esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

 

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El Vaticano y las razas no-adamicas

 

El Vaticano dice estar preparado para la aceptación de vida extraterrestre y es oportuno leer estas declaraciones del papa Francisco de mayo del 2014:

 

“— ¿Quiénes somos nosotros para cerrar las puertas?», preguntó el Sumo Pontífice. En la homilía… dedicada a los conceptos de la aceptación y la inclusión, Francisco recordó una historia de la Biblia acerca de la conversión de los primeros paganos al cristianismo, informa Radio Vaticano”

 

 

Lo que supone que este espinoso tema ya se había planteado en ámbitos internos porque no parecen ser declaraciones del momento. Y sigue:

 

 

“Al describir cómo, según la Biblia, Simón Pedro fue criticado por los cristianos de Jerusalén por hacer contacto con una comunidad de paganos «inmundos», Francisco dijo que era el momento de hacer también lo «impensable». «Si, por ejemplo, mañana una expedición de marcianos viene aquí y uno dice: ‘Quiero ser bautizado’, ¿Qué pasaría?», dijo el papa Francisco”… «Cuando el Señor nos muestra el camino, quiénes somos nosotros para decir: —‘¡No, señor, no es prudente! No, vamos a hacerlo de otra manera’.

 

 

Y como demostración de que estas cosas no son ocurrencia de estos días -o de este papa- la nota periodística reflexiona al final:

 

 

“Esta no es la primera vez que el Vaticano plantea la posibilidad de bautizar a los seres extraterrestres. En su intervención en el Festival de Ciencia británico en 2010, uno de los astrónomos cercanos del papa Benedicto XVI dijo que bautizaría a un extraterrestre «si se lo piden”… dijo: ‘Cualquier entidad, no importa cuántos tentáculos tenga, tiene un alma’”

 

 

Un Sacrificio vicario universal

 

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Nosotros vemos como una hipótesis extrema suponer que un ser extraterrestre –o no adámico– se presente en el Vaticano y pida para ser bautizado. Pero aun la aceptación de esta posibilidad por el Vaticano supone aceptar que el Sacrificio de la cruz es válido para razas no-adámicas, es decir, es expiatorio también para esas criaturas. Y esto me parecía difícil de ubicar bíblicamente hasta que medité en la revelación que leemos en el primer capítulo de Colosenses comenzando en los v. 19-20:

 

 

pues a Dios, en toda su plenitud, le agradó vivir en Cristo, y por medio de él, Dios reconcilió consigo todas las cosas. Hizo la paz con todo lo que existe en el cielo y en la tierra, por medio de la sangre de Cristo en la cruz

 

 

¡Aquí se afirma que el sacrificio de la Cruz tiene un efecto universal! Es decir, la preciosísima sangre de Cristo/Mashíaj de ISRAEL/JEZREEL “hizo la paz con todo lo que existe en el cielo y en la tierra”. Lo que significa que la Cruz tiene un alcance mayor al que frecuentemente le otorgamos. Y antes se dice (v. 16):

 

 

por medio de él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por medio de él y para él

 

 

Y si El que ofreció Su sacrificio vicario fue Aquel que hizo todas las cosas, es natural suponer que este afecte a todas ellas. Es decir, si Quien se dio en Sacrificio expiatorio es el Autor de la Creación, toda ella tanto en los cielos como en la tierra queda afectada por ese Sacrificio. Esto se dice de la misma manera –o tal vez con mayor énfasis- en Efesios 1, 9-10:

 

 

ahora Dios nos ha dado a conocer su misterioso plan acerca de Cristo, un plan ideado para cumplir el buen propósito de Dios. Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra

 

 

En donde la primacía parece estar en la sujeción bajo la autoridad de Cristo de “las cosas que están en el cielo” ya que se nombran primero. Pero diríamos mejor que el Sacrificio de la Cruz del Hijo de Dios en la tierra –y esto la hace diferente a todos los planetas que por ventura estuvieren habitados- es requisito indispensable para someter a todo el universo, visible e invisible, a la autoridad de Dios y de Su Cristo. Se lee en Apocalipsis 12, 10:

