esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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Transcribimos completo el devocional del pastor David Wilkerson que nos llegó hoy: 10 de mayo del 2011:

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Los santos del Antiguo Testamento conocieron a Dios de una manera que los santos del Nuevo Testamento conocieron muy poco. ¡Ellos lo conocieron como Jehová de los ejércitos! Más de 200 veces en el Antiguo Testamento – desde Samuel hasta Malaquías – se refieren a Dios de esta manera. Leemos que “Y David iba adelantando y creciendo, y Jehová de los ejércitos era con él.” Encontramos repetidamente este majestuoso título en los Salmos:



• ¡Jehová de los ejércitos está con nosotros! ¡Nuestro refugio es el Dios de Jacob! (46:7).


-> Jehová, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú? Poderoso eres, Jehová, y tu fidelidad te rodea” (89:8).


-> Jehová, Dios de los ejércitos, oye mi oración” (84:8).


-> ¡Es Jehová de los ejércitos! ¡Él es el Rey de gloria! (24:10).



La palabra Hebrea para “ejércitos” es tsbaah. Significa “una armada lista y posesionada para la batalla.” Soldados, caballos, y carros listos para ir a guerrear en un momento dado; un ejército agrupado y congregado, esperando instrucciones.


En una ocasión, el ejército Asirio vino contra el Rey Ezequías y Judea. Este rey no se inmutó cuando se vio rodeado por un ejército feroz y le dijo al pueblo de Dios, “Esforzaos y animaos; no temáis ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, pero con nosotros está Jehová, nuestro Dios, para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza…”  (2 Crónicas 32:7-8).


Los santos del Antiguo Testamento descansaron en la visión que tenían de un Dios grandioso cuyo ejército todopoderoso, invisible, estaba agrupado y listo para protegerlos. David con alarde dijo, “Los carros de Dios son veinte mil, y más millares de ángeles. El Señor entre ellos…” (Salmo 68:17). De acuerdo con el salmista, ellos están listos para nosotros: “Jehová es tu guardador” (121:5).


No nos protegemos de lo malvado por medio de nuestro propio poder; no batallamos con Satanás en nuestra propia fuerza. El Señor de los ejércitos debe de guardarnos. Escuche lo que dice la Biblia: “Envió desde lo alto y me tomó, me sacó de las muchas aguas. Me libró de mi poderoso enemigo…pues eran más fuertes que yo” (Salmo 18:16-17).


En Judas, se nos promete, “A aquel que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría” (Judas 24).

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