esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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Tomado del libro: “Del Edén a un Reino de Luz Admirable”

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Es frecuente –lo era antes más que ahora- hablar de la ‘naturaleza caída’ que heredamos de Adán entendiéndola como una tendencia innata a rebelarnos contra el Consejo de Dios/Elohim mientras permanezcamos en este cuerpo (Rom 7, 24). O una pérdida del estado de comunión que tuvieron Adán e Isha/Eva antes de su desobediencia. Y esto es solo una parte de la verdad, ya que tal vez no percibamos (o no se nos ha enseñado explícitamente) que la naturaleza misma de los cuerpos de Adán e Isha/Eva fueron alteradas luego del episodio del fruto prohibido. Es decir, nuestro cuerpo carnal actual es una versión degradada del que tenía Adan e Isha -despues Eva- en el Jardín. Por eso se dice que la carne batalla contra el Espíritu y el Espíritu contra la carne confundiendo nuestras decisiones (Gal 5, 17) ¿y permaneceremos para siempre en esta condición que no es nuestra condición original? Claro que no, ¡aleluya! hay Promesa de que cuando se cumplan los tiempos predeterminados será devuelto a la Gloria un remanente justo/justificado de la descendencia de Adan y Eva  y seremos liberados de este “cuerpo de muerte” (Rom 7, 24). Esto sucederá luego del glorioso dia de la resurrección. Resumimos: venimos de la Gloria y retornaremos a la Gloria y en  medio está este azaroso peregrinaje actual.

 

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Transcribimos a continuación pasajes del ApdM (nota 1) que dan testimonio del trauma que experimentaron Adán e Isha/Eva luego del cambio de naturaleza:

 

“Entonces Adán y Eva regresaron… a la cueva, estando tristes y llorando debido a la alteración que sufrieron sus cuerpos. Y ambos sabían desde esa hora que eran seres alterados… Ahora sus cuerpos cumplían funciones extrañas para ellos y entendieron que toda carne necesita de los alimentos y de las bebidas para subsistir”

 

Cuando fueron expulsados del Jardín Dios/Elohim determinó que vivieran en una amplia cueva –el Jardín como vimos estaba implantado en una región montañosa- y esto no es un menosprecio ya que no había otros habitáculos y el mismísimo Mesías/Mashíaj de ISRAEL nació en una cueva. Y esa amplia cueva sería lo más confortable disponible en las inmediaciones del Jardín. Pero lo importante en este pasaje es el lamento de Adán por sus cuerpos “alterados” que ahora debían cumplir funciones a las que no estaban habituados como comer y beber –“funciones extrañas” las llama-. Estas cosas en el Jardín no tenían el sentido nutricional que hoy tienen, el cuerpo de Gloria tendría un metabolismo difícil de imaginar ahora y tal vez la comida producia solo placer (el Resucitado también comió con Sus discípulos), no lo sabemos. Y en concordancia con esto leemos:

 

‘desde el momento que transgredimos fuimos despojados de nuestra brillante apariencia y nuestro cuerpo se volvió en brutal, requiriendo de alimento y bebida, como el animal desea”

 

Y también esto:

 

“Y el ángel dijo a Adán y a Eva, «Dios me ha enviado a decirles que deben comer… pues si no comen van a morir; ahora tienen carne animal y esta carne no puede subsistir sin alimento ni bebida… pues los necesitas para fortalecerte y restaurar tu energía”

 

Es decir que la naturaleza de sus cuerpos era ahora ‘animal’ o ‘brutal’ como dice Adán, muy diferente a la que tenían originalmente. Y no solo debían habituarse a las ‘funciones extrañas’ de su nueva/degradada naturaleza física –la que hoy tenemos sus descendientes- sino que también debían habituarse a una ‘tierra extraña’ ya que Dios/Elohim había decretado severamente:

 

“Puesto que has hecho caso omiso a mi mandamiento maldita será la tierra. Harás tu trabajo en vano, pues no tendrá fuerzas y te dará cardos y espinas… y con el sudor de tu rostro comerás tu pan. Tendrás fatiga y te sentirás aplastado por la amargura… El cansancio te afligirá… el calor te cansará, por el frío todo quedará difícil de obtener… con dificultad harás riquezas y engordarás, perdiendo tu hermosura”

