esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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tomado del libro, ‘LA PASCUA FINAL’
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De modo que el Nuevo Camino implica también un éxodo que no será esta vez de Egipto a Canaán, sino de de este mundo al venidero, es el segundo éxodo de Israel (nota 1) –la ‘casa de Israel’- que será desde el desierto de las Naciones a la Sion en Gloria venidera. Y esto porque para rescatar a la ‘casa de Israel’ era necesario un sacrificio redentor que permitiera saldar el castigo que Dios/Elohim había decretado y a la vez cumplir con Su Justicia. Y por eso fue necesario anunciar el Sacrificio de la cruz mediante el evangelio del Reino -la Palabra del Nuevo Camino- en primer lugar a la ‘casa de Israel’ para ofrecerles purificación de pecados (Mat 10, 6). YaHWéH había permitido que estos rebeldes contumaces adoptaran costumbres de pueblos ajenos para que notaran la diferencia y así pudieran desear un nuevo comienzo. Esto es lo que leemos en Ezequiel 20, 25:
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les permití adoptar costumbres y leyes que no tenían valor. Al dejarse guiar por ellas no podrían lograr una vida larga y próspera, como era mi deseo.
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Y las Naciones fueron el escenario de esta nueva seducción del Fidelísimo Marido/YaHWéH a Su Esposa rechazada por su contaminación con la idolatría (v. 35-36 y Os 2, 14):
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Os llevaré al desierto de los pueblos y allí entraré en juicio con vosotros cara a cara como entré en juicio con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto
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en donde vemos que el desierto de arenas del primer éxodo es sustituido por el desierto de las Naciones adonde la ‘casa de Israel’ -la descendencia de las diez tribus del norte también llamadas ‘tribus de Jacob’ o ‘Efraín’- habían sido expulsada para curar su idolatría. Y a estos desterrados fue enviada la misión apostólica (Mat 10, 6) y la Iglesia en la cual fueron colocados los Sagrarios, el rocío santo del Santísimo Celestial para el pueblo de Israel disperso. Pero no todos los israelitas desterrados reciben/recibieron la Palabra del Nuevo Camino sino que hay/hubo muchos que prefirieron permanecer en la impiedad ajenos al ofrecimiento de Perdón –la Misericordia-. Por eso se dice (v. 37-38):
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los contaré cuidadosamente y sólo permitiré que regrese un pequeño grupo. Y a los otros, los testarudos y todos aquellos que cometen maldades en contra de mis instrucciones, los expulsaré de entre ustedes
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este pequeño grupo -aunque es una ‘gran muchedumbre’- de los hijos de Israel(Efraín) en el destierro que retornarán son el remanente santo de Israel del que habla el apóstol Pablo en Romanos 9, 27 y a los que vemos llegar a Sion como los ‘hijos del Dios Viviente’ en Oseas 1, 11.

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De modo que el Nuevo Camino por las llagas de la cruz hacia el Santísimo Celestial está íntimamente asociado al retorno desde el desierto de las Naciones de un remanente purificado del Israel expulsado por su rebeldía. Esto es como la cara y contracara de una moneda, lo uno supone lo otro. Y este es el entendimiento bíblico que debemos incorporar en estos días. Ciertísimamente será un portentoso regreso, pero no a la Sion actual –si es que existe- sino a la Sion venidera restaurada y gloriosa bajo el dosel de la Gloria del Altísimo. Sin ese retorno de los israelitas desterrados purificados de sus pecados no sería posible la restauración del Tabernáculo de David (Am 9, 11) o, lo que es lo mismo, el Reino de ISRAEL por el que preguntaron los discípulos al Resucitado (Hechos 1, 6). Y leemos en Romanos 11, 26-27 y en Ezequiel 20, 37 que el remanente santo/plenitud de los gentiles será puesto nuevamente bajo el Pacto/Matrimonio con YaHWéH. Solo que será un Nuevo Pacto superior al primero, así como el segundo éxodo será superior en portentos y maravillas al que siguió a la inolvidable noche del primer Pésaj. Esto se dice en Jeremías 16, 14-15:
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vienen días —declara el Señor— cuando ya no se dirá: “Vive el Señor, que sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egipto”, sino: “Vive el Señor, que hizo subir a los hijos de Israel… de todos los países adonde los había desterrado

