esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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Tomado del libro:
EL REINADO DEL ISRAEL DE DIOS (II)
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Leemos en 2 Samuel 7 un episodio fundacional de la historia de ISRAEL:
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una vez que David se instaló en el palacio, y el SEÑOR le dio descanso de los enemigos que lo rodeaban, el rey mandó llamar al profeta Natán (v.1)
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y David le confesó al profeta su deseo de construir una Casa para el Señor -un Templo- ya que sentía que él estaba viviendo cómodamente en un palacio de cedro en tanto que el Señor permanecía en una carpa/Tabernáculo. Y este deseo del rey en principio le pareció bien al profeta. Sin embargo Dios/Elohim -YaHWéH- al ser consultado se opuso y lo mando de vuelta:
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ve y dile…: ¿acaso eres tú el que me debe construir una casa en la que yo viva? Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy, nunca he vivido en una casa… sin embargo, dondequiera que fui con los israelitas, ni una sola vez me quejé… nunca les pregunté: –¿Por qué no me han construido una hermosa casa de cedro? (v. 5-7)
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sorprendente reacción: un rapapolvo inesperado para el bien intencionado rey David. Pero a cambio le hace tres promesas solemnes de doble referencia que impactarían todo el futuro del pueblo santo y además le revela quien/Quien Le construiría un Templo en el futuro. Veamos las promesas:
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un nombre entre los grandes de la tierra a pesar de su origen humilde (v. 8-9):
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te saqué de cuidar ovejas en los pastos y te elegí para que fueras el líder de mi pueblo Israel… destruí a todos tus enemigos frente a tus propios ojos. ¡Ahora haré que tu nombre sea tan famoso como el de los grandes que han vivido en la tierra!
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un ‘lugar seguro’ para ISRAEL (v. 10):
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le daré una patria a mi pueblo Israel y lo estableceré en un lugar seguro donde nunca será molestado. Las naciones malvadas no lo oprimirán como lo hicieron en el pasado
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una ‘casa dinástica’ perpetua (v. 11-12; 16):

 

además, el SEÑOR declara que construirá una casa para ti, ¡una dinastía de reyes! Pues cuando mueras y seas enterrado con tus antepasados, levantaré a uno de tus hijos… y fortaleceré su reino. Tu casa y tu reino continuarán para siempre delante de mí, y tu trono estará seguro para siempre.

 

Y sumado a estas tres Promesas, como dijimos. le revela quien/Quien le construiría un Templo que Él aceptaría cuando refiriéndose a su/Su hijo/Hijo dice:

 

