esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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En Éxodo 14: 1-3 se cuenta un hecho por demás interesante que generalmente pasamos por alto cuando estudiamos la huida del pueblo de Israel del cautiverio Egipcio. Hecho este tan portentoso que sustenta en si mismo todas las maravillas que vendrían luego de mano de Dios/Elohim -YaHWéH- para defender y guiar a Su pueblo elegido. Dice así este pasaje:


“Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo:
Di a los hijos de Israel que den la vuelta
y acampen delante de Pi-hahirot,
entre Migdol y el mar;
acamparéis frente a Baal-zefón,
en el lado opuesto, junto al mar.
Porque Faraón dirá de los hijos de Israel:
«Andan vagando sin rumbo por la tierra;
el desierto los ha encerrado.»


Esto es: luego de las reiteradas negativas a la salida de los israelitas y bajo el terror de diez plagas (especialmente la última), un Faraón quebrado en su ánimo por la muerte de su primogénito da su permiso para que el pueblo de Israel salga hacia la libertad con todas sus pertenencias.  E Israel sale apresuradamente (hecho que se celebra en el Pesaj o las Pascuas judías). La intención era alcanzar el desierto de Arabia, ya que la península de Sinaí estaba bajo la órbita militar egipcia y allí nunca Israel podría sentirse a salvo (y esta es la primera diferencia con la versión oficial que es inconsistente en muchos aspectos).


exodo 2Y bajo la guía de Moisés, que era conocedor de la zona, toma entonces un camino que pasa por el borde septentrional del macizo montañoso central de la península de Sinai con la intención de rodear el golfo de Aqaba por el norte y así llegar al desierto de Arabia. Sin embargo Dios/ Elohim –YaHWéH-  ¡cambia esa dirección! y le ordena a Moisés que se dirija hacia el sur, hacia la orilla del mar (en realidad el golfo de Aqaba que es un brazo del Mar Rojo). Hacia el lugar que queda “frente a Baal-zefon” (que así se llamaría la región de Arabia de la orilla opuesta).


Y así, luego de ese cambio sorpresivo de dirección, los israelitas llegan a una playa que los dejaba encajonados entre el mar a su frente y el macizo montañoso del Sinaí a sus espaldas. ¡Sin embargo todavía estaban al alcance de los ejércitos del Faraón!. Todo parecía indicar que habían sido guiados a una trampa, era imposible volverse por el  camino por el que habían llegado hasta  y a su frente estaban frenados el mar (el golfo de Aqaba).


Y en el pasaje citado se dice que cuando a Faraón le informaran en que lugar había quedado entrampado Israel exclamaría: “el desierto los ha encerrado”, y saldría tras ellos con el propósito de exterminarlos.  Pero Dios/Elohim –YaHWéH– sabía hacia donde los había guiado a Su pueblo y estaba perfectamente en control de la situación. Y dice (v. 4):


“Y yo endureceré el corazón de Faraón,
y él los perseguirá; y yo seré glorificado
por medio de Faraón y de todo su ejército,
y sabrán los egipcios que yo soy el SEÑOR”.


Para ilustrar un poco mas lo que venimos diciendo tenemos mas fotos y diagramas de los lugares en donde transcurrió la acción (nota 1):


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Este es el camino “encajonado”
entre montañas por el cual
caminó el pueblo de ISRAEL
hacia la playa sobre el Mar Rojo
(Glofo de Aqaba) sin aparente salida.


ex 1

Esta es la foto de la playa en que
quedaron “entrampados” los israelitas,
lo que decidió a Faraón a ir tras ellos con
el corazón endurecido por YaHWéH:
«El desierto los ha encerrado», dijo.


Como se ve, la única salida de esta playa a la que Dios/Elohim – YaHWéH – había guiado a su pueblo era retornar por la ruta por la cual habían venido, pero esa ruta pronto estaría taponada por el poderoso ejercito egipcio. El exterminio de Israel parecía inevitable.  Y hubo  pánico y murmuraciones contra Moises y de hecho contra Dios/Elohim:


“¿No es esto lo que te hablamos
en Egipto,diciendo: – Déjanos
para que sirvamos a los egipcios?
Porque mejor nos hubiera sido
servir a los egipcios que morir
en el desierto”.


Esto es: en esos momentos el pueblo de Israel, frente a una muerte segura, ¡declara que mas la valdría haber seguido esclavos que emprender esa loca aventura de la libertad!. Pero lo que en realidad estaba sucediendo es que Dios/Elohim –YaHWéH- estaba preparado el escenario para glorificarse en la derrota de los egipcios.  Sigamos con los hechos y escuchemos a Moisés en esos instantes estremecedores:


“No temáis; estad firmes y ved
la salvación que el SEÑOR
hará hoy por vosotros;
porque los egipcios
a quienes habéis visto hoy,
no los volveréis a ver jamás.
El SEÑOR peleará por vosotros
mientras vosotros
os quedáis callados“.


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Y Moisés recibió orden de levantar su bastón para que las aguas se dividieran. Digamos que el brazo del Mar Rojo que es el golfo de Aqaba tiene en ese punto un promedio de profundidad de 450 metros. Imposible pensar en cruzarle con pesadas carretas, ganado, mujeres y niños aunque las aguas se abrieran. Todo parecía entonces un enorme sin sentido, un camino sin salida en donde solo se cabía esperar la muerte.


