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Vivía en NY cuando dimitieron a una maestra hispana de una escuela publica porque guió en oración -luego de haberlos consultado- a niños de una clase escolar que habían perdido a dos compañeritos en un accidente en un paseo a un lago en el día anterior. Los niños estaban deprimidos y la maestra hizo lo obvio para llevar consuelo a sus almas: permitió que el Consolador los tocara. Pero en el país que se forjó en torno al Consejo bíblico, y en donde hasta mediados del siglo pasado la oración en el inicio de las clases en escuelas públicas era habitual, ahora orar al Altísimo, aun en un momento tan especial, es subversivo y causal de dimisión. Pues bien, las encuestas dicen que para una mayoría consistente de americanos la oración en las escuelas -optativa para quienes no quieren hacerla- sería una buena cosa para alimentar de valores espirituales y morales a los niños. Dice la Palabra:
«Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres,
yo también le negaré delante de mi Padre…»
Mateo 10:33
Este es el link del artículo en Mundo Cristiano que informa sobre esta encuesta:
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