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En el estudio anterior vimos que la emergencia climática que padecemos no se debe al calentamiento de la atmósfera por causas andrógenas -emanaciones de CO2 debido a actividades humanas– sino al calentamiento de los océanos debido al aumento del vulcanismo, tanto en su versión de “respiraderos hidrotérmicos” como en lo que se refiere a volcanes submarinos convencionales. Y, en este tiempo, aparecieron confirmaciones de estas cosas:
Así leemos:
«En el fondo del océano, también existen
evidencias ominosas que sugieren que un
exceso de calor puede estar llenando las
profundidades de los océanos, que continuará
calentando la atmósfera durante décadas o
siglos después de que los niveles de gases
invernadero se estabilicen. Mediciones
tomadas en 1957, 1981, y 1992, en viajes
transatlánticos a lo largo de la latitud de 24
grados Norte, muestran que «aguas entre 800
y 2500 metros de profundidad se han calentado
coherentemente durante los últimos 35 años y…
(el calentamiento) es notablemente uniforme
en toda la dimensión Este-Oeste del Atlántico
del Norte». (1)
Y también:
“No es calentamiento global, es calentamiento
de los océanos, y lo seres humanos no tienen
nada que ver con ello. Nuestros mares están
siendo calentados, creo yo, por el vulcanismo
subterráeo… Estamos viviendo en un período
de vulcanismo muy incrementado el mayor en
600 años. Ochenta por ciento de todo el
vulcanismo (dicen los expertos del NOAA)
ocurre debajo del mar. Por consiguiente, el
vulcanismo submarino también debe de ser
el mayor en 500 años».
Pero la temperatura de la corteza terrestre -de las rocas- también se ha incrementado en estos últimos años ¿puede haber alguna relación eficiente entre las emanaciones de CO2 en la atmósfera y el calentamiento en las profundidades de las rocas?:
«Un equipo de científicos estadounidenses
y canadienses ha encontrado evidencias
que en el siglo pasado las rocas de la
corteza continental de la Tierra han
experimentado un aumento de
temperatura similar al de la
atmósfera y los mares…»
Y también:
“Esta conclusión es reforzada
por una línea de evidencia
completamente independiente en
la que los científicos consideraron
datos de temperaturas recogidos
del suelo en 358 sitios en el Este
de América del Norte, Europa central,
África meridional y Australia…. La
evidencia del suelo en esos cuatro
continentes muestra que las temperaturas
han aumentado cerca de 1,8 grados F
en los últimos 500 años y cerca de
1 grado F de esa diferencia en más,
sólo en el sigo XX».
Asimismo la falta de homogeneidad en el deshielo de los glaciares -en algunos lados si y en otros no- o el dispar deshielo en los polos -hay partes en donde ha aumentado el volumen de hielo en tanto que en otras se derrite como un terrón de azúcar en el agua- o las alteraciones en las corrientes «termohalinas» también encuentra una explicación coherente en la variación de los parámetros de temperatura y salinidad de los océanos.
Conclusión: la causa eficiente de la dramática emergencia climática que padecemos no se encuentra en el calentamiento de la atmósfera por causas «andrógenas» -emanaciones de CO2 producidas por actividades humanas- sino en cosas que suceden en las profundidades de la tierra en donde, al parecer, hay una creciente «inquietud».
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(1) Ver: No es Calentamiento Global, Es Calentamiento Oceánico
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continua en «La inquietud de Abadón (una meditación)»
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