Pero cuando levanto su bastón y las aguas del mar se dividieron ¡ante sus ojos ¡apareció un puente natural bajo las aguas con un declive de apenas 6º y una profundidad máxima en su centro de 100 metros con chances de ser transitado perfectamente el pueblo de Israel!.  Aún con su ganado y sus carros. Este puente natural bajo las aguas se ilustra en la siguiente maqueta del fondo marino del Golfo de Aqaba:


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Vista del relieve del fondo marino del golfo de Agaba mostrando el puente natural submarino en el lugar en donde se abrieron las aguas ¡todo estaba perfectamente planeado por Dios/Elohim!


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Y aquí una vista aérea
mostrando la playa de
la “encerrona” y el camino
providencial cruzando el
Mar Rojo justo en el
sitio en donde había un
puente natural bajo el mar
que solo YaHWéH conocía.

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Y así Israel cruzó milagrosamente hacia la libertad como si fuese sobre tierra seca. ¡Aleluya!.


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Pero las sorpresas recién comenzaban: para proteger a su pueblo del ejercito egipcio que le pisaba los talones Dios/Elohim – “Poderoso en batalla” – coloco una “nube”  entre su pueblo y sus perseguidores.  Esa “nube” tenía una particularidad: era luz para los israelitas y tinieblas para los egipcios. ¡Tremendo!. Y cuando los israelitas finalmente cruzaron hacia la libertad y estaban en la orilla opuesta, dijo el SEÑOR a Moisés:


“… he aquí, yo endureceré el corazón
de los egipcios para que entren a perseguirlos;
y me glorificaré en Faraón y en todo su ejército,
en sus carros y en su caballería”.


Otra vez Dios/Elohim –YaHWéH- provocando en el corazón de Faraón una actitud diferente a la que hubiéramos supuesto. Quizás en nuestra finitud hubiéramos pensado que dominado por el terror (que ya había sufrido con las 10 plagas) Faraón decidiera volver sobre sus pasos con su ejército. Pero no: Dios/Elohim los movió a continuar la persecución y entrar en el pasaje entre dos murallas de aguas con sus tropas.


Pero al hacerlo (imaginemos toda la escena: viento, ruido, y la fría determinación mezclada con el pavor en el rostro de los perseguidores) de pronto se le trabaron las ruedas de sus leves y ágiles carros de guerra ¡en el mismo lugar por donde habían cruzado sin inconveniente pesadas carretas!. Hubo entonces un tumulto espeluznante y finalmente el mar se abatió sobre “el caballo y el caballero” del aterrorizado ejército egipcio engulléndolos en su seno.


Y así todos los egipcios armados a hasta los dientes con el fin de exterminar al pueblo de Israel de la faz de la tierra perecieron ese día. Tal como el SEÑOR había dicho por boca de Moisés. Lo que parecía una trampa en la que había caído el pueblo de Israel por un “mal” consejo de su Dios (y que hizo que los israelitas murmuraron amargadamente) en realidad era una trampa para Faraón, figura de Satanás, el enemigo de nuestras almas.


Hay una moraleja obvia en este evento portentoso para nuestra vida de fe: por contradictorias que parezcan ser las circunstancias que parecen agobiarnos, por cercados de muerte que nos sintamos, elevemos nuestra mirada al cielo y de allí nos vendrá salvación.  ¡Aun en esas circunstancias Dios/Elohim esta en el control!  Y Él será glorificado ante nuestros enemigos con nuestra liberación.


Y hay otra obvia moraleja contra los enemigos de Israel: serán exterminados por envalentonados que estén y por favorables que parezcan sus circunstancias.


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Nota:


También Gog -el enemigo de Israel en los últimos días- es “empujado” por Dios/Elohim a invadir el territorio de Israel para glorificarse en su derrota:


“… pondré garfios en tus quijadas
y te sacaré con todo tu ejército,
caballos y jinetes,
todos ellos bien equipados;
una gran compañía con pavés y escudo,
todos ellos empuñando espada…

Sucederá en aquel día
que pensamientos vendrán
a tu mente y concebirás
un plan malvado”


Y luego de destruido Gog y sus huestes Dios/Elohim da la orden a ISRAEL de enterrarlos y dice:


“… y será para ellos (para los israelitas)
memorable el día que yo me glorifique”.


“No teman, permanezcan callados, no murmuren y verán mi salvación” nos dice en esos momentos nuestro Dios Fuerte. El siempre tiene un Plan y -a veces- permite y provoca que el Enemigo nos ataque para mostrar su «brazo extendido» hacia nosotros. Cuando estemos en una prueba terminal: ¡tengamos fe! y veremos Su salvación. Él es «pronto socorro» en nuestras tribulaciones.


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nota 1): las imágenes que ilustran este estudio, así como el trabajo de investigación sobre cual fue el verdadero lugar del cruce del «Mar Rojo»  son tomadas de:

http://www.fortunecity.com/meltingpot/oxford/1163/id17.htm

en donde puede encontrarse otros detalles de este formidable descubrimiento arqueológica de Ron Wyatt.

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