 

¡Y nótese que hasta la perdida de la hermosura debido a la gordura está contenida en este severo decreto! En otro lugar del ApdM se dice que esta extrema severidad era un sustituto misericordioso de la muerte anunciada a Adán si comía el fruto del árbol prohibido. Y tan adversas eran las nuevas condiciones degradadas que Adán pensó que era mejor morir -de hecho intentó el suicidio- que sufrir las alteraciones de su cuerpo y de su medio. Hasta el sol les era extraño ya que en el Jardín no había percibido su brillo y su calor:

 

“Porque mientras se encontraba en el jardín y escuchaba la voz de Dios… Adán nunca había visto la luz brillante del sol ni tampoco había sentido su calor sobre su cuerpo”

 

Y tampoco conocían el día o la noche:

 

“Entonces yo no conocía el día ni la noche, porque tenía una naturaleza brillante, y por el brillo que tenía no sabía de estos”

 

Y por eso cuando al final del primer día del exilio se cernió sobre ellos la oscuridad del anochecer Adán pensó que se trataba de un castigo más por su desobediencia y Dios/Elohim tuvo que tranquilizarlo diciéndole que el sol con su luz saldría nuevamente. Más tarde Adán comprendería que la noche era para el descanso del trabajo -que antes no tenían que realizar- y el día para ejecutar ese trabajo que sería de ahora en adelante como una noria agobiante para él y su descendencia (hasta su retorno a la Gloria).

 

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La expresión ‘naturaleza brillante’ que utiliza Adán hace referencia como dijimos a la Gloria que emanaba de ellos en el Jardín. Y refiriéndose a ella, cierta vez, hablando con su mujer, Adán exclamó:

 

«Recuerdo la naturaleza brillante que teníamos cuando vivíamos en el jardín” ¡Oh Eva! Recuerdo que la gloria descansaba sobre nosotros”

 

Y de las cosas que más extrañaban Adán y Eva en la “tierra extraña” de su peregrinaje era haber perdido la comunión con ángeles y Arcángeles, que antes les servían gozosamente:

 

“Adán, al escuchar… el aleteo de los ángeles, a quienes no podían ver, sino tan solo escuchar el sonido de sus alas, lloró junto con Eva y dijeron a los ángeles: — Oh, benditos seres espirituales… soy incapaz de verlos, pero cuando yo estaba en mi antigua naturaleza… podía verlos; cantaba alabanzas y mi corazón se ponía por encima de ustedes; pero ahora, que he transgredido… y he caído en este estado miserable; ya no puedo verlos, y ustedes ya no me sirven como solían hacerlo, pues ahora tengo carne animal”

 

Y nótese que se dice que las alabanzas de Adán ‘estaban por encima’ –eran superiores- de las que entonaban los ángeles cuyo coro celestial escuchaban desde el Jardín. Y por su vez los ángeles escuchaban las alabanzas de Adán e Isha. Leamos:

 

“Y dijo Adán a Eva. Nuestros ojos antes miraban ángeles alabando en el cielo, y ellos también a nosotros, sin cesar”

 

Los coros angélicos serían similares a los que escucharon los pastores de Belén anunciando el nacimiento del Niño. Y aún aun se agrega:

 

«Oh Dios, cuando vivíamos en el jardín, nuestros corazones se alegraban porque veíamos a los ángeles cantando alabanzas en el cielo, pero ahora no podemos verlos como antes y cuando entramos en la cueva toda la creación se queda oculta y no la podemos apreciar»

 

Y es que Adán y Eva ahora eran parcialmente ‘ciegos’ con relación a su estado en el Jardín ya que su ‘campo visual’ se restringía solo a lo terrenal –la misma ‘ceguera’ que heredamos nosotros-. Y para alivio de quienes encuentran difícil una oración de entrega total –por algo hay tantos tratados sobre la oración eficaz- Adán también se acongojaba por la pobreza de sus alabanzas en su peregrinaje carnal:

 

“desde que entramos en esta tierra extraña, los santos elogios ya no salen de nosotros, ni oraciones justas, ni comprensión en nuestros corazones, ni hay dulces pensamientos, ni buenos sentimientos…”

