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Cuando me proponía escribir este comentario me enteré de un comunicado del episcopado de Polonia y un pedido de un/a laico en tuiter que está en línea con lo que parece fiel al catolicismo en los días de hoy y ojalá que esas cosas prosperen. El comunicado de Polonia dice así:
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“El presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, Stanisław Gądecki, arzobispo de Poznan, ha enviado una carta a los fieles polacos en respuesta a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus COVID-19 con instrucciones que… contrastan poderosamente con las medidas de muchos de sus colegas en otras partes de Europa, especialmente los italianos…: aumentar el número de misas dominicales, de forma que se evite la excesiva concentración de fieles en cada celebración” (nota 1)
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Es decir, pide que se hagan más misas, en vez de suprimirlas. Y lo que se compartió en tuiter pide a los obispos que saquen el Santísimo a las calles en santa procesión, que no escondan el sacratísimo cuerpo de Cristo (que esto es ser una Iglesia ‘en salida’ se me ocurre agregar). Estas dos cosas nos harían pensar que existe una lideranza en la Iglesia con voluntad de practicar y estimular las virtudes heroicas de la fe, como San Gregorio Magno cuya decidida actitud hizo envainar la espada de San Miguel tal como lo vemos en la estatua que corona el Castillo Sant’Angelo. O como San Carlos Borromeo, arzobispo de Milán de quien se dice que:
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“para contrarrestar la peste, hizo pedir limosna por la ciudad… dormía escasamente dos horas para poder acudir personalmente a todas partes, visitaba todos los barrios alentando el ánimo de los que desfallecían, administraba él mismo los últimos sacramentos a los sacerdotes que sucumbían en aquella obra de caridad. Despreció el peligro de contagio y ordenó un triduo de oraciones públicas y procesiones”
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Y esta peste -1576- fue más letal que la que nos aflige y se le llamó la ‘peste de San Carlos’ en homenaje a su heroicidad.
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Pero en contraste tenemos misas en Santa Marta con el papa hablando al vacio, o la Plaza de San Pedro vacía en el rezo del Ángelus, e iglesias -por supuesto- cerradas. Si el lector esperaba un gesto que atizara nuestra fe y nos pusiera por delante de los hechos con la marca distintiva de antaño seguramente se sintió defraudado. Las noticias hablan de supermercados vacios, de estadios vacios, de calles vacías, de aulas vacías, de supresión de congresos o actos políticos o culturales. Pero no del cierre del Vaticano que ni siquiera se menciona. Y si bien el comunicado del arzobispado polaco o la exhortación laica que referimos se adelantaron -felizmente- a lo que pensaba y parece obvio, me quedan algunas sugestiones de lo que tal vez parecería natural esperar sin violar la sujeción a las ordenanzas de la autoridad civil. Por ejemplo:
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↬la adoración perpetua -es decir las 24 horas- del Santísimo en el interior del Vaticano, tal vez en la capilla Santa Marta transmitida al exterior hasta que termine la emergencia del COVID-19 en Italia ¿habrá 24 integrantes de la curia o religiosos/as o funcionarios/as residentes en el Vaticano que la mantengan? Pues más parece que no,
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↬pedir a las sacerdotes diocesanos que lleven la eucaristía a las casas puesto que no pueden abrir las iglesias, recurriendo al smartphome para coordinarlas -por ejemplo- y en la boca por supuesto, que las manos contaminan según nos dicen los médicos ¿precisábamos que lo confirmaran?
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↬el rezo del rosario desde el Vaticano transmitido al exterior pero con la intención especifica de pedir a Dios/Elohim discernimiento sobre lo que se ha hecho mal y mostrando arrepentimiento -el Ángel envainó la espada en días de Gregorio VII para terminar con la peste, señal de que fue un castigo-
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↬puesto que estamos en cuaresma se podría pedir a los fieles que hagan una penitencia específica para ofrecerla por el cese de la pandemia+
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Es decir, cosas que permitan al mundo percibir que tenemos un Dios en el que confiamos y que es ‘pronto socorro’ en nuestras tribulaciones. Una señora internada en Italia por esta dolencia dijo: «capaz que mata primero la angustia que el coronavirus y no lo digo solo por mí: se ve la tristeza en la gente». Pero el papa titubea: pide oración a todos los credos cuando a él solo le corresponde liderar la Iglesia Católica -aunque en esto le cuesta bastante tal vez porque vino a interrumpir sus pequeños planes- apela a los hombres de buena voluntad, pide que apoyemos a los sacerdotes que se arriesguen, pero nada de señalar un fuerte énfasis o dar una palabra de orden con el sello de su ‘autoridad’ que movilice conciencias -lo que bien precisaríamos-.
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Evoquemos tiempos pasados -590-:
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“Así pues, el Papa los exhortó a alzar la mirada a Dios, que permite tan tremendos castigos para corregir a sus queridos hijos. A fin de aplacar la cólera divina mandó celebrar una letanía septiforme, es decir, una procesión de toda la población romana, dividida en siete cortejos… La procesión partió de las diversas iglesias romanas en dirección a la basílica vaticana entonando las letanías en su recorrido… Los siete cortejos avanzaban entre los edificios de la antigua urbe, descalzos, a paso lento y con la cabeza cubierta de ceniza. Mientras avanzaban en medio de un silencio sepulcral, la epidemia se agravó al extremo de que en el breve espacio de una hora ochenta personas cayeron muertas al suelo. Con todo, San Gregorio no dejó por un momento de exhortar al pueblo para que siguiese rezando y pidió que un cuadro de Nuestra Señora de Araceli, pintada por el evangelista San Lucas, encabezara la procesión (nota 2).
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Ayuno, penitencia, oración y procesión sacra bajo el manto de la Virgen, esto es lo que no veremos hoy especialmente en Europa. Pero Dios/Elohim sigue en control y en Él esperamos.
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nota 1): https://infovaticana.com
nota 2): Gregorio de Tours, HistoriaeFrancorum, libro X, 1).
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Nota
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comunivcado del obispado de Roma:
«Hasta el 3 de abril del 2020, se prohíbe a todos los fieles el acceso tanto a las iglesias parroquiales como a las no parroquiales de la Diócesis de Roma, al igual que a cualquier tipo de edificios relacionados con el culto en general»
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pero hay quien saca a Jesus a la calle, el sacerdote Leonardo Ricotta, ¡¡que este ejemplo se multiplique!! -13/03/2020-:
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⇒un ejemplo que agrada al Señor
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