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«Tal como se encuentran uvas buenas en un racimo de uvas malas… así mismo,
no destruiré a todo Israel. Pues aún tengo verdaderos siervos allí.
Conservaré un remanente del pueblo de Israel y de Judá, para que
posea mi tierra. Aquellos a quienes yo escoja la heredarán y
mis siervos vivirán allí. La llanura de Sarón se llenará
nuevamente de rebaños para mi pueblo
que me busca»
Isaías 65, 8-10+
«¡Oh, si irrumpieras desde el cielo y descendieras! ¡Cómo temblarían los montes…!
Así como el fuego hace que arda la leña y que hierva el agua,tu venida haría
que las naciones temblaran. ¡Entonces tus enemigos se enterarían de la
razón de tu fama! Cuando descendiste hace mucho tiempo, hiciste
obras temibles, por encima de nuestras mayores expectativas»
Isaías 64, 1-3+
«Esta visión es para un tiempo futuro. Describe el fin, y este se cumplirá.
Aunque parezca que se demora en llegar, espera con paciencia,
porque sin lugar a dudas sucederá. No se tardará»
Habacuc 2, 3+
«Aun antes de que comenzaran los dolores de parto, Jerusalén
dio a luz un hijo. ¿Acaso alguien ha visto algo tan extraño…?
¿Acaso ha nacido una nación en un solo día? ¿Acaso ha
surgido un país en un solo instante?… ¿Llevaría
yo a esta nación al punto de nacer para después
no dejar que naciera?… ¡No! Nunca impediría
que naciera esta nación», dice su Dios»
Isaías 66: 7-9+
«Oí a Efraín decir: “Me disciplinaste severamente, como a un becerro
que necesita ser entrenado para el yugo. Hazme volver a ti y
restáurame, porque solo tú eres el Señor… »¿No es aún
Israel… mi hijo querido?… A menudo tengo que
castigarlo, pero aun así lo amo. Por eso mi
corazón lo anhela y ciertamente le
tendré misericordia»
Jeremías 31, 18-20+
«¿Qué diremos entonces? Que los gentiles, que no iban tras la justicia,
alcanzaron justicia, es decir, la justicia que es por fe; pero Israel,
que iba tras una ley de justicia, no alcanzó esa ley. ¿Por qué?
Porque no iban tras ella por fe, sino como por obras.
Tropezaron en la piedra de tropiezo, tal como
está escrito: He aquí, pongo en Sión una
piedra de tropiezo… y el que crea
en El no sera avergonzado»
Romanos 9, 30-33+
«Pero vendrá el día en que mi pueblo reconozca y sepa que yo, que le he hablado,
soy el Señor. ¡Qué hermoso es ver llegar por las colinas al que trae buenas
noticias, al que trae noticias de paz, al que anuncia la liberación y dice
a Sión: «Tu Dios es rey»! ¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz
y… dan gritos de triunfo, porque ven con sus propios
ojos cómo vuelve el Señor a Sión»
Isaías 52, 6-8+
“Él derrama deshonra sobre los príncipes y desarma a los fuertes…
trae luz a la más profunda penumbra… levanta naciones y las
destruye; hace crecer a las naciones y las abandona.
Él quita el entendimiento a los reyes, y los deja
vagando en un desierto sin salida. Ellos andan
a tientas en la oscuridad… los hace
tambalear como borrachos”
Job 12, 21-25+
«y para eso tenía que hacerse igual en todo a sus hermanos,
para llegar a ser un Sumo Sacerdote fiel y compasivo en
su servicio a Dios, y para obtener el perdón de los
pecados de los hombres por medio del sacrificio»
Hebreos 2:17+
«Y ahora, amados hermanos, queremos que sepan lo que sucederá con los creyentes que han muerto,
para que no se entristezcan como los que no tienen esperanza. Pues, ya que creemos que
Jesús murió y resucitó, también creemos que cuando Jesús vuelva, Dios traerá
junto con él a los creyentes que hayan muerto»
1 tesalonicenses 4: 13-14+
«… ha llegado el momento de que guíes a… a los israelitas, a cruzar el río Jordán
y a entrar en la tierra que les doy. Te prometo a ti lo mismo que le prometí
a Moisés: “Dondequiera que pongan los pies… estarán pisando la tierra que
les he dado: desde el desierto del Neguev, al sur, hasta las montañas
del Líbano, al norte; desde el río Éufrates, al oriente,
hasta el mar Mediterráneo, occidente…”
Josué 1, 2-4+
«Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: –¡Miren, el hogar de Dios
ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos… Él les secará toda
lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto
ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más»
Aopocalipsis 21, 3-4+
“Porque tú nos probaste, oh Dios; nos ensayaste como se afina la plata.
