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tomado del libro:
«EL PROYECTO PARA UNA RAZA UNIVERSAL DE REYES Y SACERDOTES – cap. 6 Y 7
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Luego de que Adán y Eva fueran expulsados del Jardín del Edén, Dios/Elohim se dirigió así a Su criatura (nota 1):
“Ahora la guerra te la ha declarado el adversario, y estará contra ti, aún cuando estés fuera del paraíso, y estará sobre ti trayendo todo mal hasta la muerte, pero cuando la resurrección venga, yo te levantaré y luego te daré a comer del árbol de la vida” (ApdM)
Y después de su muerte profetizó sobre su cuerpo:
“Tú eres del polvo de la tierra y a la tierra regresarás. Una vez más me comprometo contigo a que te resucitaré el día de la resurrección junto con todos los hombres que vengan después de ti” (ApdM)
Y a su hijo Set, presente en la ceremonia, el arcángel Miguel le dijo solemnemente:
“A partir de ahora cada hombre sabio que muera esperará hasta el día de la resurrección” (ApdM)
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Esto es la ‘nueva situación’ de Adán -y Eva- la primera pareja humana fuera del Jardín del Edén que define el “Pacto adámico”:
1) tendría prole, cosa que no sabía cuando estaba en el Jardín,
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2) moriría, pero resucitaría de los muertos, él y todos los justos de su descendencia, para retornar/recuperar al estado de gloria perdido. Esto sería cuando se cumplieran los tiempos determinados por Dios/Elohim que en el ApdM se establece en 5.500 años a partir de la salida del Edén.
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3) su prole sería asediada por Satanás sin darle respiro hasta el fin de los días. El Enemigo de nuestras almas se propuso desde su caída convertir la vida de los hombres en algo miserable intentando por todos los medios mantenernos para siempre atrapados en su reino de tinieblas de modo de frustrar la Promesa de un Reino de Luz Admirable que nos fue hecha desde el inicio. Es decir, esta sería una vida de pruebas/valle de lágrimas cuya recompensa y liberación estaría en el mundo venidero.
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Y fueron los tres parámetros que marcaron/marcan la existencia en la “tierra extraña” que es esta en la que aun estamos y vivimos como ‘peregrinos y extranjeros’. Los resumiremos mejor así:
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⇒Parto con dolor
⇒Muerte a la espera de la resurrección
⇒Resistencia a las insidias y maquinaciones de Satanás
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Lo que constituye los elementos de la ‘religión’ antes de la religión. La protoreligión que despuntaba en el tiempo de los constructores de Gobekli Tepe.
Ahora bien, Adán y Eva conocían muy bien a Satanás para su desgracia pero los dos primeros ítems -parto con dolor, y muerte a la espera de la resurrección- eran una completa novedad y nada sabían de ellos. Y ambos misterios se convertirían así en eventos sagrados que recordarían para siempre -por oposición- a la Gloria perdida. Y es a la luz de ellos que hay que entender lo encontrado en los yacimientos de Gobekli Tepe –que por supuesto no es la ubicación del Edén según lo que vimos en el tercer capítulo, pero está en las cercanías del territorio del exilio-. Por ejemplo, esta es una de las imágenes allí encontradas:
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que obviamente es una mujer dando a luz, y también se hallaron imágenes fálicas contextualizadas en el clima general de inocencia que caracteriza a todo lo encontrado en Gobekli Tepe. Para comenzar a descartar hipótesis digamos que estos recintos no parecen ser lugares de adoración a un ‘Dios’ ya que son varios recintos, más de veinte, abigarrados unos con otros que contradicen la hipótesis de una ceremonia que –si fuera el culto a un ‘Dios’- debía de ser necesariamente comunitaria y sin compartimentos. Veamos esto gráficamente:
Y este es solo un segmento de la totalidad de recintos que componen el yacimiento, la mayoría aun sin desenterrar. Y también hay que descartar que sean lugares de habitación porque nada así lo indica, ni siquiera parecen haber sido techados –aunque si fueran antediluvianos no lo necesitarían porque no llovía-. En realidad por aquellos días y en ese lugar no se sabe cuales serían las formas de habitación ya que no hay vestigios de asentamientos ni alrededor del yacimiento, ni en parajes proximos. Es decir, este grupo de recintos estaba separado del hábitat cotidiano de sus constructores, cualquiera hubieran sido estos. Veamos lo mismo en tres dimensiones:
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Y vemos los muros que los rodean que también conspiran contra la hipótesis de un lugar de culto. Y si las estructuras de Gobekli Tepe no son un lugar de culto ni tampoco lugares de habitación ¿a que estaban destinadas entonces? ¿Porqué fueron levantadas una y otra vez, con gran esfuerzo comunitario y desplegando una especial destreza, como si ellas tuvieran un trascendente cometido que justificara tan enjundioso emprendimiento. Para analizar este misterio veamos un recinto padrón:
Vemos que está constituido por dos monolitos altos centrales -6 metros aproximadamente- en forma de ‘T’ representando dos figuras/personajes protagónicos y un muro rodeándolo todo en donde se intercalan monolitos más bajos, en número de doce en los más representativos, sobre los cuales están grabadas o esculpidas imágenes de animales en actitudes naturales, sin ningún estrés o actitud hierática. Y en ese muro perimetral vemos además que se apoya una mureta de baja altura destinada a servir de asiento para los participantes de una ceremonia/evento que se desarrollaría entre los dos monolitos centrales antropomórficos.