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Ahora bien, una de las razones por la cual es difícil el entendimiento del éxodo venidero –el segundo éxodo- se debe a que no es posible secuenciar sus eventos como sí lo es en el primer éxodo. Sus diferentes etapas es posible ubicarlas –o imaginarlas- en el espacio y en el tiempo, uno detrás otro. Pero en el segundo éxodo esto no es posible, el espacio y el tiempo en que se desenvuelve no es coherente con nuestro entendimiento natural o carnal. Por eso para transitar el Nuevo Camino debemos munirnos de paradojas y misterios santos –la dogmatica de la Iglesia- a las que solo se accede con la llave de la fe. Por ejemplo la Pascua cristiana –la del Nuevo Camino- agolpa en el apretado espacio de tiempo de la prodigiosa Semana Santa cosas de contextos muy diferentes:
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↬ la triunfante entrada en Jerusalem, y ↬la severa reprensión a los cambistas y comerciantes del Templo,
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↬la cena del Pésaj de Jesús/Yeshua y Sus discípulos en el cenáculo, en la que una celebración que debiera ser de gozo según la tradición es traspasada de incertidumbres. En ella el Maestro anuncia Su muerte y Su posterior retorno como Rey. Leamos Lucas 22, 18-20:
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Os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios
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¡Vaya sorpresa!
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↬ luego Jesús/Yeshua establece el sagrado memorial que deberá de practicarse hasta el momento del reencuentro en el Reino:

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también tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio y dijo: ―Este pan es mi cuerpo, entregado por vosotros; haced esto en memoria de mí. De la misma manera tomó la copa después de la cena, y dijo: ―Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.

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↬ luego vendría la expulsión de Judas y las sorprendentes Palabras con revelaciones explícitas, sin tejerlas en parábolas, dirigidas a Sus discípulos a los que llama amigos:

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por fin hablas con claridad y no en sentido figurado’, dijeron (Ju 16, 29)
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↬ luego la agonía en el jardín de Getsemaní ↬ el arresto, ↬ los duros interrogatorios ↬el juicio de Pilato ↬las humillantes laceraciones ↬ y finalmente la muerte de cruz
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↬y cerrando la Semana: la admirable Resurrección.

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Es difícil encontrar un denominador común a estos eventos como no sea que se desarrollaron en torno a la misma Persona. Pero esta cambia de roles y aun de apariencia durante los eventos de la Semana Santa en una sucesión dramática preñada de revelaciones que aun hoy decodificamos por fe. En cambio los sucesos del primer éxodo fueron secuenciales, separados y asimilables uno tras otro sin precisar de misterios santos. Para transitar el Nuevo Camino/segundo éxodo es necesario un nuevo entendimiento que solo puede alcanzarse a partir de la fe (Heb 11, 1-2). Y los eventos vinculados a el alteran la noción del tiempo, lo detienen. Se dice en Gálatas 4, 4-7: “cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer”. Y ese fue el clímax, nada pudo suceder de importante superior a la Encarnación y los sucesos de la Semana Santa que por eso divide a la Historia en antes y después de Cristo, a un lado y otro de ese clímax. Así, el memorial de la cena o Partición del Pan coloca a todas las generaciones posteriores a los pies de la cruz. Es que este memorial –la Eucaristía- es el punto de partida del Nuevo Camino hacia el Reino y quienes deseen transitarlo deben retroceder hasta ese día inaugural en el cenáculo. De lo contrario no es posible transitarlo o peregrinar por el. Esto es lo que fue anunciado por la misión apostólica y la Iglesia. Y una vez que hayan entrado en ese Nuevo Camino la descendencia justa de los israelitas desterrados podrá al final ser arrebatada al Cielo, celebrar las magníficas Bodas del Cordero, restaurar el Pacto/Matrimonio con YaHWéH y retornar a una Sion en Gloria que tiene como referencia este mundo –ya que es el cumplimiento de una promesa hecha a Abraham- pero no es de este mundo.
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El Crucificado contestó así al ladrón bueno cuando este le pidió que lo tuviera en cuenta en Su venida -en Su Reino-:
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hoy estarás conmigo en el Paraíso
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Y ese “hoy” es el mismo al que se refiere Hebreos 3, 7-8:
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si ustedes escuchan hoy su voz, no endurezcan el corazón
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El cenáculo era “un cuarto grande en el piso de arriba”, es decir, elevado/separado de la tierra y de dimensiones confortables que ya estaba preparado para celebrar el Pésaj: los discípulos solo debían encontrarlo (Mar 14, 15). Y es figura del Reino venidero, separado de este mundo aunque se apoya en el y ya está preparado por Dios/Elohim para sus escogidos. En otro sentido muy diferente el mundo digital de hoy está creando otro mundo encima del real redefiniendo la percepción del tiempo y el espacio. Pero ese mundo virtual invasor que padecemos, creador de una aldea global sin límites precisos sembrada de trampas y peligros es la contracara de Lo Que Vendrá, su mueca. Es el epítome de lo viejo que sucumbirá ante la llegada de Lo Nuevo.

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nota 1: todas las veces que en estas líneas se menciona el segundo éxodo de ISRAEL, nos estamos refiriendo al portentoso evento que en otros escritos llamamos ‘El Éxodo Mayor de Israel’.

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