.
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Desentonando con esta sinfonía armoniosa escuchamos burlas o ninguneos por parte de hermanos supuestamente doctos a lo que ellos llaman ‘visiones apocalípticas’ sobre lo que está sucediendo en el mundo ¿Pero es que el Apocalipsis no forma parte de la Biblia? A tales hermanos que han interpuesto sus propios pensamientos a la Palabra se les llama en Jeremías 5, 21 ‘necios’ -“que tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen”- y nuestro Señor en Lucas 12, 56 los llama ‘hipócritas’. ¡Fue bueno habernos reconsagrado a la Virgen! Ella es ‘apocalíptica’ sin ambages y nos habla siempre de pruebas, penitencia y castigo y nos instruye sobre estas cosas ¿Será que no quiere el bien de nuestras almas? Y el otro flanco débil fue una docilidad demasiado presurosa por cerrar iglesias porque si “no solo de pan vive el hombre…” ¿que hay de la parte que se alimenta con Pan del Cielo?
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Pero volvamos a la intención manifiesta del Congreso Eucarístico programado para octubre del que se dice promete que “ayudará a profundizar en la Eucaristía, en su misterio y así participar mejor en la celebración de la Misa” y leamos esto que dijo el único Papa que hoy existe en el Vaticano:
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Y como la imagen no es clara lo pongo por escrito:
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“Estoy convencido de la urgencia de dar de nuevo la hostia en la boca a los fieles, sin que la toquen, y de volver a la genuflexión como signo de respeto»
Benedicto XVI
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y más abajo se insiste sobre lo mismo:
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«Arrodíllense ante la Eucaristía» solo nos arrodillamos ante el Santísimo Sacramento (la hostia) porque en el sabemos que está presente el único Dios verdadero.
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En oportunidad de la reconsagración a la Virgen de los Treinta y Tres el Cardenal Sturla dijo como señalamos: “lo más práctico que podemos realizar, la tarea más urgente, es hacer presente a Dios y facilitar a todos el acceso a Él” ¡Muy claro! es momento entonces de poner estas palabras por obra y cuando por Su Mano salgamos de esta y se reabran las iglesias -a la espera de los tiempos peores que vendrán ya que estemos adentrándonos en la noche mas oscura que precede al amanecer- coloquemos un reclinatorio para recibir la hostia en la boca y de rodillas. Ese es el debido respeto a Su Majestad, como la llamaba Artigas, y quizás así los no creyentes crean que vemos lo invisible, como Moisés, y se conviertan. Y entonces habremos culminado el retorno al Uruguay original.
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leer este artículo en extenso:
‘URUGUAY, EL CORONAVIRUS Y COMO DEBEMOS SALIR’
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Nota
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Para los olvidadizos y/o desinformados es bueno recordar como describe el obispo de Asunción los últimos instantes de vida de Artigas en el Paraguay:
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“Iba a misa todos los domingos, rezaba diariamente el rosario, daba catequesis a los niños, leía la Biblia y poseía un libro de espiritualidad cristiana que le ayudaba en sus oraciones. Poco antes de morir quiso levantarse de su lecho para recibir a Jesucristo en la comunión diciendo «Quiero levantarme para recibir a su Majestad».
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«La señorita Asunción García me ha referido, algunos años antes de morir, lo siguiente: cuando la enfermedad de Artigas se agravó, manifestó deseos de recibir los últimos sacramentos… El Pbro. Cornelio Contreras, llevó al general Su Divina Majestad y en los momentos que el sacerdote iba a administrarle el Santo Viático, Artigas quiso levantarse… se le dijo que su estado de debilidad le permitía recibir la comunión en la cama, a la que el general respondió: Quiero levantarme, para recibir a su Majestad. Y ayudado por los presentes se levantó y recibió la comunión, quedando los muchos circunstantes edificados de la piedad de aquel grande hombre. (…) después de recibir el viático… en la semioscuridad se distinguía el crucifijo colgado en la pared sobre la cabeza blanca».
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Seguramente Artigas tenía una alta consideración por la Eucaristía. Y se dice que luego de recibirla, aliviada su alma y pronto para la partida, gritó por su caballo y partió de este mundo.
Ver también:
‘BIENVENIDA LAICIDAD, ADIOS LAICISMO’
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