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Es conocido que Johannes Kepler -1614- determinó que una serie 105 conjunciones de los planetas Júpiter y Saturno -una verdadera danza celestial entre ellos- ocurrieron el año 7 a.C. y lo relacionó a la estrella de Belén. Sin embargo esto ocurrió por lo menos un año antes del nacimiento del Niño (cuya fecha exacta se desconoce salvo revelaciones o estudios privados), y la conjunción entre estos dos planetas es un hecho muy raro y habla del encuentro entre la Bondad y el Designio, según su interpretación inspirada. Pues bien, una de las cosas que vemos sobre los cielos de Medjugorje, el 24, 25 y 26 de junio de 1981, a las 6:30 de la tarde, es que esta conjunción estaba ocurriendo en la constelación de Virgo (Virgen). Veamos el mapa del cielo en ese momento:
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la conjunción Júpiter/Saturno son los dos círculos amarillos casi superpuestos. Lo mostramos por separado dado su relevancia en la astronomía inspirada:+
Un hecho a destacar, además, es que el día de la primera aparición se celebraba el nacimiento de San Juan Bautista, el precursor del Mesías, aquel que es llamado en Juan 3:29 el “amigo del esposo”, encargado en la tradición judía de hacer los preparativos para su boda. Estas cosas señalan un momento profético muy especial: la venida del Mesías, el Novio de la iglesia de Cristo.
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Pasemos a lo que ocurre en el cenit que nos da las claves de los hechos, como vimos en otros estudios. Veámoslo de cerca:
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En la inmediación del cenit vemos tres constelaciones. Y tenemos según su posición relativa en la imagen:
-> abajo a la constelación de COMA, reconocible por la “escuadra”.
-> encima del cenit la constelación de la OSA MAYOR, reconocible por la “cuchara” que forman sus seis estrellas principales,
-> a la izquierda la constelación de BOOTES, cuyas principales estrellas figuran un torso con el brazo izquierdo levantado amenazante,
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-> y además de estas tres constelaciones cuyo significado analizaremos a continuación, vemos en la parte superior el extremo de la cola de la constelación de DRACO, la gran serpiente que se precipita al abismo en donde HÉRCULES -que no aparece en la imagen- le pisa la cabeza.
Ver: «Ofiuco, Hércules y la humillante derrota de la Serpiente /Dragón»
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Ya mencionamos que estos “nombres” de constelaciones son los griegos que sustituyeron a los ancestrales. Y los gigantes como HÉRCULES o BOOTES y otros, son especies de “advocaciones” de nuestro Señor en distintos momentos del Plan de Redención. Todas las constelaciones ancestrales, cuando son correctamente entendidas, nos hablan de distintas etapas del Plan de Redención. Invitamos al lector a leer estos contextos en el botón “Astronomía inspirada”.
A la constelación de COMA ya nos referimos extensamente cuando analizamos el cielo sobre el Monte Tepeyac. Recordamos que en su origen en esta constelación se representaba una virgen con un niño en los brazos que fue sustituida por Ptolomeo III por una «cabellera» de su esposa Berenice para resolver un problema matrimonial. Esta es la imagen original que allí había en su versión egipcia:
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¿No es extraño que precisamente la constelación que nos habla del misterio que es el fundamento de nuestra fe (Tim. 3: 1-6) haya sido borrada de los catálogos del mapa del cielo?¿que pensaría la astrología adivinatoria si tuviera que referirse a ella?
Analicemos el significado ancestral de la constelación de la OSA MAYOR de la que no hemos hablado en ningún estudio de esta serie. Digamos primero que, salvo en su nombre, nada tiene que ver con osos. Nos habla más bien de un rebaño disperso que esta siendo recogido en un aprisco. De un remanente escogido ¿nos suena familiar no es así? El profesor E. W. Bullinger en su libro “El Testimonio de las Estrellas” –que ya mencionamos en otros estudios- escrito en el siglo XIX lejos de la nebulosa new age, elige como referencia bíblica al significado de esta constelación este pasaje:
«Mas en el monte Sión
habrá un resto que se salvará;
será santo y la casa de Jacob
recuperará sus posesiones»
Abdias 17
Recordemos que “Jacob” hace referencia a la ‘casa de Israel’ dispersa entre las naciones desde el año 722 aC. El pasaje parece un lema de este sitio y se refiere al recogimiento de los que el apóstol Pablo llama el ‘remanente de Israel’, citando a Isaías (Rom 9:27-28; Isa 10:21-22) rescatado de las naciones por la Palabra del evangelio para ser llevado de vuelta a una Sión gloriosa mientras en este mundo hay destrucción. Estamos en territorio conocido.
