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pues la vida fue manifestada
y la hemos visto, y testificamos
y os anunciamos la vida eterna,
la cual estaba con el Padre
y se nos manifestó
1 Juan 1, 2
El fruto mas bendito del ministerio de nuestro Señor en la tierra es haber manifestado -puesto a nuestra disposición– la Vida que estaba en el seno del Padre. Como está dicho en Juan 1, 18:
a Dios nadie le vio jamás;
el unigénito Hijo, que está
en el seno del Padre,
él le ha dado a conocer
Aquello que estaba en el seno de el Padre está ahora a nuestro alcance. Nuestra finitud ha sido traspasada por la eternidad. Nuestra corrupción, revestida por incorrupción. La carne vencida por el Espíritu. ¡Aleluya!. Contemplemos este misterio cada mañana para experimentar por fe la eternidad que desde ya es nuestra y nos permite traspasar las contradicciones y limitaciones de este mundo con la armonía perfecta del venidero.