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»¡Alégrense con Jerusalén! Gócense con ella, todos ustedes que la aman
y ustedes que se lamentan por ella. Beban abundantemente de su gloria,
como bebe un pequeño hasta saciarse de los pechos consoladores de su madre».
Isaías 66:10-11
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«¡Mira, he puesto mis palabras en tu boca! Hoy te doy autoridad para que hagas
frente a naciones y reinos. A algunos deberás desarraigar, derribar,
destruir y derrocar; a otros deberás edificar y plantar».
Jeremías 1:9-10
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”Cuando una vez más la tierra se llene de gente …ya no desearán más
‘los viejos tiempos’ …ni siquiera los recordarán y no habrá necesidad
de reconstruir el arca… Jerusalén será conocida como “el Trono del Señor”…
En aquellos días la gente de Judá y la gente de Israel volverán juntas
… Regresarán a la tierra que les di a sus antepasados como herencia perpetua”
Jeremías 3:16-18
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«Las jóvenes danzarán de alegría y los hombres —jóvenes y viejos—
se unirán a la celebración. Convertiré su duelo en alegría.
Los consolaré y cambiaré su aflicción en regocijo»
Jeremías 31:13
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«Yo YaHWéH les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos…
Y estableceré con ellos pacto de paz, y haré cesar de la tierra las malas bestias;
y habitarán en el desierto seguramente, y dormirán en los bosques.
,,, y haré descender la lluvia en su tiempo, lluvias de bendición serán»
Ezequiel 34:24-26
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“Pero tú… eres Dios de compasión y misericordia…
Dale tu fuerza a tu siervo… Envíame una señal de tu favor.
Entonces, los que me odian pasarán vergüenza, porque tú
… me ayudas y me consuelas”
Salmo 86:15-17
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«Dios…eligió llevar a muchos hijos a la gloria. Convenía…que, mediante
el sufrimiento, hiciera a Jesús un líder… apto para llevarlos a la salvación.
Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre.
Por esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos»
Hebreos 2:10-11
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«Y vosotros sois los que habéis permanecido conmigo…
Yo…os asigno un Reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
para que comáis y bebáis a mi mesa»
Lucas 22:28-30
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«…benditos son los que… han hecho que el Señor sea su esperanza…
Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces
que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor
ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes
y nunca dejan de producir fruto»
Jeremías 17:7-8
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«…sobre nosotros sea derramado el espíritu de lo alto.
Habitará el juicio en el desierto y en el campo fértil morará
la justicia. El efecto… será la paz y la labor de la justicia,
reposo y seguridad para siempre»
Isaías 32: 15-17
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«Callen ante mí, países del mar. Naciones, ármense de todo su valor.
Vengan… hablemos de este asunto… ¿Quién fue el que hizo aparecer
en el oriente a ese rey que siempre sale victorioso? ¿Quién le entrega
las naciones y hace que los reyes se le humillen…?
Isaías 41:1-2
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«…el Señor está a mi lado como un gran guerrero; ante él mis perseguidores…
No pueden derrotarme. racasarán y serán totalmente humillados…
Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, tú pruebas a los justos
y examinas los secretos y los pensamientos más profundos»
Jeremías 20:11-12
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«… esperábamos morir;…como resultado, dejamos de confiar en nosotros mismos
y aprendimos a confiar sólo en Dios, quien resucita a los muertos»
2 Corintios 1:9
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«…pero él era justo y recto en todo lo que hacía. Por esa razón
Dios lo bendijo. Hizo justicia al pobre y al necesitado y los ayudó,
y le fue bien en todo. ¿No es eso lo que significa conocerme?»
Jeremías 22:15-16
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«Pues se acerca la hora, cuando levantaré a un descendiente justo del linaje
del rey David. Él será un rey que gobernará con sabiduría; hará lo justo y lo
correcto por toda la tierra. Y su nombre será: “El Señor es nuestra justicia”
En ese día Judá estará a salvo, e Israel vivirá seguro»
Jeremías 23:5-6
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«Te reuniré a ti y a tus hijos del oriente y del occidente. Les diré al norte
y al sur: “Traigan a mis hijos e hijas de regreso a Israel desde los rincones
más lejanos de la tierra. Traigan a todo el que me reconoce como su Dios,
porque yo los he creado para mi gloria. Fui yo quien los formé”.
Isaías 43:5-7
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«Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «¡Miren!¡Nación tras nación
sufrirá calamidades!¡Se está levantando un gran torbellino de furia
desde los rincones más distantes de la tierra!»
Jeremías 25:32
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«Dales mi mensaje completo sin que falte una sola palabra.
Quizá te escuchen y se aparten de sus malos caminos.
Entonces cambiaré de parecer acerca del desastre que estoy por derramar…»
Jeremías 26:2-3
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«Una voz dice: «Grita», y yo pregunto: «¿Qué debo gritar?»
«Que todo hombre es como hierba… La hierba se seca y la flor
se marchita cuando el soplo del Señor pasa sobre ellas.
Ciertamente la gente es como hierba»
Isaías 40:6-7
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«Cuando del cautiverio traiga a Israel de regreso a casa y …restablezca
su bienestar, Jerusalén será reedificada sobre sus ruinas y el palacio
reconstruido como antes. Habrá alegría y canciones de acción de gracias,
y multiplicaré a mi pueblo, no lo reduciré»
Jeremías 30:18-1
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«Entonces las naciones temerán el nombre de YaHWéH…
Por cuanto… habrá edificado a Sión,
Y en su gloria será visto»
Salmo 102:15-16
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«Ahora esto dice el Señor: «Canten con alegría por Israel. ¡Griten
por la mejor de las naciones!… ¡Salva a tu pueblo… el remanente de Israel!.