Él es quien edificará una casa —un templo— para mi nombre, y afirmaré su trono real para siempre. Yo seré su padre, y él será mi hijo. Si peca, lo corregiré y lo disciplinaré con vara, como lo haría cualquier padre. Pero no le retiraré mi favor como lo retiré de Saúl, a quien quité de tu vista. (v. 13-15)
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y en esta última revelación se acentúa la doble referencia que la revelación progresiva de la Palabra y el transcurrir de la Historia se encagarían de develar. Porque sabemos que el hijo de David -Salomón- construyó un hermoso Templo para YaHWéH, el mismo que reformado por Herodes existía aun cuando fue visitado por Jesús/Yeshua en carne mortal, pero el Hijo de Dios/Elohim, ya glorificado, el Gran Salomón por Su Sabiduría que traería Riqueza y Paz para ISRAEL/JEZREEL le construirá uno aun más hermoso en el athid lavo como se lee en Zacarías 6, 12-13:
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así dice el SEÑOR…: –He aquí un hombre cuyo nombre es Renuevo, porque El brotará del lugar donde está y reedificará el templo del SEÑOR. Sí, El reedificará el templo del SEÑOR, y El llevará gloria y se sentará y gobernará en su trono. Será sacerdote sobre su trono y habrá consejo de paz entre los dos oficios
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en donde se profetiza el sacerdocio según el orden de Melquisedec -Rey y Sacerdote- cuando se dice: “habrá consejo de paz entre los dos oficios”. De modo que un hijo de David en este mundo y un Hijo de Dios/Elohim encarnado en su descendencia en el venidero construirían el Templo que con tan buena intención David se proponía levantar en su tiempo y para el que incluso preparó planos, juntó materiales y dio precisas instrucciones para su construcción a su hijo Salomón, hombre de paz preferido del Señor y tipo del Gran Salomón/Mashíaj de ISRAEL -hasta que cayó en idolatría por causa de sus mujeres-.
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Pero vamos a detenernos en el análisis de la segunda promesa (nota 1). Vemos que el reino de David estaba en paz en ese momento, Dios/Elohim -YaHWéH- le había dado descanso de sus enemigos. Sin embargo YaHWéH dice: “le daré una patria a mi pueblo Israel y lo estableceré en un lugar seguro donde nunca será molestado” ¿acaso no estaba seguro en el lugar en donde estaba que además cumplía la profecía dada a Abraham? Pueden interpretarse estas Palabras proféticas como una referencia al athid lavo/milenio en donde efectivamente el pueblo de ISRAEL/JEZREEL habitando en la Sion en Gloria venidera, será liberado de enemigos por largo tiempo -mil años-. Pero hay algo que nos indica que estas Palabras se están refiriendo -además- a un tiempo futuro en este mundo cuando el reino de ISRAEL sería dividido en dos casas reinantes/familias y enviado al exilio en las Naciones en donde sufriría largo tiempo persecución. Es a este ISRAEL dividido y desterrado que le daría un ‘lugar seguro’ para liberarlo de sus enemigos. Naturalmente que David no podía saber de esto ya que acababa de unificar el reino y no había todavía ni sombras de la división y exilio fututos, pero estas Promesas cubren por completo la historia de ISRAEL, en este mundo y en el venidero/athid lavo. Y así la Promesa de un Hijo de David que reinaría perpetuamente fue, a partir de ese momento, un elemento indisoluble del ADN del pueblo santo muy vigente en el momento en que Jesús/Yeshua vino al mundo como el Niño de Belén y por supuesto es mencionado en el Anuncio del Ángel a María/Myriam:
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El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. Y reinará sobre la casa de Jacob para siempre; ¡su reino no tendrá fin!
Lucas 1, 32-33
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Palabras confirmadas en el episodio que precede a la Semana Santa cuando en Su entrada triunfal en Jerusalem las multitudes lo aclaman gritando: 
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¡hosanna al Hijo de David! ¡BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR!
Mateo 21, 9
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Pero volvamos a las dos casas/familias de ISRAEL en el exilio sujetas a persecución en las Naciones. Es posible entender como una profecía de doble referencia que a ellas se les daría un ‘lugar seguro’ libre de enemigos en donde pudieran prosperar. Y ese ‘lugar seguro’ resulto ser el continente americano (ver ‘Una profecía para América’ en el botón ‘Otros estudios’ en la columna izquierda del sitio).
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Una confirmación de esto es que cuando se habla del día de Jezreel en que los remanentes de Judá e Israel se unirían en la Sion en Gloria venidera para formar un único Pueblo Santo (Os 1, 10-11) se da a entender que volverían juntos y es posible suponer que la enorme mayoría de este remanente reunido -no decimos que todo- estuviera también junto en algún sitio. En Jeremías 33, 14 se dice:
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he aquí, vienen días… en que cumpliré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá
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Y ya nos referimos otras veces al clamor que se levantara en occidente, en las ‘islas del mar’ cuando el Justo se manifieste. Y esta es la dirección del continente americano visto desde la Tierra Prometida, contenido entre dos océanos como una Gran Isla -así como también puede referirse además a Australia, Nueva Zelandia y las Filipinas- como el origen de ese gran clamor de recibimiento (Is 24, 14-16). También leemos en Isaías 60, 4:
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¡levanta los ojos, porque todo el mundo vuelve a casa! Tus hijos llegan desde tierras lejanas
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Lo que nuevamente nos dice que un contingente importante del remanente vendrá desde muy lejos -“tierras lejanas”-. Y más adelante se agrega confirmando esa lejanía (v. 8-9):
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¿y qué veo volando hacia Israel como las nubes, como las palomas hacia su nido? Son barcos de los confines de la tierra, de países que confían en mí

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En donde se dice que vuelven de “los confines de la tierra”, y lo destacable es que se agrega como seña identitaria: “países que confían en mí”. Esto es, países cristianos, que sirven al Mashíaj de ISRAEL, el Siervo de YaHWéH, Hijo de Dios e imagen de Dios, de la misma naturaleza de Dios como confiesa el credo de Nicea.
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El continente americano es hoy un territorio de iglesias llenas y pletóricas de alabanza que contrastan con el progresivo decaimiento de las iglesias europeas, continente que fue ‘cuna de la cristiandad’ en donde infelizmente crece ahora la impìedad. Y fue en el continente americano en donde las dos casas de ISRAEL -judíos y cristianos- han prosperado en paz fuera del alcance de los enemigos. Es natural  entonces suponer que la expresión ‘los países que confían en mí’ se refiera en una proporción considerable al continente americano -sumado a los ya mencionados que también son ‘islas’ y países cristianos-. Obviamente el clamor de gozo por la venida del Justo no surgirá de países islámicos o comunistas o en una cristiandad alicaída y amedrentada con iglesias despobladas. Así, la Promesa de Dios/Elohim -YaHWéH- al rey David sobre un ‘lugar seguro’ para Su pueblo parece cubrir también el tiempo del exilio y se entronca con la Promesa de retorno de un remanente -que en realidad es todo Su Pueblo Santo ya que los que rechazan Su oferta de Misericordia seguirán el destino de los impíos- a la Sion en Gloria venidera.
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nota 1: aquí seguimos en algo el estudio de Moshe Yoseph Koniuchowsky ¡Otro lugar designado! que publicamos en este sitio aunque despojándolo de tintes excluyentes de la Iglesia Católica, el vehículo principal de Su Misericordia en los siglos de la Gracia.
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