esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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24/06/13

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by Gary Wilkerson

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Si eres un cristiano que decide mantenerse al margen de la fe y que va a la iglesia solamente para ser confortado, no tendrás mucha resistencia por parte del enemigo. Pero si estás determinado a vivir para Jesús -si tienes una visión por los que sufren, por los perdidos y por el cuerpo de Cristo- Satanás arrojará todo su arsenal en tu contra. Tu viaje estará lleno de pruebas y peligros que sacudirán tu alma.


El viaje de Pablo a Roma, tal como se describe en Hechos 27, ilustra cómo algunos de nosotros reaccionamos a los golpes de Satanás. Cuando el barco que transportaba a Pablo completó la primera etapa del viaje, leemos: “Y siendo incómodo el puerto para invernar, la mayoría acordó zarpar también de allí, por si pudiesen arribar a Fenice…e invernar allí.” (Hechos 27:12)


Pablo estaba en contra de esta decisión, no sólo porque los sacaba de la ruta para llegar a Roma, sino porque el Espíritu le advirtió de ello a su corazón. En ese momento, sin embargo, parecía que era la decisión más conveniente de tomar. Más tarde, el barco se encontró con serios problemas y eso casi les cuesta la vida a todos.


Señalo esto porque cuando algunos cristianos se encuentran con la resistencia del enemigo en su misión, ellos deciden “ir a Fenice a pasar el invierno.” Es un hecho que todos nosotros necesitamos vacaciones para refrescar nuestro espíritu del ministerio constante a las necesidades de los demás. Pero me estoy refiriendo a algo diferente, a una condición del corazón que dice: “Toma tu misión un poco mas de relajo. Frena un poco y  mantén esa velocidad”.


Cuando los cristianos hacen esto, están completamente fuera de curso. Su misión ya no es Cristo, sino más bien, el cuidado de la nave, y eso significa mantenerse alejado de las tormentas. En efecto, se retiran de la oposición que
se les ha levantado.


Estos creyentes no lo saben, pero han sido despojados de su alta vocación. Eso no es poca cosa a los ojos de Dios. Si estoy navegando hacia Fenice en lugar de Roma, significa que nadie está yendo hacia Roma con la misión que Dios me
dio. La nave se está conservando en buen estado y se mantiene en condiciones de trabajo, pero irónicamente, la misión para esa nave no está siendo cumplida.


Comodidad y descanso no son el objetivo del reino. La vida del Reino dice: “Esta vida no es mía, he sido comprado por precio, Jesús me guía en todo y me provee de la gracia para lograrlo, no importa la oposición que pueda venir.”

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