Pues los traeré del norte y de los extremos más lejanos de la tierra»
Jeremías 31:7-8
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«Si algún profeta, sacerdote o alguien más dice: “Tengo una profecía del Señor”,
castigaré a tal persona junto con toda su familia. Ya dejen de usar esta frase:
“Una profecía del Señor”… para darle importancia a sus propias ideas,
tergiversando las palabras de nuestro Dios, el Dios viviente…»
Jeremías 23:34-35
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«…jamás rechazaré a los descendientes de Jacob y de David,,,
ni dejaré de sacar de entre ellos a quienes gobiernen
a los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob.
Porque yo tendré compasión de ellos
y haré que cambie su suerte»
Jeremías 33:25-26
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«¿Quién ha realizado esta obra? ¿Quién, desde el principio,
ha ordenado el curso de la historia?… Los países del mar
lo vieron y se llenaron de miedo; la tierra tembló
de un extremo a otro, ya se acercan, ya vienen»
Isaías 41:4-5
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«Ese domingo, al atardecer, los discípulos estaban reunidos
con las puertas bien cerradas porque tenían miedo… De pronto,
¡Jesús estaba de pie en medio de ellos! «La paz sea con ustedes», dijo.
Mientras hablaba, les mostró las heridas de sus manos y su costado.
¡Ellos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor! …
Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes»
Juan 20:19-21
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«Preparen al Señor un camino en el desierto, tracen para nuestro Dios
una calzada recta en la región estéril. Rellenen todas las cañadas,
allanen los cerros y las colinas, conviertan la región quebrada
y montañosa en llanura completamente lisa»
Isaías 40:3-4
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«yo te saqué del extremo de la tierra, te llamé desde el rincón más alejado
y te dije: ‘Tú eres mi siervo. yo te elegí y no te he rechazado’.
No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios»
Isaías 41:9-10
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«Entonces el desierto se convertirá en campo fértil, y el campo fértil
dará cosechas abundantes. La justicia gobernará en el desierto
y la rectitud en el campo fértil. Y esta rectitud traerá la paz,
es cierto, traerá tranquilidad y confianza para siempre»
Isaías 32:15-17
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«Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhelo a ti…
Tengo sed de Dios, del Dios viviente… Día y noche sólo me alimento de lágrimas,
mientras que mis enemigos se burlan continuamente de mí diciendo:
«¿Dónde está ese Dios tuyo?»»
Salmo 42:1-3
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«Rellenen todas las cañadas, allanen los cerros y las colinas,
conviertan la región quebrada y montañosa en llanura completamente lisa.
Entonces mostrará el Señor su gloria, y todos los hombres juntos la verán.
El Señor mismo lo ha dicho»
Isaías 40:4-5
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«Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea
en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo
para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.No hay condenación
para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado
por no haber creído en el único Hijo de Dios»
Juan 3:16-18
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«Pero no temas, mi siervo Jacob; no te desalientes, Israel.Pues los traeré
de regreso a casa desde tierras lejanas, y tus hijos regresarán del destierro.
Israel regresará a vivir en paz y tranquilidad, y nadie los atemorizará»
Jeremías 46:27?
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«El Redentor vendrá a Jerusalén para rescatar en Israel a los que se hayan
apartado de sus pecados —dice el Señor—. Y este es mi pacto con ellos
Mi Espíritu no los dejará, ni tampoco estas palabras que les he dado»
Isaías 59:20-21
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«Si tú actúas con pureza y rectitud, él velará por ti, y te dará
el hogar que justamente mereces. La riqueza que tenías no será nada
comparada con lo que tendrás después»
Job 8:6-7
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«En aquellos días… vendrán los hijos de Israel…y los hijos de Judá…
Irán andando y llorando, y buscarán a Jehová, su Dios. Preguntarán
por el camino de Sión… diciendo: “¡Venid y unámonos a Jehová
con un pacto eterno que jamás se eche en el olvido!”
Jeremías 50:4-5
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«Pues el Señor de los Ejércitos Celestiales no ha abandonado
a Israel ni a Judá. Todavía es su Dios, aunque su tierra
se llenó de pecado contra el Santo de Israel»
Jeremías 51:5
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«Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo: si alguno comiere de este pan,
vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida
del mundo… Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre,
no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero»
Juan 6:51-54
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«El Señor hizo la tierra con su poder y la preserva con su sabiduría.
Con su propia inteligencia desplegó los cielos… Él hace que las nubes
se levanten sobre la tierra. Envía el relámpago junto con la lluvia
y suelta el viento de sus depósitos»
Jeremías 52:15-16
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«El camino antiguo, con leyes grabadas en piedra, conducía a la muerte, aunque
comenzó con tanta gloria que el pueblo de Israel no podía mirar la cara de Moisés.
Pues su rostro brillaba con la gloria de Dios…¿No deberíamos esperar mayor gloria
dentro del nuevo camino, ahora que el Espíritu Santo da vida?»
2 Corintios 3:7-8
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«Pero desde lo profundo del hoyo invoqué tu nombre, Señor.
Me oíste cuando clamé: «¡Escucha mi ruego!¡Oye mi grito de socorro!».
Así fue, cuando llamé tú viniste; me dijiste: «No tengas miedo»»
Lamentaciones 3:55-57
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«En aquel tiempo los traeré a ustedes, los reuniré;
haré que cambie su suerte, y les daré fama y honor
entre todos los pueblos de la tierra»
Sofonías 3:20
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