Nos metiste en la red; pusiste sobre nuestros lomos pesada carga…
pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a abundancia…»
Salmos 66: 10-12+
«Pues el Señor… secó el río a la vista de ustedes y lo mantuvo seco
hasta que todos cruzaran, tal como hizo con el mar Rojo…
Lo hizo para que todas las naciones de la tierra
supieran que la mano del Señor es poderosa,
y para que ustedes temieran
al Señor… para siempre»
Josue 4, 23-24+
«Si obedeces los mandatos del Señor tu Dios y andas en sus caminos,
el Señor te confirmará como su pueblo santo, tal como juró
que haría. Entonces todas las naciones del mundo verán
que eres el pueblo elegido por el Señor y
quedarán asombradas ante ti»
Deteronomio 28, 9-10+
«Si obedeces al Señor tu Dios, recibirás las siguientes bendiciones:
Tus ciudades y tus campos serán benditos. Tus hijos y tus cosechas
serán benditos… Tus canastas de fruta y tus paneras serán
benditas. Vayas donde vayas y en todo lo que hagas,
serás bendito. El Señor vencerá a tus enemigos…
¡Saldrán a atacarte de una sola dirección,
pero se dispersarán por siete!»
Deuteronomio 28, 2-7+
«Tu trono… permanece por siempre… Tú gobiernas con un cetro
de justicia. Amas la justicia y odias la maldad. Por eso…
tu Dios te ha ungido derramando el aceite de alegría
sobre ti más que sobre cualquier otro»
Hebreos 1, 8+
«Jehová te escuche en el día de conflicto; el nombre del Dios
de Jacob te defienda… y desde Sión te sostenga… Ahora
conozco que Jehová salva a su ungido; lo atenderá
desde sus santos cielos con la potencia
salvadora de su diestra»
Salmo 20, 1-6+
«… esperábamos morir; pero, como resultado, dejamos de confiar
en nosotros mismos y aprendimos a confiar solo en Dios, quien
resucita a los muertos… él nos rescató del peligro mortal
y volverá a hacerlo de nuevo. Hemos depositado nuestra
confianza en Dios, y él seguirá rescatándonos»
3 Corintios 1: 9-10+
«¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos
serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima
de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor.
Todas esas cosas ya no existirán más»
Apocalipsis 21: 3-4+
«¿Quién puede exigirle a un tirano que deje en libertad a sus cautivos? Pero el Señor dice:
—Los cautivos de los guerreros serán puestos en libertad… Pues yo pelearé contra
quienes peleen contigo… Todo el mundo sabrá que yo, el Señor, soy tu Salvador
y tu Redentor; el Poderoso de Israel»
Isaías 49: 24-26+
”Será un momento angustioso, un momento como no ha habido otro
desde que existen las naciones. Cuando ese momento llegue,
se salvarán todos los de tu pueblo que tienen su nombre
escrito en el libro. Muchos de los que duermen en la
tumba, despertarán: unos para vivir eternamente, y
otros para la vergüenza y el horror eternos»
Daniel 12: 1-2+
«¡Alégrense con Jerusalén! Gócense con ella, todos ustedes que la aman
y ustedes que se lamentan por ella… «Yo le daré… un río de paz
y de prosperidad. Las riquezas de las naciones fluirán hacia ella.
Sus hijos se alimentarán de sus pechos… Los consolaré allí…
como una madre consuela a su hijo»
Isaías 66: 10-13+
«Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su gran misericordia
nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo…
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable, reservada
en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios,
mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para
ser manifestada en el tiempo final»
1 Pedro 1, 3-5
«Si obedeces los mandatos del Señor tu Dios y andas en sus caminos, el Señor
te confirmará como su pueblo santo, tal como juró que haría. Entonces
todas las naciones del mundo verán que eres el pueblo elegido
por el Señor y quedarán asombradas ante ti»
Deteronomio 28, 9-10+
«Y meteré la tercera parte en el fuego, los refinaré como se refina
la plata, y los probaré como se prueba el oro. Invocará él mi
nombre, y yo le responderé; diré: “El es mi pueblo”,
y él dirá: “El Señor es mi Dios”
Zacarías 13, 9+
»Proclama también: “El Señor de los Ejércitos Celestiales dice:
‘Otra vez las ciudades de Israel rebosarán de prosperidad
y otra vez el Señor consolará a Sión y elegirá a
Jerusalén para sí mismo’”».