 

Es decir, lo que en el Jardín surgía sin esfuerzo ahora era obstruido por un escalonamiento de barreras que lo empobrecían todo. Y cuando en agónico arrepentimiento Adán clama-varias veces- para que se les restituyera su Gloria el Altísimo responde:

 

«O Adán, en cuanto a lo que dices, “llévame a la tierra en que hay descanso”… es el reino de los cielos, es el único lugar en donde hay descanso. Sin embargo, tú no puedes entrar ahora, solo lo harás cuando se cumpla el tiempo… pasado ese tiempo, haré que subas al reino de los cielos, tú y tus descendientes justos y yo les daré lo que ahora me pides”

 

Y termina:

 

“y tu dolor se convertirá en alegría, y te devolveré a tu antigua gloria y te estableceré en el trono de tu engañador”

 

Nos espera entonces Alegría imperecedera luego de las duras pruebas en este ‘valle de lágrimas’ (nota 2).

 

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Ciertamente ningún miembro de una raza no-adámica tiene o podrá tener las Virtudes gloriosas com las que Adán e Isha fueron creados. Un ser no-adamico no podrá tener a su servicio ángeles y Arcángeles o cantar alabanzas que lleguen el Trono de Dios/Elohim, ni formar parte de su más excelsa proximidad. Y tampoco calificar –de no mediar el bautismo- para ser rey o sacerdote junto al Gran Rey y Sumo Sacerdote YaHWéH Tsidkenu para liderar como sus consejeros un Reino universal en el que el Consejo de Dios/Elohim impere sin restricciones (1 Cor 15, 25-26). Y por cierto ningún ser no-adámico tiene o tendrá vida eterna.

 

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Dijo Adán una vez a su Creador:

 

“Tú eres la verdadera luz, la brillante luz que está por encima de todo, Creador de la vida, Tu eres de infinito y poderoso Poder”… Tú hiciste la raza de los hombres y la llenaste de la abundancia de tu misericordia”

 

Y Dios/Elohim a Adán:

 

“Te hice de la luz y he querido poner esto de manifiesto a los hijos de la luz”

 

Y también:

 

“la serpiente… les engañó, y les despojó de la prenda de luz y gloria que tenían”

 

Y esta es una apretada síntesis de lo dicho.

 

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nota 1): llamamos ApdM al conjunto de tres libros sobre la vida de Adán y Eva:

 

1) «El libro de la vida de Adán y Eva»
2) «El primer libro de Adán y Eva»
3) «El apocalipsis de Moisés»

 

Estos apócrifos nada tienen que ver con los textos gnósticos que como hierba mala intentaron pervertir la sana doctrina en el comienzo del cristianismo aunque a veces se les menciona junto a ellos. De hecho, como sucede con el libro de Enoc, encontramos reminiscencias en todo el Nuevo Testamento de estos libros que brindan explicaciones profundas sobre el origen de la fe cristiana (en el texto estas citas estan colocadas en un tono diferente)

 

nota 2): algunos –incluso creyentes- dudan de la existencia de un Adán real y piensan que esto es una alegoría piadosa que escamotea una larga historia. Pero en 1 Corintios 15, 45 leemos que a Jesús/Yeshua se la llama el ‘último’ Adán y esto supone implícitamente que hubo uno que fue el ‘primero’. Y también leemos en Colosenses 2, 14:

 

“Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz”

 

¿cuál sería esa ‘acta de cargos’ anulada en la cruz? pues la que fue levantada por Dios/Elohim luego de la desobediencia que empoderó a Satanás como ‘príncipe de este mundo’ (Ju 14, 30). No es posible conciliar ‘evolucionismo’ y cristianismo ¿cuál sería el ‘acta de cargos’ contra un ser que es consecuencia de una concatenación de casualidades que van desde una célula nacida en una ‘sopa primordial’ hasta el ‘homo sapiens’–si este proceso fuera posible, que no lo es-? No podría haberla porque no es posible levantar ‘cargos’ contra seres irresponsables y por tanto la muerte en la cruz de Jesús/Yeshua , estandarte de nuestra fe, habría sido un gesto teatral, gratuito e innecesario.

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