Una característica de la OSA MAYOR es que, a pesar de que tiene seis estrellas fácilmente discernibles en el cielo estrellado que forman la “cuchara”, no termina allí sino que se prolonga en conjuntos débiles de estrellas que se difuman y cuyo limite final es incierto. Y esto es coherente con el hecho de que la ‘casa de Israel’ –las diez tribus del norte- es de precisa identificación al inicio de su destierro, son los ‘hijos de Omri’, pero luego de ser zarandeada y mezclada con todas las etnias de las tierra su identificación se hace casi imposible. El autor citado, luego de discurrir por muchos pasajes concordantes se detiene en Ezequiel 34: 12-16, como el mas completo para una expresión cabal del significado de esta constelación. Lo citamos resumido (e invitamos al lector a leerlo completo) porque tiene mucho que ver con nuestro análisis. Es Ezequiel 34: 12-16:
«Como reconoce su rebaño el pastor
el día que está en medio de sus ovejas esparcidas,
así reconoceré yo a mis ovejas y las libraré
de todos los lugares en que fueron esparcidas…
Yo las sacaré de los pueblos…
las traeré a su propio país
y las apacentaré en los montes de Israel…
allí dormirán en buen redil y con pastos suculentos
serán apacentadas…Yo apacentaré mis ovejas
y les daré aprisco, dice… el Señor.
Yo buscaré a la perdida y haré volver
al redil a la descarriada, vendaré
la perniquebrada y fortaleceré a la débil;
pero a la engordada y a la fuerte destruiré:
las apacentaré con justicia»
Estas son entonces dos de las constelaciones que presiden el cielo de la ‘colina de las apariciones’ los tres primeros días (24, 25, 26): la constelación de COMA, que es una mujer con un niño en brazos, ancestralmente identificada con una virgen con un Hijo divino en sus brazos. Y la OSA MAYOR cuyo significado nos habla de la congregación de un rebaño santo, escogido, bajo el cuidado del Gran Pastor y cuyo destino es glorioso. Vemos que el último pasaje citado hace énfasis en la “búsqueda de la (oveja) perdida, descarriada, que será vendada y curada de sus heridas”. ¡Tremendo!. Esto significa conversiones, restauración, retorno al aprisco (la Iglesia) desde destinos de confusión, sanación espiritual y física, santificación. Y hay una amonestación final: a “la engordada y a la fuerte destruiré” ¡expresión que también conmueve! Esto es el rechazo al orgullo espiritual que precede la caída (Proverbios 16:18), lo contrario a los ‘pobres de espíritu’ de las bienaventuranzas. ¿Estamos hallando coherencia con las cosas que suceden en Medjugorje?
Y tenemos finalmente a BOOTES. Veamos primero su imagen ancestral:
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Es un guerrero que tiene en su mano derecha una lanza, y en su mano izquierda una hoz a punto de ser descargada sobre los campos de trigo maduro. El autor citado propone este pasaje para explicarnos su significado:
¡Canten delante del Señor, que ya viene!
¡Viene ya para juzgar la tierra!
Y juzgará al mundo con justicia,
y a los pueblos con fidelidad.
Salmo 96:13
A mi se me ocurre uno muy conocido:
«Miré, y vi… uno semejante al Hijo del hombre,
que llevaba en la cabeza una corona de oro
y en la mano una hoz aguda. Y otro ángel
salió del templo gritando a gran voz… :
«¡Mete tu hoz y siega, porque la hora de segar
ha llegado, pues la mies de la tierra
está madura!»
Apocalipsis 14: 14-15
(nota1 )
Como evidencia de esto, si vemos una imagen mas ampliada del cielo sobre el monte de las apariciones, vemos que esta figura se esta abalanzando sobre una corona -la constelación CORONA-:
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cuya representación ancestral obvia es:
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El significado de esta constelación entonces es la de un Rey que viene a tomar su corona y se prepara para realizar una siega. ¿Es algo que nos sorprenda?