Zacarías 1, 16-17+
»En esos tiempos oscuros no se podía viajar con seguridad y los problemas
perturbaban a los habitantes de todos los países. Nación luchaba contra
nación, ciudad contra ciudad, porque Dios las afligía con todo tipo
de dificultades; pero en cuanto a ustedes, sean fuertes y
valientes porque su trabajo será recompensado»
2 Crónicas 15, 5-7+
“Según su grande misericordia [Él] nos hizo renacer para una esperanza viva,
por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia
incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los
cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de
Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que
está preparada para ser manifestada en el
tiempo postrero”
1 Pedro 1, 3-9
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«Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque tú has visto
mi aflicción; has conocido las angustias de mi alma, y no me
has entregado en manos del enemigo; tú has puesto mis
pies en lugar espacioso»
Salmo 31, 7-8
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“Según su grande misericordia [Él] nos hizo renacer para una esperanza viva,
por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia
incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los
cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de
Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que
está preparada para ser manifestada en el
tiempo postrero”
1 Pedro 1, 3-9
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«Nuevamente recibí un mensaje del Señor: «… toma un trozo de madera y
grábale estas palabras: “Esto representa a Judá y a sus tribus aliadas”
Luego toma otro trozo y graba en él estas palabras: “Esto representa
a Efraín y a las tribus del norte de Israel”. Ahora toma ambos
trozos en tu mano como si fueran una sola pieza de madera.
Cuando la gente te pregunte qué significa lo que haces,
diles: “Esto dice el Señor… ‘Tomaré a Efraín
y a las tribus del norte y las uniré a Judá.
Las convertiré en una sola pieza de
madera en mi mano’»
Ezequiel 37, 15-19
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«Luego me dijo: «… estos huesos representan al pueblo de Israel. Ellos dicen: “Nos hemos vuelto
huesos viejos y secos; hemos perdido toda esperanza. Nuestra nación está acabada”. Por lo
tanto, profetiza y diles: “Esto dice el Señor…: ‘Oh pueblo mío, abriré las tumbas del
destierro y haré que te levantes. Luego te regresaré a la tierra de Israel.
Cuando eso suceda, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor»
Ezequiel 37, 11-13
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«Cuando los llame con un silbido vendrán corriendo, porque los he redimido.
De los pocos que queden, volverán a ser tan numerosos como… antes.
Aunque los dispersé como semillas entre las naciones, aun así en
tierras lejanas se acordarán de mí… sobrevivirán y volverán
otra vez a Israel… Yo los estableceré… hasta que no
haya espacio para todos»
Zacarías 10, 8-10
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«Pero en el monte Sion quedará un remanente, y será lugar santo,
y la casa de Jacob volverá a tomar sus posesiones…
Y subirán libertadores al monte Sion para juzgar
al monte de Esaú, y el reino será del Señor»
Abdias 1, 17-21
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«Confía callado en el Señor y espérale con paciencia; no te irrites
a causa del que prospera en su camino, por el hombre que lleva
a cabo sus intrigas… buscarás con cuidado su lugar, pero
él no estará allí. Mas los humildes poseerán la tierra,
y se deleitarán en abundante prosperidad»
Salmo 37, 7-11
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«… los que el Padre me da, vienen a mí; y a los que vienen a mí, no los echaré fuera.
Porque yo no he bajado del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer
la voluntad de mi Padre…que…no pierda a ninguno de los que me ha dado,
sino que los resucite en el día último»
Juan 6: 37-39
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«Aunque el Señor te dio a comer adversidad y a beber sufrimiento,
él seguirá contigo a fin de enseñarte; verás a tu maestro con
tus propios ojos. Tus oídos lo escucharán. Detrás de ti,
una voz dirá: «Este es el camino por el que debes ir»,
ya sea a la derecha o a la izquierda»
Isaías 30, 20-21
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«Mientras continuó mi visión esa noche, vi a alguien… descender con las nubes
del cielo. Se acercó al Anciano y lo llevaron ante su presencia. Se le dio
autoridad, honra y soberanía sobre todas las naciones del mundo, para
que lo obedecieran los de toda raza, nación y lengua. Su gobierno
es eterno, no tendrá fin. Su reino jamás será destruido»
Daniel 7, 13-14
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«Yo recordaré sin embargo mi pacto contigo en los días de tu juventud,
y estableceré para ti un pacto eterno. Entonces te acordarás de tus
caminos y te avergonzarás… Estableceré mi pacto contigo; y
sabrás que yo soy el Señor… cuando yo te haya
perdonado por todo lo que has hecho…»
Ezequiel 16, 60-63
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«Se acerca el día —dice el Señor—, cuando aumentaré en gran manera la
población humana y el número de los animales en Israel y Judá. En el
pasado con determinación desarraigué y derribé a esta nación. La
derroqué, la destruí y sobre ella traje el desastre; pero en el
futuro con la misma determinación la plantaré y la
edificaré. ¡Yo, el Señor, he hablado!»
