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Colaboración de
Juan José Fernández Granados
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En Génesis 2:7 se lee:
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“Entonces YHWH Dios formó al hombre
del polvo de la tierra, y sopló en su nariz
aliento de vida, y fue el hombre
un ser viviente.”
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“formó al hombre del polvo de la tierra…”se refiere al cuerpo del hombre.
“sopló en su nariz aliento de vida…» se refiere al espíritu del hombre que viene de Dios.
“y fue el hombre un ser (literalmente dice “alma”) viviente…» se refiere al alma del hombre.
El original de la palabra “vida” en “aliento de vida” no está en singular, está en plural, el versículo nos dice que Dios sopló “aliento de VIDAS”. El soplar realizado por Dios produjo una vida doble: la vida del alma o vida anímica y la vida espiritual.
Adán tenía una naturaleza, la naturaleza divina, pero tenía dos vidas: la vida del espíritu o vida espiritual y la vida del alma o vida anímica.
Los ángeles fueron creados como espíritus, el hombre fue creado, de manera predominante, como alma viviente. Por eso en la Biblia podemos ver que Dios a menudo se refiere a los hombres como “almas”. Podemos afirmar que lo que es el hombre depende de cómo es su alma. Su alma le representa.
Si el alma del hombre quiere obedecer a Dios, permitirá que el espíritu gobierne al hombre según lo ordenado por Dios, pero el alma también puede reprimir al espíritu y no hacer lo que el espíritu le dicta.
El alma del hombre escogió el árbol del conocimiento del bien y del mal, en lugar del árbol de la vida. La fruta del árbol del conocimiento elevó al alma y suprimió al espíritu.
El hombre podía elegir de qué árbol iba a comer, podía comer del árbol de la vida y vivir o podía comer del árbol de la ciencia y morir.
“De todo árbol del huerto podrás comer,
pero del árbol del conocimiento
del bien y del mal no comerás,
porque el día que de él comas,
ciertamente morirás.”
Génesis 2:16 y 17
En el original dice: “…porque el día que de él comas muriendo morirás.”. La versión llamada Literal Translation of the Holy Bible y la versión Young’s Literal Translation lo han traducido de la siguiente manera:
“el día que de él comas, muriendo morirás”
Adán y Eva escogieron la ciencia, escogieron el conocimiento, escogieron la sabiduría, escogieron la vida del alma, pero al escoger la vida del alma, perdieron la vida espiritual.
Hoy en día el hombre prefiere comer del árbol de la ciencia desechando el árbol de la vida, el hombre al escoger el conocimiento (ofrecido por sectas, religiones, filosofías, etc) está perdiendo la vida espiritual que le ofrece Dios por medio de su Hijo.
Adán y Eva ganaron la vida del alma (gr. Psyche), pero perdieron la vida espiritual (gr. Zoe). Cuando Yeshua murió, él dio su vida del alma – psyche – para que nosotros pudiésemos tener vida espiritual – Zoe -. Teniendo en cuenta las palabras griegas podemos afirmar que Yeshua dio su Psyche para que nosotros podamos tener Zoe.
“Porque ni aun el Hijo del Hombre
vino para ser servido,
sino para servir,
y para dar su vida (PSYCHE)
en rescate por muchos.”
Marcos 10:45
“Yo he venido para que tengan vida (ZOE),
y para que la tengan en abundancia.”
Juan 10:10
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Según una definición científica, la muerte es “el cese de la comunicación con el medio ambiente.” La muerte del espíritu es el cese de la comunicación con Dios.
Cuando decimos que el espíritu está muerto, queremos decir que el espíritu está separado de Dios, ha perdido su sensibilidad hacia Dios. En la parábola del hijo prodigo cuando el hermano menor vuelve a casa, el padre le dice a su otro hijo: “Tu hermano estaba muerto ..” (Lc. 15:32). El hijo estaba muerto porque estaba separado del padre.
El pecado ha destruido el profundo conocimiento intuitivo que el espíritu tenía de Dios en un principio.
La muerte, que empezó en el espíritu de Adán, se extendió gradualmente hasta alcanzar a su cuerpo.
El espíritu de Adán cayó bajo la opresión del alma, hasta que, poco a poco, se fusionó con el alma y las dos partes quedaron fuertemente unidas.
El escritor del libro de Hebreos afirma en el versículo 12 del capítulo 4 que la Palabra de Dios separa el alma y el espíritu. La separación es necesaria porque el espíritu y el alma se han vuelto uno. El espíritu ha perdido su poder y sensibilidad, la conciencia del hombre está paralizada, está como dormida. A esto se refiere el libro de Judas en el versículo 19:
“Estos son los que causan divisiones;
los sensuales (mundanos, naturales, animales)
que no tienen espíritu.”
Los hombres caídos están bajo el dominio total de la carne, actuando en respuesta a los deseos de su alma y pasiones físicas.
El espíritu, nuestra parte más noble, ahora está bajo el dominio del alma. El espíritu ha sido desposeído de su posición original. La condición actual del hombre es anormal. Por eso, se le describe como si no tuviera espíritu.
El plan de Dios para el espíritu era que gobernase nuestra alma, pero cuando el hombre cayó en pecado, su espíritu quedó esclavizado por el alma.
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