 

 

por fin han llegado la salvación y el poder, el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo. Pues el acusador de nuestros hermanos… ha sido lanzado a la tierra. Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron

 

 

lo que es voceado por una “fuerte voz que resonaba por todo el cielo”. Es decir, el ámbito de esta Novedad es universal y tanto lo es que requiere de un poderoso grito para que sea escuchada hasta en las regiones celestes más lejanas o recónditas.

 

 

El testimonio co-redentor

 

 

Y esta Novedad asi anunciada tiene un componente que es oportuno destacar: “ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron” Esto quiere decir que el testimonio que demos de Cristo es -por extensión- co-redentor junto con la sangre del Cordero. Es lo que el apóstol Pablo nos dice en 1 Colosenses 1, 24:

 

 

ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros, y en mi carne, completando lo que falta de las aflicciones de Cristo, hago mi parte por su cuerpo, que es la iglesia

 

 

Y estas aflicciones faltantes del cuerpo de Cristo que por ventura nos toca a nosotros padecer en carne suponen a veces el martirio como bien podemos comprobarlo en estos días -aunque fue así a lo largo de toda la historia de la Iglesia-. Y se dice:

 

 

y no amaron tanto la vida como para tenerle miedo a la muerte. Por lo tanto, ¡alégrense, oh cielos!

 

 

De modo que el Propósito que “Dios nos ha dado a conocer” incluye de manera indisoluble el testimonio de la Iglesia de la cual Cristo es la Cabeza (nota 1).  Se nos informa que el sacrificio de la Cruz afecta el universo todo, lo que incluye a las razas no-adámicas que por ventura existieren. Y por tanto, un remanente de estas razas podrían llegar sumarse a los redimidos, aunque esto nos cause en principio una profunda sensación de incomodidad.

 

 

Un Mashíaj de ISRAEL universal

 

 

En las citas de más arriba se habla del “reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo”, y reparemos que cada vez que decimos ‘Cristo’ estamos haciendo referencia al ‘Rey Ungido/Mashíaj de ISRAEL. Es decir ‘Cristo’ supone un Reino de ISRAEL restaurado. Y sabemos que este Reino venidero de ISRAEL no estará en algún lugar del espacio sino en una Sión transfigurada por Su Gloria, y ubicada en una tierra transmutada que quizas no reconoceríamos -es el Reino de la Jerusalem Celestial-. Por eso mencionamos antes que el cuerpo glorioso que recibiremos el día de la resurrección  -si perseveramos- nos permitirá trasladarnos, si fuera necesario, por todo el universo. Ese día, a pesar de lo que actualmente afirmen las teorías cosmológicas, la Tierra será el centro del universo

 

 

El traspaso de Poder del Dios Altísimo al Dios encarnado

 

 

Recordemos cual fue el momento en que la autoridad universal de Dios fue delegada en el Mashíaj de ISRAEL, que es nuestro Señor Jesucristo. Lo leemos en Daniel 7, 13-14:

 

 

después, mientras contemplaba la visión nocturna, vi venir sobre las nubes del cielo a alguien que parecía un ser humano. Cuando llegó junto al anciano, lo presentaron ante él y le fueron concedidos poder, honor y reino. Le rindieron homenaje gentes de todos los pueblos, naciones y lenguas. Su poder es eterno, nunca sucumbirá; su reino no será destruido

 

 

Y en algunas versiones se dice: “lo obedecieran los de toda raza, nación y lengua”. Seguramente estarán aquí incluidas, si fuera el caso, las razas no-adámicas.

 

 

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nota 1: quizás todo lo dicho esté contenido en Colosenses 1, 17-18:

 

Él ya existía antes de todas las cosas y mantiene unida toda la creación. Cristo también es la cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo

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