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24/05/2014
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by Carter Conlon
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Tú y yo vivimos en lo que yo llamo “una hora de desesperación santa.”
Nuestra sociedad se está deteriorando rápidamente, y crímenes horrendos ocurren con tanta frecuencia que nos estamos volviendo insensibles a todo. Lo anormal se está convirtiendo en normal; lo malo se está convirtiendo en bueno. Al mirar alrededor tal vez te preguntes: “¿Cómo encajo yo en este momento en el tiempo? ¿Qué puede hacer Dios a través de mi vida? Y si Él va a hacer algo, ¿Por qué es que mis oraciones, que yo sé que son de acuerdo a Su Palabra, aún no han sido contestadas?”
Para ayudar a abordar algunas de estas preguntas, observemos otro momento de la historia cuando una hora desesperada vino sobre una nación. El libro de Primera de Samuel habla de una época en la que no había ninguna palabra clara o visión. El sacerdocio que se suponía representaba a Dios, en lugar de eso, era profundamente transigente (Ver 1 Samuel 2:22-24, 3:1). El carácter, propósito y mente de Dios estaban ocultos de la gente, lo que los dejaba sin respuestas a las preguntas en sus corazones: “¿Qué está pasando en nuestra sociedad? ¿A dónde vamos?”
Esta situación es muy similar a los días en que vivimos en los que parece como si la presencia de Dios, su poder y provisión que hemos conocido a lo largo de nuestra historia, se ha ido de repente. Parece que los enemigos de Dios ahora tienen la sartén por el mango, dictándonos cuando podemos orar, lo que podemos enseñar a nuestros hijos, lo que está bien y qué está mal. Como resultado, un clamor profundo está empezando a formarse en los corazones de las personas.
El Salmo 107 habla de estas épocas de desesperación santa que se han repetido a lo largo de la historia. El salmista describe un pueblo que estaba vagando, hambriento, desmayando y en cautividad. Fue una época marcada por un manejo insensato de la verdad de Dios. Sin embargo, es precisamente en estos momentos de desesperación que la población en general comienza a clamar a Dios, como está comenzando a pasar en nuestros días. Hay un clamor creciente en esta generación: un clamor que no necesariamente se escucha con el oído natural, pero que Dios oye. Es como el tiempo en que Él vino a Moisés y le dijo: “He oído el clamor de mi pueblo y he descendido para librarlos” (Ver Éxodo 3:7-8). En otras palabras, he oído sus gemidos de desesperación. Hoy el Señor escucha el clamor de aquellos cuyos sueños han sido destrozados, de los padres cuyos hijos se han descarriado, de los que se preguntan: “¿Qué nos pasó?”
«Bien he visto la aflicción de mi pueblo…y he oído su clamor (Éxodo 3:7)
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Carter Conlon se unió al equipo pastoral de la Iglesia Times Square en 1994, por invitación del pastor fundador David Wilkerson, y fue nombrado para el cargo de Pastor Principal en 2001. Un líder fuerte y compasivo, y un orador frecuente en conferencias para pastores y líderes dirigidas por World Challenge en todo el mundo.
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