esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

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Colaboración de

Juan José Fernández Granados

Ministerio Luz a las naciones

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En el mundo físico la vida está en la sangre (Lev. 17:11), en el mundo espiritual la vida está en la luz (Jn. 1:4).


En el mundo espiritual no hay sol, toda la luz sale de Yeshua con un brillo mayor que el del sol. Esta luz no produce sombras.


La luz atrae a la luz y la oscuridad atrae a la oscuridad. Los malos deseos atraen malos espíritus y esos espíritus nos seducen para hacer el mal.


Cuando nuestro corazón es puro y no tenemos ningún deseo malo ningún espíritu inmundo nos puede influenciar.


Los malos sentimientos, el odio, la codicia, la ira atraen espíritus inmundos.


La gente cuando estalla en ira o con otro sentimiento negativo es usada por espíritus inmundos sin darse cuenta de ello.


Los humanos somos como imanes que continuamente atraemos fuerzas positivas o negativas que operan en contra o a nuestro favor.


Los buenos pensamientos en este mundo se pueden ver en el mundo espiritual como una luz que emana de nosotros con diferentes colores.


Un pensamiento pequeño con amor puede derribar muchas fuerzas del mal.


Cada pecado causa sufrimiento en el mundo y cada pensamiento justo y acción hecha con amor levanta a toda la humanidad.


Todos los humanos necesitamos ayuda externa. Sin la ayuda del mundo espiritual ningún ser humano puede tener éxito. Incluso el clamor más pequeño de un pecador, trae un cambio a las fuerzas espirituales que operan en su vida.


Todos podemos contribuir a las fuerzas que afectan a la humanidad. Ningún ser humano vive y deja este mundo sin contribuir positiva o negativamente en las fuerzas que operan en el mundo.


El deseo de venganza no viene de Dios y no solamente debemos pedir perdón a Dios por nuestras malas acciones, también debemos pedirle perdón por nuestras malos pensamientos, deseos y sentimientos.


La falta de perdón es como un lazo que nos ata a la persona que no perdonamos y nos hunde. La falta de perdón nos hace descender al mismo lugar donde se encuentra la persona que pecó contra nosotros. Cuando perdonamos a los que nos han herido se rompe la atadura que nos hacia hundirnos.


El progreso espiritual no es posible hasta que nuestro odio se convierte en amor y en bondad. Debemos madurar hasta que lo único que deseemos a nuestros enemigos sea su bien.


Cuando los hombres se entregan a los malos deseos y pensamientos, están atrayendo influencias demoníacas de las regiones de la oscuridad.


Cuando un espíritu deja su cuerpo a la hora de la muerte permanece  en el mismo nivel espiritual que tenía cuando estaba en el cuerpo físico. No se produce un super-cambio espiritual a la hora de la muerte. El carácter que tenía el espíritu en el cuerpo es el mismo que tiene cuando abandona el cuerpo.


Muchos que no se preparan para el mundo espiritual, cuando mueren piensan que están soñando o que siguen vivos. Algunos se dan cuenta que están muertos cuando ven su cuerpo sin vida, muchas veces el espíritu tiene dificultad reconociendo su propio cuerpo ya que no está acostumbrado a verse desde fuera.


El túnel que ven muchos a la hora de la muerte es un túnel que atraviesa las esferas de la oscuridad.


La muerte es como un sueño, para los creyentes es algo precioso, es la puerta que nos permite entrar a nuestro hogar eterno, en ocasiones a la hora de la muerte vienen seres queridos fallecidos a recibirnos juntamente con los ángeles de Dios. En algunas ocasiones el propio Yeshua viene a recibirnos cuando morimos. El creyente en el mundo espiritual se siente en casa porque está rodeado de amigos y porque se ha estado preparando en la tierra precisamente para vivir en la eternidad del mundo espiritual. Cuando un pecador muere los demonios vienen a recibirle y le conducen a las tinieblas.


La progresión espiritual es a través del amor y el servicio a los demás. El egoísmo es un impedimento al crecimiento espiritual.


El verdadero crecimiento espiritual se produce cuando somos como Yeshua y tenemos amor y bondad hacia los demás.


Los momentos de gloria que brillan en los sucesos de los hombres se producen cuando se lleva a cabo un acto altruista impulsado por el amor.


El libre albedrío es honrado y respetado por todos los espíritus. Cuando ejercitamos nuestro libre albedrío no permitiendo el mal en nuestras vidas se produce un escudo protector que no permite la entrada a espíritus inmundos. Si la voluntad de un hombre es débil y dicho hombre pide ayuda, los ángeles vendrán en su ayuda y formarán un escudo a su alrededor.


Desde el punto de vista espiritual, todo lo material es visto como un vapor en el mundo espiritual (Stg. 4:14), es visto como algo frágil y pasajero (II Co. 4:18).


Muchos pensamos que es un logro conseguir mucha riqueza, un titulo, una buena posición, una habilidad, etc pero en el mundo espiritual todo esto NO es visto como un logro, es visto como una oportunidad para poder servir a toda la humanidad. Muchos consideran que han logrado todo por ellos mismos y para ellos mismos y desperdician estas oportunidades para servir a los demás.


En el mundo espiritual el mayor logro es poder servir a otros. El mayor en el mundo espiritual es el siervo de todos (Mc. 10:44).


No solamente debemos creer en el amor, debemos practicar el amor hasta que sea una parte de nuestra vida, hasta que nuestra propia naturaleza se convierta en la naturaleza amorosa de Dios. El hombre que lleva a cabo las verdades de la Palabra será un hombre que edifique su casa sobre la Roca (Mt. 7:24).


Los pensamientos que son aceptados por un individuo atraen fuerzas que controlan las circunstancias que rodean a dicho individuo. Los pensamientos malos atraen a fuerzas negativas y los buenos pensamientos atraen a fuerzas positivas. Tanto las acciones como los pensamientos tienen una causa y un efecto tanto en esta vida como en la próxima.


En la Iglesia actual hay ciertos errores que deben ser corregidos: 1) El énfasis en la prosperidad física y material. 2) La falta de amor. La iglesia condena con demasiada facilidad, esta actitud era la de una gran parte de los fariseos. El cristianismo sin amor se convierte en una religión que nos llevará  a la destrucción y oscuridad. 3) La falta de interés por lo espiritual. Muchos en la iglesia están buscando cosas materiales y curiosamente, al mismo tiempo, mucha gente del mundo está buscando cosas espirituales. El hambre espiritual existente en el mundo contrasta con la falta de interés en lo espiritual que hay en la Iglesia. 4) La persecución de la Iglesia por la Iglesia.


Para vencer el mal lo que debemos hacer es caminar siempre en amor.


Para que nuestra fe crezca debemos experimentar situaciones donde nuestro conocimiento está limitado. Para que la esperanza crezca debemos enfrentarnos con incertidumbre e inseguridad. En muchas ocasiones el crecimiento y la madurez se produce cuando pasamos por situaciones opuestas y adversas.

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