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Viene de: » El endurecimiento de Juda y el tiempo de su redención (1)»
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En el capitulo 6 del libro de Isaías, el mismo en donde se encuentra la visión del Trono de YaHWéH y el sorprendente llamamiento del profeta, leemos un durísimo juicio sobre “Judá” :
«Y dijo (YaHWéH):
– ‘Anda, y dile a este pueblo:
«Oíd bien, y no entendáis;
ved por cierto, pero no comprendáis».
Embota el corazón de este pueblo,
endurece sus oídos y ciega sus ojos,
para que no vea con sus ojos
ni oiga con sus oídos
ni su corazón entienda,
ni se convierta y haya para él sanidad’”.
Isaías 6:9 -10
Y este terrible juicio estaba vigente en días de Jesús/Yeshua. Y tanto lo estaba que el Maestro se refiere a el una y otra vez, es el telón de fondo de su ministerio público en el que entro varias veces en colisión con Su auditorio. El ejemplo mas notable de como Jesús/Yeshua tenia presente ese juicio de Isaías 6 es cuando llama a sus discípulos aparte para explicarles el significado de la parábola del sembrador. Y les revela un secreto difícil de engullir:
“Por eso les hablo por parábolas:
porque viendo no ven,
y oyendo no oyen ni entienden.
De manera que se cumple en ellos
la profecía de Isaías, que dijo:
‘De oído oiréis, y no entenderéis;
y viendo veréis, y no percibiréis’”,
Mateo 13:13 -14
Aqui está muy claro, Jesús/Yeshua hablaba en parábolas para hacérselo difícil al auditorio que tenía enfrente. Siempre se nos ha dicho lo contrario: que el Maestro enseñaba utilizando parábolas para llegar mas fácil al pueblo. Pero esto no es lo que surge de las Escrituras según se dice en la explicación del Maestro de la parábola de sembrador:
«Por eso les hablo por medio de parábolas;
porque ellos miran, pero no ven;
escuchan, pero no oyen ni entienden.
Así, en el caso de ellos se cumple
lo que dijo el profeta Isaías:
‘Por más que escuchen, no entenderán,
por más que miren, no verán'».
Mat 13:13-14
Dicho francamente: Jesús/Yeshua afirma que hablaba en parábolas para que sólo quien tuviera sus oídos espirituales abiertos -lo que no era el caso de la mayoría del auditorio judío que lo rodeaba- comprendiera Sus palabras. Es claro que «ellos» son los que estaban afuera del núcleo de sus discípulos -el pueblo judío en general del cual las autoridades religiosas eran el núcleo duro-. Y no solo no tenían sus oídos espirituales abiertos (por el Espíritu Santo) sino que al parecer el Maestro no estaba muy interesado de que los tuvieran. ¡No era su momento!.
En realidad Sus enseñanzas solo podrían ser interpretadas mucho después de pronunciadas, luego de que fuera derramado el Espíritu Santo sobre la iglesia. Y eso fue en Pentecostés, en el inicio de la misión apostólica. En Hechos 2:14-35 leemos el primer discurso de Pedro y parece que quien habla no es el mismo Pedro que vimos antes, con sus dudas e inconvenientes precipitaciones, al que el Maestro reprendió tantas veces. En Pentecostés, luego de las «lenguas de fuego» y el «viento recio» todo era claro y las palabras fluían con facilidad. Y a partir de ese entonces esa claridad se iría extendiendo por el mundo. Como si hubiéramos encendido una luz en un cuarto a oscuras en el que antes solo percibíamos bultos. Pero durante el ministerio de Jesús/Yeshua aún sus discípulos, y el pueblo judío en general, no entendían completamente a Jesús/Yeshua -o no entendían nada-. Aunque es muy claro que percibían una Autoridad que encendía el corazón, no las palabras huecas nacidas de un corazón a,menudo hipócrata de escribas y fariseos.
Tanto no entendían, que cuando en la última cena su Maestro abandonó las parábolas para expresarse llanamente sucedió que:
“Le dijeron sus discípulos:
‘Ahora hablas claramente
y ninguna alegoría dices’”.
Juan 16:29
Que es como decir, «hasta ahora no habíamos entendido nada ¿porque no nos hablaste siempre así?».
De modo que la “casa de Judá” es la que fue “endurecida” por YaHWéH para que no tuviera “oídos para oír” el evangelio, o para que “oyendo no entiendan y se salven”. En tanto que la “casa de Israel(Efraín) ” -luego sabremos- escucharía el evangelio por la unción derramada del Espíritu Santo sobre ellos durante la misión apostólica y durante el ministerio misionero de “las iglesias de Cristo». Quiere decir que cuando en la introducción de su evangelio Juan afirma:
“a lo suyo vino, pero los suyos no lo recibieron”
Debemos entender que quienes estaban a su alrededor (que eran “los suyos” en el sentido que eran de la casa de Judá) eran solo una parte de todo ISRAEL. Y era la parte “endurecida”. Y por eso Lo rechazaron hasta llevarlo a una atroz «muerte de cruz» precedida de lacerantes latigazos. Y vemos que de tal modo era necesaria la ministración del Espíritu Santo para el entendimiento de las palabras del Maestro que aun los apóstoles fueron ganados por la duda en el espacio de tiempo entre esa muerte brutal y el día de Pentecostés. Parecía como si Jesús/Yeshua se hubiera equivocado en la elección de aquellos que iban a ser los encargados («enviados») de llevar su Palabra hasta los extremos de la tierra. Y hasta nos sentimos un tanto superiores a ellos al verlos temblar escondidos y llenos de vacilaciones después de haber presenciado el ministerio lleno de portentos y maravillas de Aquel que dijo ser nada menos que el «Hijo de Dios» al que habían acompañado durante tres años.
