esperamos con mucho anhelo que él regrese… Él tomará nuestro débil cuerpo mortal
y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él
Filipenses 3, 20-21

 

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el que me ama, mi palabra guardará;
y mi Padre lo amará, y vendremos a él
y haremos morada con él
Juan 14, 23

 

A veces nos quieren hacer creer que guardar la Palabra de Dios, los mandamientos de Dios, es algo que tiene que ver con reprimir o achicar nuestra vida. Y que mejor sería no tener otra ley que aquella (cambiante y contradictoria) que se origina en nuestra carne o en las demandas de este mundo. Pero este pasaje nos dice que hay un regalo que viene junto con amar Su Palabra que nos inserta en la eternidad y ensancha hasta el infinito el horizonte de nuestra vida: el Padre y el Hijo vendrán a morar en nosotros por Su Santo Espíritu.

 

¿Puedes comprender la inmensidad de este regalo? ¿hay una mejor manera de soportar un mundo que anuncia todos los días su colapso que tener con nosotros, en nosotros, al Espíritu de Dios, el Padre y el Hijo?. Sigue el Consejo de Dios expresado en Su Palabra y un futuro de alegría imperecedera que es el premio eterno de los redimidos te espera al final del camino.