Jeremías 31, 27-28
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«¿quién es Dios aparte del Señor? ¿Quién más que nuestro Dios
es una roca sólida? Dios me arma de fuerza y hace perfecto
mi camino. Me hace andar tan seguro como un ciervo, para
que pueda pararme en las alturas de las montañas»
Salmo 18, 31-33
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«Ahora sé que el Señor rescata a su rey ungido… Algunas naciones se jactan
de sus caballos y sus carros de guerra, pero nosotros nos jactamos en el
nombre del Señor nuestro Dios. Esas naciones se derrumbarán y caerán,
pero nosotros nos levantaremos y estaremos firmes»
Salmo 20, 6-8
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«Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento despliega
la destreza de sus manos. Día tras día no cesan de hablar;
noche tras noche lo dan a conocer. Hablan sin sonidos ni
palabras; su voz jamás se oye. Sin embargo, su mensaje
se ha difundido por toda la tierra y sus
palabras, por todo el mundo»
Salmo 19, 1-4
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«… llegará el día cuando el pueblo de Israel será como
la arena a la orilla del mar, ¡imposible de contar! Así
que en el lugar donde se les dijo: “Ustedes no son mi
pueblo”, se dirá: “Ustedes son hijos del Dios viviente”.
Entonces los pueblos de Judá e Israel se unirán,
elegirán un solo líder y regresarán juntos
del destierro. Qué gran día será —el día
de Jezreel— cuando Dios plantará de
nuevo a su pueblo en su tierra»
Oseas 1: 10-11
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«¡Cuánto se alegra el rey en tu fuerza, oh Señor! Grita de alegría porque
tú le das la victoria. Pues le diste el deseo de su corazón; no le has
negado nada de lo que te ha pedido. Le das la bienvenida con éxito
y prosperidad;le colocaste una corona del oro más puro sobre la
cabeza.Te pidió que le preservaras la vida, y le concediste
su petición;los días de su vida se alargan para siempre»
Salmo 21, 1-4
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«y para eso tenía que hacerse igual
en todo a sus hermanos, para llegar
a ser un Sumo Sacerdote fiel y
compasivo en su servicio a Dios,
y para obtener el perdón de
los pecados de los hombres
por medio del sacrificio»
Hebreos 2:17
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«Fortaleced las manos débiles y afianzad las rodillas vacilantes. Decid
a los de corazón tímido: — Esforzaos, no temáis. He aquí… la
retribución vendrá de Dios mismo, mas El os salvará.
Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los
oídos de los sordos se destaparán»
Isaías 35, 3-5
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«Aun antes de que comenzaran los dolores de parto, Jerusalén dio a luz
un hijo. ¿Acaso alguien ha visto algo tan extraño como esto?…
¿Acaso ha nacido una nación en un solo día? ¿Acaso ha
surgido un país en un solo instante?… ¿Llevaría
yo a esta nación al punto de nacer para después
no dejar que naciera?… ¡No! Nunca impediría
que naciera esta nación», dice su Dios»
Isaías 66: 7-9
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«Se acerca el día —dice el Señor—, cuando aumentaré en gran manera la población
humana y el número de los animales en Israel y Judá. En el pasado con
determinación desarraigué y derribé a esta nación. La derroqué,
la destruí y sobre ella traje el desastre; pero en el futuro
con la misma determinación la plantaré y la edificaré.
¡Yo, el Señor, he hablado!
Jeremías 31, 27-28
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»Proclama también: “El Señor de los Ejércitos Celestiales dice:
‘Otra vez las ciudades de Israel rebosarán de prosperidad
y otra vez el Señor consolará a Sión y elegirá a
Jerusalén para sí mismo’”».
Zacarías 1, 16-17
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«Miren a mi siervo, al que yo fortalezco; él es mi elegido,..
He puesto mi Espíritu sobre él; él hará justicia a las
naciones. No gritará, ni levantará su voz en público.
No aplastará a la caña más débil, ni apagará una
vela que titila. Les hará justicia a todos los
agraviados… hasta que prevalezca la
justicia en toda la tierra»
Isaías 42, 1-4
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«Y ahora, amados hermanos, queremos que sepan lo que sucederá con los creyentes que han muerto,
para que no se entristezcan como los que no tienen esperanza. Pues, ya que creemos que
Jesús murió y resucitó, también creemos que cuando Jesús vuelva, Dios traerá
junto con él a los creyentes que hayan muerto»
1 tesalonicenses 4: 13-14