Ahora bien, ¿fue injusto el endurecimiento de los judíos como pueblo para que no entendieran la Palabra originada en los cielos, en el Padre? La Palabra dice: Dios/Elohim –YaHWéH– «tiene misericordia de quien quiere y también endurece a quien desea» (Romanos 9:18). Y en Romanos 11:25 se explica un misterio a los “gentiles”:
“No quiero, hermanos,
que ignoréis este misterio,
para que no seáis arrogantes
en cuanto a vosotros mismos:
el endurecimiento de una parte de Israel
durará hasta que haya entrado
la plenitud de los gentiles”.
En claro que en este pasaje la parte “endurecida” de ISRAEL es el pueblo judío. Y la “plenitud de los gentiles” es el remanente de la “casa de Israel(Efraín)” “mezclada” en las naciones que escucharon el evangelio por la unción del Espíritu Santo (a la que se suma los gentiles no-israelitas -gentiles solamente- que recibieron de buen grado la “luz” del evangelio y abrieron su corazón para ser regenerados. Es que la “cirugía cardíaca” del Espíritu está disponible a todos, es para «toda criatura», para «todos» (Hechos 10:36).
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¿Pero el endurecimiento del pueblo judío seria para siempre? Es obvio que no, el trecho citado dice que una vez que el evangelio hubiera alcanzado a la “plenitud de los gentiles” entonces los judíos, como pueblo, recibirían también la ministración del Espíritu (Zacarías 12:10) y un remanente judío aceptaría lo que el Mesías de ISRAEL /Hijo de David/ Hijo del Hombre es Quien confiesan y adoran los cristianos desde hace veinte siglos. Y es también Aquel que viene en Gloria al final de los días para todo su pueblo, tanto “Israel(Efraín)», como “Judá”.
No es posible entonces que los cristianos ignoremos este misterio explicado con tanto detalle por el apóstol “a los gentiles” y tengamos una actitud “arrogante” hacia el pueblo judío (tanto más cuando ambos somos parte del mismo ISRAEL y participantes de la misma Promesa hecha a Abraham). Debemos mas bien comprender este “endurecimiento” de la “casa de Judá” como algo necesario para que el evangelio alcanzara a las regiones mas distantes -los «extremos de la tierra»- en donde yacía desterrada la “casa de Israel(Efraín)”, que en ese entonces estaba “ajena a la ciudadanía de ISRAEL, «sin Dios y sin esperanza” ¿No dijo el Maestro de Galilea: «No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel»?
El apóstol Pablo explica en Romanos 11:30-32 el «juego» de desobediencias que YaHWéH planeó desde el principio del plan de redención -antes de la fundación del mundo- para alcanzar con Su misericordia a “todo ISRAEL”, las «dos familias» de ISRAEL.
«vosotros erais, en otro tiempo,
desobedientes a Dios, pero ahora
habéis alcanzado misericordia
por la desobediencia de ellos,
así también estos ahora
han sido desobedientes,
para que por la misericordia
concedida a vosotros,
ellos también alcancen misericordia
pues Dios sujetó a todos en desobediencia,
para tener misericordia de todos.
Hay un tiempo entonces de “endurecimiento” colectivo del pueblo judío -no hablamos de individuos a los cuales el Espíritu Santo puede despertar según Su Propósito– y un tiempo para que sus “ojos y oídos” sean abiertos al evangelio. Cuando esto suceda un remanente de Judá se unirá a un remanente de Israel(Efraín) el día de la restauración del Tabernáculo de David que es el Reino de los Cielos de los evangelios:
«Cuando llegue ese día, Judá se unirá a Israel,
y juntos regresarán del país del norte
a la tierra que di como herencia
a los antepasados de ustedes.
Jeremías 3:18
Amén y amen.
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Nota: la expresión “el país del norte” hace referencia al destierro entre todas las naciones de Israel(Efraín) que comenzó con la cautividad asiria, y de allí se extendió a todas las direcciones geográficas. Esto es: NO se refiere a un país especifico en el norte de ISRAEL.
Y cuando se dice «la tierra que di como herencia a los antepasados de ustedes» está hablando de la Promesa de YaHWéH a Abraham y su descendencia, esto es, la tierra de Canaán que proféticamente es la Sión en Gloria venidera.
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