Reteniendo estas características básicas leamos ahora en el ApdM el relato de las circunstancias del nacimiento del primer hijo de Adán y Eva –también el primero de la raza humana-. Comienza Adán diciendo en referencia a Eva ya en gestación a término:
“No es conveniente que dé a luz en este lugar –se refiere al lugar en donde vivían habitualmente- vayamos a la cúpula de roca que Dios nos hizo de refugio librándolos de la mala intención de Satanás…
Y entonces se dirigen a ese lugar –la cúpula de la roca- cuya historia conocemos de otras partes de los relatos del ApdM. Esta era un refugio construido por Dios/Elohim con una enrome piedra que Satanás y los ángeles a sus órdenes habían lanzarado contra Adán y Eva para destruirlos, cambiando así la intención asesina por una bendición. Y sigue:
“… y cuando llegó el momento de dar a luz, ella se asustó mucho. Y Adán sintió mucha compasión, y estaba muy preocupado porque creía que estaba cerca de la muerte y que las palabras de Dios, sobre su fin, se estaban cumpliendo: «Con sufrimiento tendrá a sus hijos y con dolor los dará a luz”…
Y Adán profundamente angustiado:
“Se levantó y oró a Dios, y dijo: «Oh Señor, mírame con ojos de compasión y de misericordia y libérame de esta angustia. Y Dios miró a su sierva Eva, y en su entrega, dio a luz a su primer hijo… Y se regocijó Adán… y agradeció por la liberación del dolor y… rindieron culto hasta el final de ocho días”
Analizando este relato que nos parece tan familiar encontramos tres elementos:
1) El lugar en que Eva dio a luz su primer hijo no era el sitio en donde habitualmente moraban sino uno que ellos estimaban que estaba bendecido porque había brindado protección de Satanás ubicado en otro lugar separado,
2) El parto produjo un dolor agónico en Eva lo que hizo a Adán temer por su vida y orar con angustia pidiendo la intervención de Dios/Elohim para que todo terminara felizmente,
3) Luego del nacimiento permanecieron allí varios días dando culto a Dios/Elohim.
Y estos tres elementos se adecuan perfectamente con la configuración de los recintos que estamos estudiando si los entendemos como ‘paritorios’ o lugares adonde iban las mujeres de la prole de Adán y Eva a dar a luz sus hijos acompañadas de sus familiares directos que seguramente intercederían fervorosamente ante Dios/Elohim para que todo terminase felizmente. Recordemos -como lo dijimos antes- que el nacimiento de un niño era un misterio sagrado e inaugural para los que habían caído de la Gloria del Paraíso.
En las hipótesis evolucionistas que han envenenado nuestro raciocinio puede parecer que este era un acto trivial de seres simiescos, pero en realidad fue un misterio profundo que integraba la protoreligión ancestral del ser humano a ‘imagen y semejanza’ de Dios/Elohim que definimos más arriba. Y, siguiendo con el análisis vemos que los dos monolitos antropomórficos centrales bien podrían representar a Adán y Eva, los primeros padres del género humano fallecidos en espera de la resurrección. Ellos simbólicamente presidirían ese momento sagrado para su descendencia. O también podrían representar a Arcángeles de Dios/Elohim con los cuales Adán y Eva estaban familiarizados en el Jardín y que con frecuencia habían acudido en su ayuda a instancias de Dios/Elohim luego de la expulsión. En todo caso estas figuras centrales representadas por los monolitos antropomórficos eran símbolos de intersección ante el Altísimo cuya Presencia se invocaba en ese momento. Finalmente, la representación de la fauna acuática, terrestre y aviar, que decoraban los monolitos laterales eran sin duda una alusión al Jardín perdido, lugar sagrado por excelencia, cuyo recuerdo santificaba el ambiente invocando días en que la desobediencia bajo la insidia de Satanás aun no se había producido. Además –y no menos importante- estos recintos configuraban lugares reservados de modo que los que allí se convocaban podían permanecer en adoración y acción de gracias luego del sagrado momento del nacimiento resguardando la intimidad en todo momento de los diferentes grupos que podrían coincidir en la misma fecha.
De modo que nos parece coherente pensar que una de las funciones de los recintos del yacimiento de Gobekli Tepe haya sido la de ‘paritorios’ de las primeras generaciones adámicas. Y esto nos lleva a la conclusión de que efectivamente eran recintos sagrados en donde se manifestaba la angustia y alegría de ese misterio primigenio cuya fascinación aun hoy nos subyuga, pero no lugares de culto a una divinidad.
¿Y sería esta la única función? Quizás no, ya que como vimos había un segundo misterio en la protoreligión de los exilados del Edén que era por lo menos tan impactante como los nacimientos y del cual tambien encontramos signos evidentes en Gobekli Tepe. Y ambos destinos sin duda justificaban y explican el insigne esfuerzo de levantar esas estructuras. De este segundo misterio vamos a hablar detenidamente en la segunda parte de este capítulo.
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nota 1): las citas en color sepia son del ‘Apocalipsis de Moises’ (ApdM), un ‘apocrifo’/escondido al que nos referimos antes en el libro del cual fue extraido este capítulo.
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