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COMA, LA OSA MAYOR y BOOTES, las tres constelaciones que presiden el cielo sobre el ‘monte de las apariciones el 24, 25 y 26 de junio de 1981, nos relatan la historia de un REY/PASTOR que viene por Su rebaño escogido a establecer un Reino. Ese Rey es nacido de una virgen (este es el eterno recordatorio de la constelación hoy llamada COMA) y antes de asumir Su CORONA habrá una siega sobre la tierra. La conjunción Júpiter/Saturno en VIRGEN repite una señal de la primera venida, y el hecho de que la primera aparición de la Gospa fue en la celebración del nacimiento de Juan el Bautista termina de conformar un haz de señales coincidentes que apuntan a un aviso/anuncio de la pronta venida del glorioso Rey de reyes que todos los cristianos fieles esperamos.
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Y me vale decir aquí que tenemos que corregir un enfoque que no es correcto: siempre fuimos llevados a pensar que el reloj del tiempo final de este mundo es el Estado de Israel (al que llamamos ‘Israel’ cuando en realidad se refiere solo a una parte de ISRAEL, y no la mas numerosa, que es el pueblo judío). Pero no es exactamente este el reloj final principal. El Estado de Israel forma parte pero no es el núcleo escatológico en donde debemos buscar las señales mas perentorias. Ni siquiera considerando las proféticas lunas rojas que están a punto de dar la última campanada -y ya las sentimos- ya que las fiestas solemnes como Pascua o Sucot, y todas las otras, son fiestas de todo ISRAEL, no solo del pueblo judío, aunque la ‘casa de Israel’ las haya mayormente olvidado. La Palabra nos dice que la razón para que Jesús/Yeshua fuera formado en el vientre de María/Myriam no es a causa de Judá, sino que alude a una tarea que involucra principalmente a la parte dispersa que debe congregar de vuelta a Sión. Y toda la profecía posterior a este exilio olvidado (722 a.C), incluyendo el libro de Isaías y Jeremías, llama a este pueblo disperso entre las naciones con el nombre de ‘Israel’. Y como dijimos mas arriba estos también son llamados genéricamente “Jacob” o “tribus de Jacob”, que fue el patriarca de quien Efraín, cabeza de la tribu líder, fue el primogénito legal (Jer. 31:9). Leamos Isaías 49:5:
“Y ahora dice el Señor,
que desde el seno materno me formó
para que fuera yo su siervo,
para hacer que Jacob se vuelva a él…!
Leámoslo de nuevo en otra versión:
“Ahora pues, YaHWéH
el que me formó desde el vientre
para ser su siervo,
para hacer volver a él a Jacob
y para congregarle a Israel…“
Esto es muy claro: el objetivo anunciado en el AT para la encarnación en el vientre de María/Myriam del Hijo –el Siervo Sufriente- fue congregar a Israel, es decir, congregar un remanente santo de la descendencia de las diez tribus dispersas entre todas las naciones. En Juan 3:16 se habla del ‘mundo’ a ser salvo, es decir, el objetivo excede a Judá y abarca al Israel disperso oculto en misterio en todas las naciones y etnias de la tierra. Por eso exclama María/Myriam: “acudió en ayuda de su siervo Israel… cumpliendo su promesa a nuestros padres…”. ¿Está achicando aquí María/Myriam el mensaje refiriéndose solamente a Judá? No, por espíritu de profecía esta abarcando al mundo entero ya que este Israel a ser congregado y salvado esta compuesto por todos los que a lo largo de los siglos de la gracia recibieron la Palabra del evangelio en su corazón confesando como Señor de sus vidas al Hijo de Dios y Rey de Israel (Juan 1:4). Como nos dice Gálatas 3:29 estos son la descendencia de Abraham, herederos de la promesa que a él le hizo YaHWéH: un reino en Sión que será bendición para todas las naciones.
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De modo que la señal final de los tiempos tiene que producirse en la cristiandad antes de que en el Estado de Israel y muy posiblemente relacionada con la Virgen. Y creemos que las apariciones de Medjugorje forman parte de esa señal final que pronto veremos en toda su contundencia.
Pero esto va a ser motivo de la segunda parte de este artículo.
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nota 1): también podríamos citar otro que se relaciona íntimamente con la siega:
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“Su aventador está en su mano
para limpiar su era.
Recogerá su trigo en el granero
y quemará la paja en fuego
que nunca se apagará”.
(Luc 3:17; Mat 3:12)
(1) Las apariciones
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